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Accidente laboral: ¿Cómo actuar? ¿Cómo se paga?

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Tabla de contenidos

Un accidente laboral irrumpe en segundos la rutina de cualquier organización: café abandonado, planillas detenidas y un botiquín que se abre de urgencia. En la Argentina, donde el dólar blue marca el ritmo y las paritarias cambian cada semana, ese evento expone la cultura de cuidado real. Prevenir es innegociable, reaccionar con velocidad imprescindible y asumir la responsabilidad es la única vía para sostener la confianza.

Tener una ART es obligatorio, pero no suficiente. La aseguradora cubre lo médico y lo legal; los costos operativos, reputacionales y humanos quedan en manos de la empresa. Una línea de producción frenada o un equipo desmoralizado pueden pesar tanto como una indemnización, y la inflación convierte cada reintegro en una carrera contra el tiempo. Por eso, protocolos claros, liquidez y planificación son tan necesarios como cascos y arneses.

En este escenario volátil, los recursos humanos ya no son actores de reparto: se vuelven la bisagra entre negocio y bienestar. Debe activar procedimientos, liderar la comunicación interna y contener al personal desde el primer minuto para que el clima no se fracture. Incorporar la seguridad en la agenda diaria —más allá del cursillo anual— refuerza la propuesta de valor al empleado y proyecta solidez ante sindicatos y organismos. Gestionar la seguridad con rigor y humanidad protege a las personas, preserva la operatividad y fortalece la reputación, un activo tan estratégico como cualquier indicador financiero.

¿Qué es un accidente laboral en Argentina?

La Ley de Riesgos del Trabajo Nº 24.557 describe al accidente laboral como todo hecho súbito y violento que ocurra “por el hecho o en ocasión del trabajo”. La definición abarca desde una lesión por caída en el depósito hasta un esguince durante una reunión externa. Además, la norma incorpora los denominados accidentes in itinere, aquellos que se producen en el trayecto habitual entre el domicilio y el lugar de tareas. El carácter “súbito y violento” subraya la imprevisibilidad, pero no exime de responsabilidad: la prevención es obligación previa, no mero deseo posterior.

¿Para qué sirve el concepto legal de accidente laboral?

Nombrar con precisión permite activar coberturas médicas, económicas y legales sin dilaciones. Para el trabajador, significa atención inmediata, continuidad salarial y eventual compensación. Para la empresa, implica claridad acerca de sus deberes y los de la Aseguradora de Riesgo del Trabajo (ART), además de un resguardo ante posibles litigios. La tipificación evita discusiones improductivas y pone en marcha los mecanismos previstos por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT), desde la junta médica hasta los plazos de rehabilitación. En un entorno jurídico donde el incumplimiento multiplica costos, la formalidad se transforma en amortiguador.

¿Cómo actuar en caso de un accidente laboral en una empresa?

Apenas se produce el hecho, detener la operación y asistir al colaborador resulta prioritario. Un supervisor que cruza el taller con un botiquín, el llamado inmediato a la ART y la derivación al prestador médico trazan la primera línea de contención. Paralelamente, el suceso debe registrarse en el sistema interno—un parte de accidentes digital, por ejemplo—y notificarse a RRHH y al área de Seguridad e Higiene para que los protocolos cobren vida. 

El seguimiento posterior incluye acompañar al trabajador a controles, completar formularios para la SRT y compartir actualizaciones con la línea jerárquica. Ese “WhatsApp de madrugada” que confirma un nuevo turno de kinesiología suele ser tan valorado como el propio tratamiento.

¿Por qué es importante prevenir un accidente laboral?

Las estadísticas de siniestralidad revelan índices aceptables en promedio, pero cada caso individual repercute en la salud física y emocional del equipo. La pérdida de horas hombre, la reorganización improvisada de turnos y la necesidad de contratar personal eventual se traducen en costos que rara vez figuran en el balance. Además, prevenir reduce sanciones e indemnizaciones, y fortalece la reputación ante clientes y gremios. En un mercado competitivo—y volátil—una cultura visible de seguridad se convierte en ventaja comparativa para atraer talento, incluso por encima de la mejora salarial nominal, que la inflación erosiona con rapidez.

¿Quién puede ser susceptible a un accidente laboral?

