Outsourcing: ¿Qué es? ¿Cómo funciona?

Tabla de contenidos

  1. ¿Qué es el outsourcing en Chile?
  2. ¿Para qué sirve el outsourcing?
  3. ¿En qué consiste el outsourcing?
  4. ¿Cuáles son las desventajas del outsourcing?
  5. ¿Cómo funciona el outsourcing en Chile?
  6. ¿Cuáles son los tipos de outsourcing?
  7. ¿Qué beneficios brinda el outsourcing para los trabajadores?
  8. ¿Cómo los recursos humanos gestionan el outsourcing?
  9. ¿Cómo los recursos humanos deben actuar en caso de conflictos con los trabajadores externalizados?
  10. ¿Cuál es el papel de la auditoría y el control en la gestión del outsourcing?
  11. Una herramienta útil, si se gestiona con responsabilidad

Hablar de outsourcing en Chile ya no es novedad. Hoy es parte de las estrategias que muchas empresas (de distintos tamaños y rubros) usan para seguir siendo competitivas en un entorno que no da tregua. ¿El objetivo? Delegar ciertas funciones que, aunque necesarias, no forman parte del negocio principal. Y hacerlo de forma inteligente, con foco en eficiencia y especialización.

No se trata solo de “ahorrar costos”, aunque ese beneficio es real. En el fondo, el outsourcing bien pensado le permite a las organizaciones enfocarse en lo que hacen mejor, mientras un tercero (con experiencia en lo suyo) se encarga del resto. Desde RRHH hasta logística, pasando por IT y servicios financieros, esta práctica viene creciendo con fuerza en el mercado chileno.

Este artículo recorre sus principales usos, beneficios, riesgos y lo que implica gestionarlo bien desde la mirada de quienes lideran equipos o tienen responsabilidad directa sobre la operación y el talento.

¿Qué es el outsourcing en Chile?

En chileno simple: consiste en delegar a un tercero las labores que no mueven la aguja principal de tu negocio. Piensa en la liquidación de sueldos, el soporte TI o, derechamente, la distribución de tus productos: todo eso lo externalizas para dedicar tus energías al núcleo de la empresa. Cosas importantes, sí, pero que no necesariamente tienen que manejar puertas adentro.

Ahora bien, aunque muchas veces se mezclan los términos, conviene separar aguas: subcontratación y tercerización no son sinónimos exactos. Mientras la primera suele implicar una tarea específica, la segunda puede involucrar procesos más amplios y sostenidos. El outsourcing, por su parte, apunta a integrar servicios que ayuden a la empresa a operar mejor, sin cargar con toda la estructura interna.

En el escenario chileno, esta estrategia ha ganado espacio por dos razones principales: permite responder rápido a los cambios del mercado y habilita el acceso a servicios más sofisticados sin tener que construirlos desde cero. En un escenario donde el tiempo apremia y los recursos se encogen, contar con esa ventaja se vuelve un diferenciador clave.

¿Para qué sirve el outsourcing?

Ojo: tercerizar no es una varita mágica, pero cuando se hace con criterio puede ser el empujón que haga la diferencia. Algunas de sus funciones más valoradas en las empresas chilenas son:

  • Aliviar costos operativos: Evita tener que armar estructuras internas para tareas que pueden resolverse desde afuera, sin sacrificar calidad.
  • Acceder a especialización real: Contar con proveedores que manejan al dedillo su rubro mejora los estándares y reduce errores.
  • Ser más flexible: Ayuda a escalar o reducir capacidades según demanda, sin pasar por procesos largos de contratación o desvinculación.
  • Focalizar esfuerzos: Libera al equipo interno para que ponga su energía donde realmente importa: el corazón del negocio.
  • Ahorrar tiempo clave: Delegar tareas administrativas o repetitivas permite enfocarse en lo estratégico.

Para muchas organizaciones, sobre todo medianas y grandes, externalizar ciertas funciones no solo es una alternativa viable, sino parte del modelo de negocio.

¿En qué consiste el outsourcing?

