Hablar del certificado de trabajo en Argentina es entrar en uno de los momentos más sensibles de cualquier organización: el cierre de una relación laboral. No se trata solo de un papel que se firma al final, casi como un trámite automático, sino de una pieza clave de la gestión responsable del empleo formal. En un contexto donde los conflictos laborales, las consultas a abogados y las audiencias en el Servicio de Conciliación Laboral Obligatoria (SECLO) forman parte del paisaje habitual, este documento funciona como un elemento sencillo pero decisivo para ordenar la salida de una persona y dejar constancia clara de lo que ocurrió.
Dentro del derecho laboral argentino, el certificado de trabajo no es una cortesía ni un “favor” al excolaborador: es una obligación legal, regulada y exigible. Si se posterga o se gestiona mal, aparecen las consecuencias conocidas: reclamos, posibles multas y tiempo extra de recursos humanos y legales dedicado a apagar incendios. En un mercado atravesado por inflación, ajustes de estructura y paritarias que se reabren varias veces al año, tener este punto resuelto reduce el margen de conflicto y aporta algo de previsibilidad en medio del ruido.
¿Qué es un certificado de trabajo en Argentina?
El certificado de trabajo es un documento emitido por el empleador que acredita la existencia de una relación laboral registrada, indicando su duración, las tareas o funciones desarrolladas y los datos básicos del vínculo.
Es, en términos simples, la constancia formal de que una persona trabajó en determinada empresa, en determinadas fechas y bajo ciertas condiciones. No reemplaza otros registros, pero los ordena y los hace visibles en un solo papel.
¿Para qué sirve un certificado de trabajo?
Para la persona trabajadora, el certificado sirve para acreditar experiencia laboral ante futuros empleadores, respaldar servicios y remuneración frente a Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) y otros organismos, y facilitar trámites con bancos u otras entidades que exigen constancias de empleo formal. Es la ficha oficial de su paso por la empresa.
Para la organización, funciona como respaldo documental: muestra que el vínculo estuvo registrado, que hubo cumplimiento de obligaciones formales y que el cierre se hizo dentro del marco legal.
¿Cómo funciona un certificado de trabajo?
En la práctica, el circuito arranca con la baja del empleado y, muchas veces, con la solicitud expresa del certificado. Lo más eficiente para el área de RRHH es incorporarlo al checklist de salida, sin esperar pedidos posteriores. El equipo cruza datos con nómina y legajos (fechas de ingreso y egreso, sector, cargo, modalidad de contratación) y luego emite el certificado para su firma. La clave está en que la información coincida con los registros oficiales de las empresas.
¿Por qué es importante el certificado de trabajo?
Su importancia se vuelve evidente cuando, meses después de una desvinculación, llega una intimación o un reclamo judicial. El certificado aparece entre las primeras pruebas para demostrar qué relación existió, durante cuánto tiempo y bajo qué condiciones formales.
Cuando está correctamente emitido y entregado en tiempo, ayuda a reducir el riesgo de sanciones y reclamos vinculados al incumplimiento del artículo 80 de la Ley de Contrato de Trabajo, que exige constancias de servicios y remuneraciones al finalizar el vínculo.
¿Quién puede brindar un certificado de trabajo?
Formalmente, el certificado lo brinda el empleador. Sin embargo, en la operatoria diaria la gestión queda en manos de recursos humanos, generalmente a través de Administración de Personal o Relaciones Laborales, en coordinación con Legales. La firma suele corresponder a un apoderado, a un gerente de RRHH o a la figura que la empresa haya designado para esos documentos. Lo importante es tener claro quién está autorizado y evitar improvisaciones.
¿Qué tipos de certificados de trabajo existen?
Es útil entender que no existe un único modelo de certificado laboral. Dependiendo del trámite, la institución que lo solicita o el objetivo profesional del trabajador, las empresas pueden emitir documentos con distintos niveles de detalle y finalidades específicas. En la práctica aparecen tres grandes variantes.
- El certificado laboral general, que detalla tareas, cargos y fechas de ingreso y egreso, es el más habitual y el que se presenta en nuevas búsquedas laborales o ante entidades que piden constancias básicas.
- El certificado de servicios y remuneraciones, exigido por ANSES, se orienta a trámites previsionales y requiere mayor detalle sobre períodos trabajados y salarios.
- Por último, la carta de recomendación o constancia orientada a la trayectoria profesional no es obligatoria, pero complementa a los anteriores con una mirada más cualitativa sobre funciones y responsabilidades.
¿Cómo se solicita el certificado de trabajo?
La persona puede solicitar el certificado al momento de la desvinculación, por escrito, por correo electrónico o a través de los canales internos de la empresa. Del lado del empleador, la obligación es entregarlo dentro de los plazos legales, lo que en la práctica obliga a integrarlo al proceso estándar de salida. Incorporarlo a un flujo claro —junto con la liquidación final, la devolución de herramientas y otros pasos— evita olvidos y reclamos posteriores.