La lógica indica que el operario de planta está más expuesto que quien analiza datos, pero la realidad matiza el cuadro. Cualquier persona bajo relación de dependencia puede sufrir un incidente, ya sea el gerente que visita un cliente, la administrativa que resbala en la escalera, o el programador remoto cuya silla ergonómica falló inesperadamente. La ley contempla incluso a trabajadores tercerizados o eventuales, y determinadas actividades de home office cuando se prueban condiciones de prestación laboral. Asumir que la exposición es colectiva evita la trampa de la clasificación simplista.

¿Qué tipos de accidente laboral existen en Argentina?

El accidente típico sucede dentro del establecimiento o en el horario habitual: pensemos en un operario que se corta con una lámina o en un movimiento brusco que provoca lumbalgia. El accidente in itinere ocurre en el recorrido habitual entre casa y trabajo—un choque en la autopista Córdoba–Rosario, por ejemplo. También se consideran accidentes los hechos provocados por la negligencia de un tercero, siempre que la persona se hallara en ejercicio de sus tareas. Por último, están los eventos fuera del establecimiento durante reuniones, viajes o visitas comerciales; un vendedor que tropieza en el hall de un cliente queda cubierto. La tipología amplía la cobertura, pero exige prueba y trazabilidad.

¿Qué le corresponde a un trabajador por accidente laboral?

La ART garantiza atención médica integral sin costo, medicación, estudios y rehabilitación. Mientras dure la licencia, la persona percibe el salario íntegro o las prestaciones dinerarias que fija la ley. Si se determina incapacidad permanente, se abona una indemnización proporcional al grado de daño. Tras el alta, el trabajador tiene derecho a reincorporarse a su puesto o a tareas compatibles. Gastos de prótesis, traslados o tratamientos especiales se incluyen dentro de la cobertura. Estas certezas reducen la ansiedad y evitan conflictos adicionales en un momento frágil.

¿Cómo se calcula una indemnización por accidente laboral?

Una comisión médica evalúa el grado de incapacidad según baremos oficiales: no es lo mismo la pérdida parcial de movilidad en una mano que una discapacidad total. Sobre ese porcentaje se aplica una fórmula que contempla salario promedio actualizado y edad del afectado. En casos graves o fallecimiento, la Ley 24.557 establece métodos específicos que buscan equilibrio entre reparación y sostenibilidad del sistema. Si existe desacuerdo, el expediente puede escalar ante la SRT y luego a la Justicia. Allí, la demora en pesos ajustados por inflación puede convertirse en un bache financiero considerable.

¿Qué derechos tiene un trabajador por un accidente de trabajo?

Además de la cobertura médica y la continuidad salarial, el empleado conserva la protección de su puesto: el contrato se “congela” mientras dure la rehabilitación. La empresa no puede despedir por causa del siniestro, y debe facilitar el reingreso en condiciones dignas. Si la ART incumple o retrasa prestaciones, el afectado puede iniciar acciones administrativas y judiciales, acompañado por asesoramiento gratuito que dispone la normativa. La transparencia en cada paso evita suspicacias y fortalece el vínculo entre dirección y plantilla.

¿Cuál es el papel de los recursos humanos frente a un accidente laboral?

Recursos humanos opera como primera línea de contención emocional cuando el hecho ocurre y como articulador administrativo a lo largo del proceso. Gestiona los certificados, monitorea plazos y mantiene informados a los líderes para que organicen la productividad sin sobrecargar al resto del equipo. Al mismo tiempo, promueve la readaptación gradual cuando llega el alta, coordinando con Seguridad e Higiene para asegurar un retorno seguro. En paralelo, analiza tendencias, impulsa capacitaciones y negocia con la ART planes de mejora continua, porque cada siniestro ofrece datos que pueden evitar el próximo. Así, la gestión de accidentes deja de ser un trámite y se transforma en un capítulo clave de la estrategia de talento.

Tener una ART es un punto de partida, nunca la línea de llegada. La cultura de seguridad requiere planificación, inversión y un liderazgo que valore la vida tanto como el margen operativo. Un accidente mal gestionado puede costar más que una demanda: erosiona la confianza, dispara la rotación y tensa la relación con sindicatos y organismos. En un contexto económico tan movedizo como el argentino, donde los números cambian al ritmo de los titulares, CEOs y responsables de recursos humanos deben asumir la seguridad como parte de su propuesta de valor. Prevenir es cuidar a la gente; responder con agilidad es cuidar el negocio; sostener ambos frentes es honrar la responsabilidad social de toda empresa que aspira a perdurar.

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