Más allá de la definición general, el outsourcing puede adoptar distintos formatos, según dónde esté ubicado el proveedor que se contrata:

  • Offshore: Cuando se externaliza a países lejanos, normalmente por un tema de reducción de costos. Suele usarse en tecnología o atención al cliente.
  • Nearshore: Se delega a países cercanos, lo que facilita la coordinación horaria y cultural. En América Latina esto es cada vez más común.
  • Onshore: La empresa contratada está dentro del mismo país. Esto mejora el control, reduce barreras legales y facilita auditorías o visitas presenciales.

Para que esta relación funcione, hay que dejar todo bien atado desde el principio: contrato claro, niveles de servicio definidos, herramientas de seguimiento, y sobre todo, una buena coordinación entre las partes. Porque si eso no está, el riesgo de frustraciones es alto.

¿Cuáles son las desventajas del outsourcing?

Aunque tiene varios beneficios, no es una fórmula sin costos ni riesgos. Algunos puntos a tener en cuenta antes de subirse a este modelo:

  • Pérdida de control: Ceder funciones significa depender de alguien más para que las cosas salgan como uno espera.
  • Dependencia crítica: Si el proveedor falla (por mala gestión, crisis financiera o falta de adaptación) puede afectar directamente el negocio.
  • Desajustes culturales o comunicacionales: Sobre todo en modelos offshore, puede haber choques de idioma, costumbres o expectativas.
  • Riesgos en la confidencialidad: Al entregar información interna a terceros, hay que ser extremadamente cuidadosos con los protocolos de seguridad.
  • Costos “invisibles”: Supervisar, capacitar, revisar contratos o hacer ajustes también tiene un costo que no siempre se ve en el Excel.

Mitigar estos riesgos exige una gestión activa desde recursos humanos, legal y operaciones, además de un monitoreo constante del servicio.

¿Cómo funciona el outsourcing en Chile?

En Chile, la externalización de servicios está regulada principalmente por el Código del Trabajo, que contempla aspectos como la subcontratación y la responsabilidad solidaria entre mandante y contratista. Esto implica que:

  • La empresa principal sigue siendo responsable ante la ley si el proveedor no cumple con sus obligaciones laborales.
  • Recursos humanos debe vigilar que los trabajadores externalizados tengan condiciones adecuadas, incluso si no están en la nómina directa.
  • La Dirección del Trabajo puede fiscalizar estas relaciones, e imponer sanciones si detecta malas prácticas.

¿Dónde se usa más? 

Hoy los sectores más activos en outsourcing en Chile son:

  • Tecnología: Soporte técnico, desarrollo, seguridad informática.
  • Recursos humanos: Nóminas, reclutamiento, administración de beneficios.
  • Logística: Bodegaje, distribución, servicio al cliente.
  • Finanzas: Cobranzas, contabilidad, auditorías.

Más allá del giro de la empresa, la diferencia la hace la gestión: acuerdos transparentes, monitoreo riguroso y revisiones constantes.

¿Cuáles son los tipos de outsourcing?

Este modelo tiene varias versiones según el tipo de servicio que se delega. Los más comunes son:

Outsourcing de procesos de negocio (BPO)

Se usa para funciones administrativas clave pero no estratégicas, como contabilidad, atención al cliente o recursos humanos. Ayuda a liberar carga operativa.

Outsourcing de tecnologías de la información (ITO)

Involucra la parte técnica: infraestructura, redes, desarrollo de software o soporte. Muy utilizado por empresas que no pueden (o no quieren) montar un departamento IT completo.

Outsourcing de manufactura

Acá se externaliza directamente la producción o el armado de productos. Es habitual en industrias como electrónica, textil o automotriz.

Outsourcing de recursos humanos

Desde el reclutamiento hasta la gestión de remuneraciones. Ideal para empresas que quieren profesionalizar esa área sin absorberla internamente.

Outsourcing de servicios especializados

Incluye tareas más puntuales que requieren experiencia técnica, como auditorías legales, campañas de marketing digital o consultorías en sostenibilidad. Se contrata por proyecto o retención mensual.

¿Qué beneficios brinda el outsourcing para los trabajadores?

Aunque el outsourcing suele verse como una jugada enfocada en eficiencia, quienes se desempeñan bajo este esquema también cosechan beneficios que vale la pena tener en el radar.

Más puertas abiertas en empresas especializadas

No todos los profesionales logran entrar directamente a grandes organizaciones o proyectos desafiantes. A través del outsourcing, muchos encuentran oportunidades laborales en empresas proveedoras que operan con altos estándares, accediendo así a entornos donde pueden crecer profesionalmente y poner a prueba sus habilidades en condiciones más dinámicas.

