Onboarding: ¿Qué es? ¿Cuál es el proceso?

Tabla de contenidos

  1. ¿Qué es el onboarding en Chile?
  2. ¿Para qué sirve el onboarding?
  3. ¿Cuáles son los objetivos del onboarding?
  4. ¿Cuáles son las fases del onboarding?
  5. ¿Cuál es el proceso de onboarding?
  6. ¿Cómo se debe utilizar la tecnología para mejorar el proceso?
  7. ¿Cuánto dura un onboarding?
  8. ¿Cómo hacer un onboarding exitoso?
  9. ¿Cuáles son los mejores procesos de onboarding?
  10. ¿Cuál es la diferencia entre el onboarding y la inducción?
  11. ¿Cómo beneficia el onboarding a los trabajadores?
  12. ¿Cuál es el papel de los recursos humanos frente al onboarding?

En la actualidad, lograr que una persona se incorpore bien a una empresa es tan importante como atraer al mejor talento. Y es ahí donde el onboarding se vuelve un pilar.En Chile, donde el mercado laboral no da tregua y la competencia por el talento es fuerte, este proceso toma un peso especial. No es solo una formalidad: puede marcar la diferencia entre alguien que llega y se queda, y alguien que se va antes de entender cómo funciona la empresa.

Cuando el onboarding está bien hecho, ayuda a que la persona se ubique rápido en su rol, pero además impacta de lleno en cómo se compromete y en cómo rinde desde el principio. Además, reduce la rotación y mejora la experiencia desde el minuto uno. Este artículo ofrece una mirada completa sobre cómo se vive y se gestiona este proceso en empresas chilenas, con foco en su impacto real y en las claves para hacerlo bien.

¿Qué es el onboarding en Chile?

El onboarding es, en esencia, el camino que recorre alguien cuando se suma a una nueva pega. No basta con mostrarle el escritorio o pasarle un par de documentos: lo importante es acompañar ese aterrizaje, ayudarle a entender cómo se mueve la empresa, qué se espera de su rol y, quizás lo más importante, cómo se vive el día a día puertas adentro.

No debe confundirse con la inducción ni con una simple capacitación. Mientras esas entregan información o habilidades, el onboarding combina todo eso, con un enfoque mucho más integral. En Chile, su importancia se nota especialmente en sectores con alta rotación o con roles que requieren un nivel técnico alto.

Cuando este proceso está bien pensado, los nuevos trabajadores se sienten valorados y bienvenidos, lo que mejora su participación y hace más corta la curva de adaptación.

¿Para qué sirve el onboarding?

Este proceso tiene varios propósitos clave dentro de una organización, todos con el mismo fin: que la persona que llega se integre bien, se quede y aporte.

  • Adaptación más rápida: Con una guía clara desde el inicio, los nuevos equipos entienden mejor sus tareas y cómo trabajar con otros.
  • Curva de aprendizaje más corta: Al recibir la información y herramientas necesarias desde el comienzo, el rendimiento mejora en menos tiempo.
  • Menor rotación: Las personas que se sienten bien recibidas tienden a quedarse, lo que baja costos y mejora la estabilidad.
  • Mejor clima laboral: Un buen comienzo genera relaciones más sanas y un ambiente colaborativo.
  • Mayor sentido de pertenencia: Cuando alguien siente que su llegada fue planificada, su compromiso crece.

¿Cuáles son los objetivos del onboarding?

El onboarding no es solo una bienvenida bien intencionada. Lo que realmente busca es que la persona que llega se conecte con la cultura de la empresa, con su equipo y con el sentido de su trabajo. La idea no es solo que sepa qué tiene que hacer, sino que entienda por qué su rol importa dentro del engranaje general.

Desde RRHH, esto permite acelerar el tiempo de integración, alinear expectativas y detectar posibles brechas desde el inicio. Además, se transforma en una oportunidad para mostrar el estilo de liderazgo y comunicación que se vive en la empresa.

¿Cuáles son las fases del onboarding?

