La creación de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) sacudió los chats de WhatsApp de los directores financieros tanto como la última suba del dólar blue. En menos de lo que dura un café improvisado en la planta baja de cualquier torre de Puerto Madero, el nuevo organismo se instaló en la conversación cotidiana de CEOs y responsables de recursos humanos porque promete reformular el control fiscal empresarial y el comercio exterior en tiempo real.
El Gobierno presentó a ARCA como la llave para cerrar fugas de recaudación y, a la vez, modernizar los procesos aduaneros con trazabilidad digital. Para quienes lideran compañías en un país donde las reglas se mueven tan rápido como las paritarias, entender este nuevo tablero regulatorio deja de ser opcional y se convierte en estrategia pura.
¿Qué es la ARCA en Argentina?
La Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) es un organismo autárquico creado por ley en abril de 2025, en plena discusión parlamentaria sobre competitividad y “economía de la transparencia”, con el mandato de integrar dos mundos tradicionalmente separados: la fiscalización tributaria y el control aduanero. Bajo la órbita del Ministerio de Economía, pero con supervisión cruzada de la Sindicatura General de la Nación y reportes trimestrales a la Comisión Bicameral de Seguimiento Fiscal, ARCA nace con rango de agencia para ganar agilidad operativa.
Su objetivo central es monitorear en forma preventiva cada operación de comercio exterior, empalmando bases de datos que antes tardaban días en dialogar. El rediseño institucional concentra en una única ventanilla la verificación de declaraciones, la gestión de riesgos y la cobranza de gravámenes vinculados a importaciones y exportaciones. Dicho de otro modo: un “semáforo inteligente” que combina algoritmos de trazabilidad con inspectores en línea, atentos al más mínimo desvío.
¿Para qué sirve la ARCA?
En la práctica, la Agencia de Recaudación y Control Aduanero aspira a mejorar la recaudación, fortalecer el filtrado de mercadería y reducir la evasión fiscal que históricamente tensiona la balanza de pagos. Para el directorio de una empresa, esto se traduce en dos grandes frentes:
- Cumplimiento impositivo simplificado. Los procesos de declaración de tributos sobre comercio exterior se unifican en una única plataforma, reduciendo el riesgo de duplicidades y papelerío.
- Menos ventanas de sorpresa. Al consolidar información laboral, contable y aduanera, la ARCA busca detectar inconsistencias antes de que escalen a una inspección presencial costosa.
En resumen, la agencia se propone ser un “amortiguador” que permita moverse sin sobresaltos, siempre que la organización se anticipe con datos transparentes y controles internos sólidos.
¿Cómo funciona la ARCA?
El modelo operativo de la ARCA se basa en tres engranajes:
- Fiscalización predictiva. Un motor analítico cruza registros de Aduana, Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), bancos y organismos provinciales para asignar un índice de riesgo a cada Código Único de Identificación Tributaria (CUIT). Ese score se actualiza hora a hora.
- Control aduanero integrado. Los inspectores en puerto utilizan lectores de código QR y cámaras 5G para validar en minutos la coincidencia entre lo declarado y lo embarcado, con disparadores automáticos de alerta si aparece mercadería subvaluada.
- Trazabilidad documental. Toda factura comercial vinculada a importación o exportación se emite con un identificador único que viaja por la cadena logística. Si un paso se saltea, el sistema marca luces rojas y genera notificaciones a la empresa y al propio funcionario responsable.
Para las compañías, el día a día cambia: un simple error en la carga de datos puede disparar un bloqueo temporal de despacho. La página de ARCA, de hecho, muestra un tablero de “salud fiscal” parecido a los semáforos de un chequeo médico.
¿Por qué es importante la ARCA?
Desde la óptica macroeconómica, la ARCA persigue tres beneficios: más transparencia tributaria, mejor trazabilidad de flujos y mayor control de la actividad económica en tiempo casi real. Pero en el terreno micro —el de las salas de reunión donde se decide la hoja de ruta comercial— su relevancia se vuelve tangible por tres razones adicionales:
- Reducción de sanciones imprevistas. Las multas por errores formales podrían multiplicarse si la trazabilidad detecta un desvío. Prevenir vale más que curar.
- Reputación corporativa. En contextos de frecuentes escándalos de subfacturación, cumplir con ARCA mejora la percepción ante clientes y proveedores internacionales.
- Ventaja competitiva. Las empresas que internalicen procesos digitales robustos podrán exportar con menos demoras y aprovechar ventanas de oportunidad en mercados exigentes.
