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Servicio Ecuatoriano de Capacitación Profesional (SECAP): ¿Para qué sirve?

SECAP

Tabla de contenidos

Cuando el mercado se mueve más rápido que los planes estratégicos, la ventaja competitiva deja de ser la maquinaria, la ubicación o el capital: pasa a ser la gente y lo que esa gente sabe hacer. Invertir en aprendizaje continuo es, por tanto, la póliza de seguro más barata que puede comprar una empresa. En Ecuador, el Servicio Ecuatoriano de Capacitación Profesional (SECAP) existe justamente para democratizar esa inversión: ofrece formación técnica y certificación oficial a costos accesibles, con la garantía del Estado y el aval histórico de la OIT. Entender cómo funciona, para quién está pensado y de qué forma se articula con las estrategias de recursos humanos es una tarea obligatoria para todo líder que quiera sostener el crecimiento de su organización.

¿Qué es el SECAP en Ecuador?

Desde 1966, el SECAP es la institución pública que coordina y entrega formación técnica y certificación laboral en todo el país. Nació con la ayuda de la Organización Internacional del Trabajo para resolver un problema que sigue vigente: las brechas entre lo que enseña la educación formal y lo que realmente exige la planta de producción. Hoy opera con más de treinta centros físicos en las 24 provincias y una plataforma virtual que no duerme, lo que hace posible capacitar a un soldador en Quevedo o a una community manager en Lago Agrio sin que ninguno tenga que viajar a la capital.

A diferencia de otras ofertas de capacitación, el SECAP no se limita a dictar cursos aislados. Cada programa responde a una malla de competencias diseñada junto a sectores productivos, de modo que lo que se aprende en el aula —o en el taller— se conecta directamente con las necesidades del puesto de trabajo. La institución, además, cuenta con un sistema de certificación por competencias: si una persona ya domina un oficio, puede demostrarlo mediante evaluación práctica y obtener un documento oficial, sin pasar por años de estudio tradicional.

Muchos desconocen que, además de formar, el SECAP también diseña programas a medida para empresas. En los últimos años ha colaborado con firmas de alimentos, construcción y manufactura para crear módulos específicos —por ejemplo, mantenimiento de maquinaria pesada o buenas prácticas de producción— impartidos dentro de las instalaciones de las propias compañías.

¿Para qué sirve el SECAP?

El primer beneficio es evidente: cerrar brechas técnicas. Cuando una empresa no encuentra personal calificado, puede inscribir a sus candidatos —o a su plantilla actual— en cursos que van desde 40 horas hasta programas integrales de casi un año. El objetivo es que el colaborador salga con las habilidades exactas que el puesto requiere, sin aprendizajes superfluos.

Un segundo uso, cada vez más valorado, es el de certificar experiencia empírica. Oficios como soldadura, electricidad automotriz o panadería suelen aprenderse en el trabajo. El SECAP ofrece evaluaciones teórico-prácticas que permiten a esos trabajadores obtener un certificado válido a nivel nacional; para la empresa, esto significa evidencias objetivas de que su personal cumple estándares reconocidos.

Finalmente, el SECAP facilita la formación in-company. Las organizaciones pueden firmar convenios para que los instructores se trasladen a la planta o impartan clases virtuales exclusivas. De esa forma se ahorra tiempo de desplazamiento, se adecúan los contenidos al proceso real y se multiplica el impacto de la inversión en desarrollo de talento.

¿Cómo funciona el SECAP?

Todo empieza en la página si.secap.gob.ec. El interesado crea un perfil —persona natural o empresa—, revisa el catálogo filtrando por provincia, modalidad y área, y reserva su cupo con pocos clics. En el caso de empresas, recursos humanos carga la lista de participantes y pacta fechas que no interfieran con la producción.

Una vez iniciado el curso, las sesiones combinan teoría breve y práctica intensiva. Quien estudia electricidad, por ejemplo, pasa la mayor parte del tiempo en el laboratorio midiendo voltajes o armando tableros; quien toma community management practica con calendarios reales de contenido. Solo aprueba quien asista al 80 % de las horas y supere la evaluación final.

Al terminar, el sistema entrega un certificado digital con código QR. Para los programas largos o las evaluaciones de competencias se genera un certificado de aptitud ocupacional que el Ministerio de Trabajo reconoce en todo el país. Este documento se adjunta sin problemas a licitaciones, procesos de contratación pública o auditorías de calidad como ISO 9001.

¿Por qué es importante el SECAP hoy?

El avance de la automatización, el comercio electrónico y la economía circular exige habilidades que hace cinco años no figuraban en la descripción de cargo. El SECAP actualiza sus sílabos cada trimestre, incorporando módulos sobre impresión 3D, internet industrial de las cosas o gestión de residuos peligrosos. Así se convierte en un puente ágil entre la tecnología y la fuerza laboral.

Desde el punto de vista de la empresa, capacitar con SECAP mejora retención y clima organizacional. Diversos estudios locales muestran que los colaboradores que perciben oportunidades claras de aprendizaje permanecen más tiempo y presentan mayor compromiso. Invertir en un curso de 60 horas puede costar menos que reemplazar a un técnico experimentado que se va por falta de crecimiento.

También hay una dimensión social: el SECAP facilita programas gratuitos o subvencionados para jóvenes, personas con discapacidad y migrantes. Al inscribir a estos grupos en planes de formación, las empresas no solo cumplen con cuotas de inclusión, sino que aportan a la cohesión social y fortalecen su reputación.