El proceso suele dividirse en varias etapas, que ayudan a ordenar la experiencia de quien llega:

  • Pre-onboarding: Antes de que la persona empiece, se le envía información básica, se prepara su espacio y se le presenta (aunque sea virtualmente) al equipo. Esto reduce la ansiedad y genera una primera impresión positiva.
  • Inducción: Es el primer día o semana. Se cuenta la historia de la empresa, sus valores, y se entregan documentos clave como el reglamento o los beneficios. También se presentan los principales referentes y compañeros.
  • Integración: Se enfoca en la parte técnica. Puede incluir capacitaciones, reuniones con otras áreas y la asignación de un “guía” o mentor. El objetivo es que la persona gane confianza y se sienta parte del equipo.
  • Evaluación y retroalimentación: Permite revisar cómo va el proceso, ajustar lo que no está funcionando y apoyar donde haya dudas o vacíos.

¿Cuál es el proceso de onboarding?

Aunque cada organización puede tener su versión, hay ciertos pasos comunes que hacen que el onboarding sea más completo:

  • Bienvenida y presentación: RRHH y el equipo directo reciben al nuevo ingreso. Se hace una presentación general que ayude a romper el hielo.
  • Entrega de herramientas: Desde el correo institucional hasta el computador y los accesos a sistemas. Todo lo necesario para trabajar.
  • Capacitación inicial: Según el cargo, puede incluir desde protocolos internos hasta plataformas de uso diario.
  • Acompañamiento inicial: Un referente interno ayuda en los primeros pasos, aclara dudas y conecta con otros equipos.
  • Revisiones periódicas: Se agenda una o varias reuniones para revisar cómo va el proceso y ajustar si hace falta.

¿Cómo se debe utilizar la tecnología para mejorar el proceso?

La tecnología puede ser una gran aliada. En vez de entregar papeles y correos sueltos, las plataformas digitales permiten ordenar y automatizar buena parte del proceso.

Por ejemplo:

  • Usar sistemas de onboarding que integren capacitaciones, firma digital, videos y formularios.
  • Incorporar LMS (sistemas de aprendizaje) para formar en línea sin perder trazabilidad.
  • Aplicar encuestas digitales para medir la experiencia desde el inicio.

Todo esto no solo ahorra tiempo, sino que mejora la experiencia y entrega datos valiosos para seguir ajustando el proceso.

¿Cuánto dura un onboarding?

La duración varía. Puede ir desde una semana hasta varios meses, según el tipo de rol y la complejidad del trabajo. En cargos operativos, una o dos semanas suelen bastar. Mientras, en cargos técnicos o de liderazgo, el onboarding puede durar de tres a seis meses, e incluso más si el contexto lo requiere.

En sectores con alta rotación, como retail o call centers, tener un onboarding corto pero efectivo es clave. Permite que la persona se adapte rápido y se quede.

Para saber si está funcionando, muchas empresas aplican encuestas de satisfacción, revisan el desempeño de los primeros meses y recogen feedback del equipo. Cuando el proceso está bien hecho, se nota: la persona se integra rápido, entiende su rol y se compromete con el trabajo desde el inicio.

¿Cómo hacer un onboarding exitoso?

Un buen proceso de integración no se improvisa. Requiere tiempo, mirada estratégica y sobre todo, consistencia. Para que funcione de verdad, el onboarding debe estar bien planificado desde antes de que la persona ponga un pie en la oficina (o se conecte por primera vez).

Aspectos esenciales para que resulte

  • Preparación previa: Nada peor que improvisar. Tener los accesos listos, un escritorio asignado o simplemente que el equipo sepa que llega alguien nuevo marca una gran diferencia.
  • Bienvenida y presentación: La primera impresión pesa. Presentar al equipo, explicar la cultura y dejar claro qué se espera del nuevo rol crea un ambiente acogedor desde el inicio.
  • Capacitación ordenada: Formar desde el principio en herramientas y procesos reduce la incertidumbre y mejora el rendimiento mucho más rápido.
  • Espacio para el feedback: La escucha activa es clave. Preguntar cómo va todo, recibir comentarios y ajustar lo necesario demuestra que hay interés real en su experiencia.
  • Acompañamiento y mentoría: Tener a alguien que guíe los primeros pasos no solo facilita la adaptación, también evita que el nuevo ingreso se sienta a la deriva.
  • Evaluación constante: Hacer seguimiento del proceso permite mejorar continuamente y detectar brechas a tiempo.

