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Prestamos: ¿Qué son? ¿Cuáles son sus funciones?

Préstamos

Tabla de contenidos

Pedir un préstamo no es una novedad. Es una práctica que existe desde que alguien le prestó unas monedas a otro con la promesa de devolverlas. Lo que sí cambió —y mucho— es la forma en la que hoy se piden, se gestionan y se utilizan. En Argentina, los préstamos personales no solo sostienen consumos puntuales. También financian negocios, alivian deudas o abren la puerta a oportunidades que sin ese respaldo serían imposibles. Para las empresas, esto también tiene un peso: un equipo con acceso a herramientas financieras puede tomar mejores decisiones, planificar su economía y estar más enfocado en su desempeño laboral.

Antes, un préstamo era un acuerdo entre conocidos. Después vinieron los bancos, las garantías, los contratos. Y más recientemente, los préstamos online, donde en minutos se puede pedir dinero desde el celular sin siquiera hablar con una persona.

En Argentina, esta evolución se dio junto con la aparición de entidades públicas y privadas que fueron adaptando sus propuestas. Desde los primeros bancos del siglo XIX hasta plataformas digitales o programas sociales como Mi ANSES Préstamos, el crédito se volvió parte del día a día.

¿Qué son los préstamos?

Un préstamo es, básicamente, dinero que se entrega bajo la condición de devolverlo más adelante, con un interés. Puede parecer simple, pero detrás hay mucho más.

Existen préstamos personales para gastos del hogar, estudios o vacaciones. Hay préstamos hipotecarios para comprar una casa, prendarios para adquirir un auto o moto, y préstamos para PyMEs que apuestan a crecer. También están los que ofrece el Estado, como préstamos ANSES para jubilados, pensionados o titulares de asignaciones.

Cada uno tiene su lógica, su destino y su tipo de solicitante. Y elegir el adecuado depende del momento de vida o el objetivo de quien lo necesita.

¿Para qué sirven los préstamos?

Los préstamos son un empujón cuando el ahorro no alcanza o cuando se necesita acelerar una decisión. Entre las funciones más habituales están:

  • Financiar proyectos: Refacciones, estudios, compra de equipos o vivienda. Ejemplo: el programa Procrear, clave para el acceso a la vivienda propia.
  • Unificar deudas: Reorganizar pagos en una sola cuota más accesible. Muchos argentinos usan los préstamos personales para salir del apuro del sobreendeudamiento.
  • Cubrir gastos inesperados: Problemas de salud, urgencias familiares o ajustes de último minuto.

¿Cuáles son los beneficios de pedir un préstamo?

Aunque no deja de ser una deuda, un préstamo bien usado es una herramienta de crecimiento.

  • Acceso a oportunidades: Viajes, electrodomésticos, mejoras en el hogar.
  • Mejora en la calidad de vida: Más comodidad, estabilidad o proyección familiar.
  • Impulso emprendedor: Muchos pequeños negocios arrancan con un préstamo como primer paso.

El secreto está en pedir lo justo, leer la letra chica y evaluar si se puede pagar sin comprometer el resto.

¿Qué préstamos pueden pedir los trabajadores?

En muchas empresas, los préstamos no son solo bancarios: también pueden gestionarse desde recursos humanos. Y eso cambia las reglas del juego.

Algunas opciones disponibles:

  • Personales: Rápidos, flexibles y fáciles de tramitar, incluso de forma 100% digital. Muchos trabajadores acceden a préstamos online desde plataformas asociadas a bancos o fintech.
  • Hipotecarios: A largo plazo y con respaldo, ideales para adquirir una vivienda. En Argentina, Procrear es el ejemplo más visible.
  • Educativos: Cubren cursos, posgrados o certificaciones. Algunas empresas los incluyen como parte de sus planes de capacitación interna.
  • Para vehículos: Vía prendarios, muy usados para la compra de autos o motos.
  • Préstamos ANSES Jubilados: Exclusivos para quienes ya están retirados. Los préstamos ofrecidos por la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) para jubilados ofrecen tasas bajas y cuotas accesibles, ideales para gastos concretos o mejoras en el hogar.

¿Qué tipos de préstamos existen en el entorno laboral?

En el ámbito laboral actual, los empleados pueden acceder a diversas opciones de financiamiento que buscan facilitar sus proyectos personales o hacer frente a necesidades económicas puntuales. Estas alternativas de préstamo se presentan tanto dentro de la propia empresa como a través de convenios con entidades financieras externas, e incluso mediante plataformas en línea que ofrecen agilidad en sus procesos. A continuación, se exploran los tipos de préstamos más comunes disponibles para un trabajador.

Dentro de la empresa:

  • Fondos rotatorios: Recursos que se prestan y se devuelven internamente.
  • Préstamos vivienda: Con condiciones preferenciales para empleados.

A través de bancos y entidades externas

  • Convenios especiales con tasas más bajas para ciertos sectores.
  • Alternativas de préstamos online, cada vez más elegidas por su agilidad.

¿Qué se necesita para solicitar un préstamo en el trabajo?

El proceso suele ser más sencillo que en una entidad bancaria, pero no menos formal.