Ignorar el nuevo organismo sería como circular sin seguro por la Panamericana: tal vez no haya controles todos los días, pero cuando aparecen, el costo de la multa se dispara.
¿Cuál es la diferencia entre AFIP y ARCA?
La pregunta perdió vigencia desde que el Decreto 953/2024, publicado el 25 de octubre de 2024, disolvió formalmente a la AFIP y trasladó todas sus atribuciones a la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA).
En otras palabras, hoy no existe un reparto de funciones: ARCA es la continuadora jurídica de la extinta AFIP y concentra, bajo una misma estructura, la recaudación de impuestos internos, el control aduanero y la gestión de la seguridad social, a través de sus dos direcciones internas —la Dirección General Impositiva (DGI) y la Dirección General de Aduanas (DGA).
Durante 2025 aún persisten sellos y formularios con la sigla “AFIP” por razones de transición administrativa, pero desde el punto de vista operativo todo trámite —desde el viejo F 931 hasta la liquidación de derechos de importación— se canaliza exclusivamente en la plataforma de ARCA. Para las empresas, la “diferencia” se limita a un cambio de nombre y de interfaz: los deberes, los controles y las sanciones siguen, pero ahora pasan por una sola ventanilla digital.
¿Quién debe declarar ante la ARCA?
En términos simples, cualquier actor que intervenga —de manera directa o indirecta— en operaciones de comercio exterior argentinas queda bajo la lupa del organismo. Para efectos prácticos, el universo obligado se concentra en cuatro categorías:
- Empresas importadoras y exportadoras, cualquiera sea su tamaño.
- Grandes contribuyentes designados por la AFIP con operaciones de comercio exterior.
- Agentes de transporte internacional y despachantes de aduana.
- Empleadores que desembolsan su salario vinculados a proyectos de exportación de servicios.
Además, los fabricantes que integran cadenas globales de valor —autopartistas, agroindustrias, software— deberán registrar flujos de mercancías y de propiedad intelectual. No declarar o declarar fuera de término ante la agencia puede bloquear los permisos de embarque, afectando directamente el cash flow.
¿Qué impuestos recauda la ARCA?
Aunque la ARCA Argentina no creó tributos nuevos, sí concentró en una sola ventanilla digital los gravámenes que antes se repartían entre la Aduana y la extinta AFIP, dándole al área financiera un tablero más claro para proyectar costos. Conocerlos de antemano permite ajustar márgenes y evitar desvíos de caja cuando los embarques ya están en tránsito.
- Derechos de importación y exportación (ad valorem y específicos).
- Tasas de estadística y comprobación asociadas a cada despacho.
- Contribuciones por servicios extraordinarios en puertos y aeropuertos.
- Gravámenes correctivos a bienes con impacto ambiental o sanitario, cuando ingresan o egresan del territorio.
Si bien el IVA a la importación continúa administrado por AFIP, la liquidación ahora se evidencia simultáneamente en la plataforma ARCA para cerrar brechas de información.
¿Cómo cumplir ante la ARCA correctamente?
Para alinearse, las compañías pueden apoyar al departamento impositivo en cinco pasos que evitan sustos de último minuto:
- Mapeo documental exhaustivo. Revisar contratos de compraventa internacional y registros de stock para detectar discordancias tempranas.
- Integración de sistemas contables y logísticos. Sincronizar ERP, nómina y plataforma ARCA mediante APIs elimina la “doble carga” que suele generar errores humanos.
- Capacitación continua. Programar talleres de actualización normativa cada trimestre: la regla argentina es que la regla cambia.
- Auditorías internas preventivas. Simular inspecciones ARCA una vez al año; más vale exponer las grietas puertas adentro que bajo el reflector estatal.
- Gestión de incidentes. Diseñar un protocolo ágil para subsanar inconsistencias en el portal oficial antes de que escalen a bloqueo.
Para el área de RRHH y finanzas, coordinar la información laboral (CUIT, remuneración de personal afectado a exportaciones de servicios, retenciones sociales) con los módulos de comercio exterior será clave: un número mal tipeado en nómina puede frenar un contenedor en la Aduana.
¿Cuál es el rol de los recursos humanos frente a la ARCA?
Lejos de ser un asunto limitado al área impositiva, la ARCA Argentina obliga a recursos humanos a convertirse en un aliado clave del control fiscal empresarial: cada dato de la nómina impacta en la trazabilidad que exige la Agencia de Recaudación y Control Aduanero. De hecho, una incongruencia mínima en los registros laborales puede detener una operación de comercio exterior con la misma rapidez con la que cambian las cotizaciones del dólar.