Un onboarding bien hecho no es solo un gesto de bienvenida. Es una inversión concreta que mejora la retención, el compromiso y la cultura organizacional.

¿Cuáles son los mejores procesos de onboarding?

Las empresas que se toman en serio la integración de nuevas personas suelen salirse del molde. Y no porque hagan cosas raras, sino porque adaptan el proceso a su realidad, cultura y estilo.

Algunas prácticas que marcan la diferencia

  • Digital desde el inicio: Compañías como Google o Microsoft permiten que los nuevos colaboradores accedan a plataformas con contenidos clave incluso antes de su primer día. Así llegan con menos ansiedad y más claridad.
  • Toques de gamificación: Algunas organizaciones usan dinámicas con desafíos o recompensas simbólicas para hacer la experiencia más entretenida y participativa.
  • Mentoría estructurada: Facebook, por ejemplo, asigna un mentor desde el primer día. Eso genera confianza y abre canales de apoyo informal pero clave.
  • Proceso adaptado al perfil: No es lo mismo integrar a alguien en ventas que a un perfil técnico. Personalizar el camino de entrada según el rol mejora los resultados.

En resumen, lo que funciona no es copiar lo que hacen otros, sino construir un onboarding coherente con la cultura, las necesidades del equipo y los desafíos reales del puesto.

¿Cuál es la diferencia entre el onboarding y la inducción?

Aunque muchas veces se usen como sinónimos, hay una diferencia de fondo. La inducción es más puntual y generalmente corta. Suele cubrir las reglas básicas: políticas, estructura de la empresa, seguridad, quién es quién.

El onboarding, en cambio, va mucho más allá. Se trata de un proceso extendido que busca que la persona no solo entienda cómo funciona todo, sino que también se sienta parte del equipo, entienda el “para qué” de su rol y empiece a aportar con confianza.

Desde la mirada de recursos humanos, esta diferencia importa. Porque mientras la inducción puede resolverse en una semana, el onboarding puede durar meses, y es ahí donde se juega de verdad la integración, el compromiso y, a largo plazo, la permanencia en la empresa.

¿Cómo beneficia el onboarding a los trabajadores?

Empezar en un lugar nuevo genera nervios, incluso para perfiles con experiencia. Un buen onboarding puede reducir esa tensión y hacer que la transición sea mucho más llevadera.

Entre los beneficios más claros están:

  • Menos incertidumbre, más seguridad: Saber qué se espera desde el primer día ayuda a enfocarse y ganar confianza.
  • Conexión con el equipo: Interactuar desde el comienzo con compañeros y supervisores fortalece relaciones y evita el aislamiento.
  • Mayor satisfacción laboral: Sentirse valorado desde el inicio impacta directamente en cómo la persona se vincula con la empresa.
  • Red de apoyo desde el arranque: Conocer a quién acudir, tener un mentor o guía informal, facilita mucho el trabajo diario.

En definitiva, es una forma de demostrar que, más allá del cargo, a la persona también se la considera.

¿Cuál es el papel de los recursos humanos frente al onboarding?

Recursos humanos no solo lidera este proceso: lo diseña, lo implementa y lo mejora. Su rol va mucho más allá de enviar un manual o dar una charla el primer día.

  • Planificación y coordinación: Implica definir los pasos, materiales, actividades y actores clave para cada perfil que se incorpora.
  • Conexión con otras áreas: RRHH no puede hacer onboarding solo. Necesita que líderes, equipos y referentes participen activamente.
  • Seguimiento y ajuste: Detectar a tiempo si algo no está funcionando es parte del trabajo. El feedback del nuevo ingreso es clave para corregir el rumbo.
  • Soporte activo: Ante cualquier problema, el área debe actuar con rapidez, brindar apoyo, reasignar referentes o facilitar soluciones.

La tecnología también entra en escena: plataformas de capacitación, formularios digitales, encuestas automáticas… todo suma cuando se trata de facilitar la integración.

En resumen, cuando los recursos humanos toman en serio el onboarding, se nota: los ingresos se vuelven más fluidos, las personas se sienten mejor acogidas y la empresa gana en cohesión y eficiencia.

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