¿Cómo redactar un certificado de trabajo correctamente?
Redactar un buen certificado implica identificar con claridad a la empresa (razón social, Código Único de Identificación Tributaria (CUIT), domicilio) y a la persona (nombre completo, DNI), consignar fechas de ingreso y egreso y describir el puesto o los puestos ocupados. Cuando hubo cambios de posición, se puede resumir la evolución sin entrar en un detalle excesivo.
El texto debe ser breve, preciso y fácil de leer. Mantener un modelo institucional, validado por Legales, ayuda a que RRHH solo tenga que completar la información variable y revisar que coincida con los registros formales.
¿Cuáles son los beneficios de un certificado de trabajo?
Para el trabajador, el beneficio central es contar con una constancia oficial que respalde su carrera, sus aportes y su acceso a beneficios previsionales o financieros. Para la empresa, los beneficios se traducen en reducción de riesgos legales, cumplimiento normativo y mejor imagen en el mercado laboral.
Un certificado emitido en tiempo y forma muestra seriedad, aun cuando la salida haya sido compleja o en un contexto de reestructuración.
¿Qué rol tienen los recursos humanos en el certificado de trabajo?
El rol de recursos humanos es articular todo el proceso: verificar datos, coordinar con administración y legales, asegurar la emisión y controlar los tiempos de entrega. También es quien puede proponer automatizaciones o controles que eviten que el certificado se pierda entre cierres de nómina, auditorías y urgencias del negocio. En la práctica, se convierte en el garante de que esta obligación legal se transforme en un procedimiento simple y previsible.
El certificado de trabajo es mucho más que un papel firmado al final del vínculo. Ordena la historia laboral de la persona y protege a la empresa frente a reclamos futuros. Además, envía una señal clara sobre la cultura de la organización. Específicamente, sobre cómo se trata a quienes se van. En un país donde el contexto cambia rápido y la litigiosidad laboral es alta, contar con un proceso sólido y ágil para emitir certificados no es un lujo administrativo, sino una forma concreta de gestionar riesgo, cuidar la reputación y cerrar relaciones laborales de manera responsable.
Preguntas frecuentes
¿Puede intervenir el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social ante la falta de certificado?
El Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social puede aparecer en escena cuando la persona intima a la empresa y no recibe el certificado de trabajo en plazo. A veces se canaliza vía audiencias o inspecciones. Para dirección y RRHH, lo razonable es evitar llegar a esa instancia con un procedimiento estándar y bien documentado.
¿De qué manera el certificado de trabajo refleja el salario del vínculo laboral?
El certificado de trabajo puede mencionar el salario en términos de categoría, función y remuneración habitual, especialmente en modelos orientados a servicios y remuneraciones. No reemplaza el recibo de sueldo, pero funciona como resumen. Cuando los números no cierran con lo efectivamente liquidado, abre la puerta a reclamos por diferencias salariales y ajustes retroactivos.
¿Es necesario aclarar el cumplimiento del salario mínimo en el certificado de trabajo?
No hay obligación de detallar el salario mínimo vigente en el certificado de trabajo, pero sí de que lo informado sea consistente con una remuneración que, en su momento, haya respetado ese piso legal. Si después se discute en sede judicial si se pagó por debajo del mínimo, la combinación de certificados y recibos se vuelve prueba clave.
¿En qué casos la ART puede requerir un certificado de trabajo?
La Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (ART) puede pedir un certificado de trabajo para corroborar períodos de exposición, tareas y lugar de prestación de servicios cuando hay enfermedades profesionales o accidentes. En esos casos, la precisión en funciones y fechas ayuda a delimitar responsabilidades. Si el documento es ambiguo, el riesgo es quedar atrapados en un cruce de reclamos entre aseguradora y empresa.
¿Por qué puede intervenir la Superintendencia de Riesgos del Trabajo en temas vinculados al certificado?
La Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) puede revisar documentación laboral cuando audita siniestros, enfermedades o conflictos sobre cobertura. Aunque no siempre pida directamente el certificado de trabajo, este suele estar en el paquete de pruebas que la empresa acerca para mostrar qué tareas se realizaban y durante cuánto tiempo. Tenerlo claro y ordenado evita improvisaciones en plena auditoría.
¿Qué dice el certificado de trabajo sobre la cultura organizacional en los procesos de salida?
Aunque parezca un papel frío, la forma en que se entrega el certificado de trabajo habla de la cultura organizacional. Si se da en tiempo y forma, con información clara, transmite respeto incluso en contextos de ajuste. Cuando se retacea o se usa como “ficha de negociación”, el mensaje interno es otro y se siente rápido en los pasillos.