¿Quién puede usar el SECAP?

La institución está abierta a personas naturales mayores de 15 años, sin importar si tienen o no empleo. Un bachiller que quiere convertirse en técnico automotriz encuentra rutas escalonadas; un profesional que busca actualizarse en data analytics accede a módulos virtuales nocturnos.

Las empresas privadas y públicas son el segundo gran usuario. Pueden enviar a su personal a los cursos estándar o solicitar diseños a medida. Algunas incluso alquilan los talleres del SECAP para prácticas específicas, con equipos que sería muy costoso comprar solo para entrenamiento.

Un tercer bloque lo conforman organizaciones sociales, gremios y gobiernos locales. Asociaciones de artesanas han certificado procesos de hilado y tejido; municipios han formado brigadas de agua potable; cámaras de construcción han capacitado maestros albañiles en seguridad y uso de equipos de protección.

¿Qué cursos ofrece el SECAP?

La oferta cambia con la demanda del mercado, pero hay líneas permanentes. En Tecnologías de la Información se encuentran cursos de Excel avanzado, programación web, bases de datos y ciberseguridad nivel inicial. Dentro de Industria y construcción, destacan soldadura SMAW y GMAW, PLC Siemens, mantenimiento de motores híbridos y manejo de montacargas.

Para el sector servicios y administración se imparten módulos de atención al cliente omnicanal, gestión de bodegas 4.0 y finanzas para no financieros. Gastronomía y turismo ofrece panadería artesanal, cocina vegana ecuatoriana y barismo; mientras que salud y seguridad ocupacional cubre prevención de riesgos, primeros auxilios industriales y manejo de sustancias peligrosas.

Además, cada mes salen talleres cortos — general­mente de 8 a 20 horas — en habilidades blandas como comunicación efectiva, liderazgo situacional o técnicas de venta consultiva. Son ideales para refrescar conocimientos sin alejarse demasiado tiempo del puesto de trabajo.

¿Cómo inscribirse al SECAP correctamente?

El proceso individual se resume en tres momentos. 

  1. Primero, registrar un usuario en el portal y escoger el curso. 
  2. Segundo, revisar requisitos—algunos programas piden nivel mínimo de escolaridad o experiencia comprobada—y subir los documentos. 
  3. Tercero, pagar la orden bancaria (cuando aplica) y esperar el correo de confirmación.

Cuando la inscripción la gestiona una empresa, recursos humanos firma un convenio marco con el centro SECAP correspondiente, envía la nómina de participantes y coordina si las clases serán en el instituto, en la planta o vía streaming. A partir de allí, cada colaborador recibe sus credenciales y sigue el mismo proceso de confirmación.

Sea individual o corporativo, el sistema exige cumplir la asistencia mínima y aprobar la evaluación final para emitir el certificado. Conviene asignar un responsable interno que supervise avances y levante alertas si alguien está a punto de perder el curso por ausencias.

¿Cuáles son los beneficios del SECAP para empresas?

El primer beneficio es económico: al ser un servicio estatal, los costos son bajos o, en ciertos programas, inexistentes. Esto permite planificar capacitaciones masivas sin descuadrar el presupuesto. Además, cada certificado lleva el logo del Ministerio de Trabajo, lo que agrega legitimidad ante clientes y organismos reguladores.

Otro valor es la personalización a demanda. Si una empresa necesita formar a 40 técnicos en mantenimiento de motores eléctricos con las especificaciones de su propia maquinaria, puede co-diseñar el contenido con SECAP e incluso usar sus instalaciones como laboratorio.

Finalmente, está el efecto cultural. Integrar la capacitación a la rutina envía el mensaje de que aprender es parte del trabajo. Con el tiempo, esa cultura de mejora continua reduce rotación, aumenta la productividad y crea cantera interna de líderes técnicos, todo mientras cumple normativas de formación y seguridad laboral.

¿Qué rol tienen los recursos humanos en la relación con el SECAP?

El área de RRHH es quien diagnostica brechas, traduce las metas estratégicas en planes de formación y hace el puente logístico con la institución. Gestiona inscripciones, coordina horarios y se asegura de que los pagos se registren correctamente. Durante el curso, monitorea asistencia y recoge retroalimentación de los instructores.

Después de cada programa, RRHH mide impacto: compara indicadores como productividad, incidentes de calidad o rotación antes y después de la capacitación. Ese análisis —presentado a la gerencia— demuestra el retorno de la inversión y justifica nuevos presupuestos.

Además, RRHH puede negociar convenios de largo plazo con SECAP, asegurando precios preferenciales y cupos garantizados para los cursos más demandados. De esta manera, la capacitación deja de ser reactiva y se convierte en parte del plan anual de desarrollo de talento.

SECAP: formación accesible con impacto estratégico

El SECAP no es un proveedor más de cursos; es la palanca que el Estado ecuatoriano pone a disposición de personas y empresas para sostener su competitividad. Al ofrecer contenidos actualizados, certificación oficial y costos manejables, se convierte en un aliado natural de cualquier estrategia de recursos humanos orientada a resultados.

Para los líderes, aprovechar esta institución es alinear talento y negocio: significa reducir brechas técnicas, elevar el compromiso del personal y cumplir con estándares regulatorios sin sacrificar presupuesto. Y para el país, cada trabajador que sale con un certificado SECAP es un paso hacia una economía más productiva, inclusiva y preparada para el futuro.

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