- Gestión de nómina internacional. Los aportes y contribuciones del personal expatriado o remoto vinculado a proyectos de exportación de servicios se cruzan con las declaraciones de divisas. Un desajuste salarial puede encender alertas.
- Cumplimiento documental del personal. Pasaportes, autorizaciones de viaje y certificados de formación deben estar digitalizados y disponibles para una eventual auditoría conjunta con Migraciones.
El área de capital humano actúa como garante de trazabilidad legal: un legajo actualizado es el mejor “escudo” frente a sanciones. Además, RRHH puede liderar la cultura de cumplimiento mediante capacitaciones transversales, evitando que el control fiscal se perciba como asunto exclusivo de impuestos.
La aparición de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero marca un antes y un después en la forma de hacer negocios en Argentina. Para los líderes empresariales, la premisa es clara: anticiparse, capacitar al equipo y abrazar la transparencia como un activo estratégico. En un mercado donde las reglas cambian al ritmo del tipo de cambio, contar con procesos robustos no solo ahorra sanciones; también fortalece la reputación y la sostenibilidad del negocio a largo plazo. La ARCA llegó para quedarse, y entender su lógica hoy puede ser la ventaja competitiva que mañana se traduzca en nuevos mercados, menos dolores de cabeza y, por qué no, en esa tranquilidad que se palpa cuando la planilla de impuestos cierra sin sorpresas.
Preguntas frecuentes
¿Qué rol cumple el Ministerio de Trabajo en el nuevo esquema de control?
El Ministerio de Trabajo mantiene sus funciones de fiscalización laboral y coordinación con la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT), pero ahora comparte información con ARCA. Esto permite detectar inconsistencias entre declaraciones patronales y registros impositivos, alineando el control laboral y tributario en un mismo tablero digital.
¿Cómo se relaciona ARCA con la cultura organizacional de cumplimiento?
Incorporar prácticas de transparencia tributaria al ADN de la empresa fortalece la cultura organizacional. Cuando los equipos entienden que declarar correctamente es una responsabilidad compartida, el cumplimiento deja de ser una obligación externa y se transforma en una ventaja competitiva, alineada con estándares internacionales.
¿Cómo se vincula la Ley de Contrato de Trabajo con el control que ejerce ARCA?
Las obligaciones establecidas por la Ley de Contrato de Trabajo —pago de aportes, vacaciones, indemnización— ahora se reflejan digitalmente. ARCA cruza esta información con registros fiscales, de modo que cualquier omisión o subdeclaración de personal puede ser detectada sin inspección presencial.
¿Qué papel juega la ART en el nuevo ecosistema fiscal y aduanero?
La Aseguradora de Riesgos del Trabajo (ART) aporta datos sobre cobertura y accidentes laborales que se integran al sistema ARCA. Si un trabajador sin cobertura figura en una nómina vinculada a exportaciones, la alerta se activa de inmediato. Este control cruzado refuerza la trazabilidad y empuja a las empresas a cumplir con todas las normas de seguridad laboral.
¿Cómo incide el salario mínimo vigente en los registros que exige la ARCA?
Con el salario mínimo como valor de referencia, la ARCA cruza la remuneración declarada con tablas oficiales para detectar sueldos por debajo del piso legal. Si un empleador registra haberes inferiores, el semáforo fiscal se pone en rojo y puede bloquear créditos a favor o iniciar fiscalización preventiva. Ajustar liquidaciones al nuevo piso apenas se publica en el Boletín Oficial evita multas y recargos que erosionan el cash flow.
¿Los viáticos abonados al personal deben informarse ante la ARCA?
Sí. Desde este año los viáticos se cargan en la misma interfaz que salarios y retenciones, diferenciados como gastos no remunerativos. La ARCA coteja montos, fechas y destinos con comprobantes electrónicos; si faltan tickets o superan los topes diarios fijados por el Ministerio de Economía, salta una alerta de gasto desmedido. Llevar planillas de respaldo y políticas claras de rendición evita discusiones fiscales y preserva la reputación corporativa.
¿Qué controles aplica la ARCA sobre equipos de trabajo remoto contratados en el exterior?
La agencia verifica que las prestaciones de trabajo remoto facturadas desde el exterior estén respaldadas por contratos, CUIT del pagador y constancia de aporte al régimen de seguridad social local o convenio bilateral. Si detecta pagos recurrentes sin retenciones de Ganancias ni contribuciones, activa revisión automática. Para RRHH, formalizar acuerdos, registrar horas y mantener legajos virtuales actualizados funciona como chaleco salvavidas frente a la volatilidad regulatoria.