Requisitos comunes:

  • Tener relación laboral formal
  • Cumplir con cierta antigüedad en la empresa

Documentación típica:

  • DNI
  • Recibo de sueldo
  • Comprobante de domicilio
  • Otros papeles según el monto o tipo de préstamo

¿Cuáles son las ventajas de pedir un préstamo en el entorno laboral?

Pedir un préstamo dentro del ámbito de trabajo puede traer beneficios concretos para quien lo toma. No se trata solo de acceso a dinero: ordena la economía personal, baja el estrés y fortalece el vínculo con la organización. Tasas más razonables, descuentos en recibo y acompañamiento de RRHH suelen completar un esquema que facilita decisiones sin romper el presupuesto.

  • Mejores tasas: Condiciones más favorables que en el mercado abierto
  • Gestión ágil: Sin tanto papeleo, con respuesta rápida
  • Alivio fiscal: En algunos casos, se pueden deducir intereses de los impuestos a las ganancias
  • Mejora el clima interno: Un trabajador que se siente respaldado es un trabajador más comprometido.

¿Cómo se pagan estos préstamos?

La comodidad también juega un rol importante.

  • Descuento directo del sueldo: Sin trámites extra, se deduce en cuotas.
  • Débito automático: Especialmente si es gestionado por bancos externos.

El sistema elegido depende del tipo de préstamo y el acuerdo entre la empresa y el trabajador.

¿Cuál es el rol de los recursos humanos en todo esto?

Recursos humanos no solo recibe formularios. Es el área que traduce las necesidades reales de los trabajadores en soluciones concretas.

  • Diseña programas internos de financiamiento.
  • Asesora sobre opciones, requisitos y condiciones.
  • Conecta con bancos o plataformas que ofrecen préstamos personales o Préstamos ANSES.
  • Evalúa el impacto: mide si el préstamo mejora la satisfacción, retención y bienestar.

Un buen programa de préstamos puede ser más poderoso que un bono, si está bien pensado y comunicado.

Los préstamos son parte del día a día económico en Argentina. Desde mi ANSES préstamos hasta líneas para PyMEs o planes corporativos, hay opciones para casi todos los perfiles. Pero como toda herramienta financiera, hay que usarla con cabeza: entender qué se está firmando, cuánto se va a pagar y si realmente se necesita.

Para las empresas, sumar programas de préstamos o acompañar a los empleados en su solicitud puede marcar una diferencia real. No es solo un número en una planilla: es mejorar la experiencia del trabajador y construir relaciones más sanas, duraderas y humanas.

Preguntas frecuentes

¿Pedir un préstamo puede afectar el salario neto del trabajador?

Sí, dependiendo del monto y la forma de pago. Si el préstamo se descuenta directamente del sueldo, el sueldo neto mensual se reduce. Por eso es clave evaluar la capacidad de pago real antes de comprometerse, para no generar un estrés financiero que termine impactando en el desempeño laboral.

¿Cómo impacta la salud mental del trabajador el acceso (o la falta) de herramientas financieras?

Contar con un préstamo a mano, justo cuando aprieta el mes, baja varios decibeles la ansiedad y ordena la cabeza. Lo contrario —no tener salida ante una urgencia— suele pegar de lleno en la salud mental: más preocupación, menos foco y un ánimo inestable que se nota en el trabajo y en la convivencia del equipo.

¿Existen préstamos destinados específicamente a capacitación profesional?

Sí. Algunas empresas ofrecen préstamos educativos como parte de sus políticas de formación continua. Estos préstamos cubren cursos, diplomaturas o certificaciones de capacitación, y se devuelven en cuotas con facilidades. Es una inversión que beneficia tanto al trabajador como a la empresa, fortaleciendo el talento interno.

¿Qué vínculo hay entre cultura organizacional y acceso a préstamos internos?

Una cultura organizacional que incorpora programas de asistencia financiera demuestra preocupación real por el bienestar de su gente. Estos gestos refuerzan la pertenencia, aumentan el compromiso y ayudan a construir relaciones laborales más equilibradas, donde la empresa se percibe como aliada y no solo como empleadora.

¿El trabajo remoto influye en la gestión de préstamos internos?

Sí. Con la virtualidad, muchas empresas debieron adaptar sus canales de atención financiera. Hoy es clave que los préstamos internos puedan solicitarse, gestionarse y monitorearse digitalmente. La agilidad y accesibilidad son esenciales para que el beneficio llegue a todos, incluso a quienes ya no pisan la oficina como aquellos en trabajo remoto o home office.

¿Puede el Ministerio de Trabajo intervenir en cuestiones relacionadas con préstamos laborales?

El Ministerio de Trabajo no regula préstamos internos en sí, pero sí vela por que no impliquen condiciones abusivas ni afecten derechos del trabajador. En situaciones de conflicto, puede actuar como mediador o recibir denuncias si un programa de préstamos se convierte en una herramienta de presión o condicionamiento laboral.

¿La Ley de Contrato de Trabajo establece algún límite sobre préstamos en el ámbito laboral?

Dentro de la Ley de Contrato de Trabajo no lo regula de forma específica, pero cualquier acuerdo que implique descuentos sobre el salario debe respetar los límites legales de embargabilidad y no vulnerar el derecho a un ingreso digno. Además, el trabajador debe prestar consentimiento claro, informado y sin presiones para que el préstamo sea válido.

 

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