Experiencia que se multiplica

El tránsito por distintas industrias, metodologías y culturas organizacionales amplía el abanico de herramientas que un trabajador va incorporando. Esto no solo mejora su perfil en el mercado, sino que también lo vuelve más adaptable y resolutivo ante nuevos desafíos laborales.

Flexibilidad y diversidad de proyectos

Dependiendo del rubro y la empresa contratista, es posible encontrar esquemas más flexibles que los tradicionales. Además, la posibilidad de participar en distintos proyectos permite mantener un aprendizaje constante y evitar la rutina que, muchas veces, afecta la motivación en cargos más estáticos.

¿Cómo los recursos humanos gestionan el outsourcing?

Cuando una empresa decide externalizar funciones, el rol de RRHH se vuelve clave para que el modelo funcione bien y no genere roces ni vacíos legales. Y esto no ocurre solo al momento de firmar un contrato.

Selección de proveedores con lupa

No basta con buscar precios convenientes. Recursos humanos debe mirar la trayectoria, cumplimiento legal y reputación del proveedor. Si el socio externo no comparte los estándares de calidad o la cultura organizacional, es probable que aparezcan fricciones más adelante.

Contratos claros y medibles

Los SLA (acuerdos de nivel de servicio) no son solo un formalismo. Bien redactados, se transforman en la vara con la que medir la calidad, los tiempos de respuesta y los compromisos asumidos. Sin esos parámetros, es difícil exigir mejoras o aplicar sanciones.

Seguimiento constante y con datos

La supervisión no puede quedarse en una reunión ocasional. Auditorías internas, encuestas de satisfacción, KPIs claros y reuniones periódicas permiten ajustar el rumbo cuando es necesario y detectar fallas antes de que escalen.

Comunicación fluida, adentro y afuera

Uno de los puntos críticos en cualquier outsourcing es la coordinación entre equipos internos y externos. Recursos humaanos debe facilitar espacios de integración, explicar el rol de los trabajadores externalizados y mantener abiertos los canales para resolver dudas o tensiones.

¿Cómo los recursos humanos deben actuar en caso de conflictos con los trabajadores externalizados?

Aun con una gestión impecable, es inevitable que en algún momento aparezcan conflictos. Y cuando eso pasa, RRHH tiene que intervenir de forma clara, pero justa.

  • Primero, conviene activar protocolos internos: recoger antecedentes, escuchar a las partes y evitar juicios apresurados.
  • Si se comprueba un incumplimiento (o incluso un simple malentendido) corresponde aplicar medidas proporcionales, sin pasar a llevar los derechos laborales de todas las personas involucradas.
  • En casos más complejos, donde ya hay tensión legal, puede ser necesario acudir a la Inspección del Trabajo o a asesoría externa para proteger tanto al trabajador como a la empresa.

¿Cuál es el papel de la auditoría y el control en la gestión del outsourcing?

No alcanza con elegir bien al proveedor ni con tener todo firmado. El verdadero éxito del outsourcing está en el control continuo. Y aquí, RRHH juega un rol que no siempre se ve, pero que marca la diferencia.

  • Las auditorías internas permiten chequear si el proveedor cumple lo acordado, si los pagos están al día y si los trabajadores están recibiendo un trato justo.
  • Las herramientas tecnológicas, como softwares de gestión, ayudan a sistematizar estos controles, identificar patrones y tomar decisiones basadas en evidencia.
  • Además, mantener una retroalimentación abierta con las personas que trabajan vía outsourcing permite ajustar prácticas y mejorar la experiencia general.

Una herramienta útil, si se gestiona con responsabilidad

El outsourcing no es una solución mágica. Puede ser un gran aliado estratégico para crecer, pero solo si se implementa con inteligencia y responsabilidad.

Para que realmente sume valor, hace falta:

  • Elegir bien a los proveedores.
  • Armar contratos sólidos y medibles.
  • Controlar que se cumplan estándares.
  • Integrar a los equipos externos de forma real, no solo formal.
  • Y sobre todo, asumir desde recursos humanos que este modelo impacta directamente en la cultura y en la reputación interna de la empresa.

En un contexto como el chileno, donde las regulaciones son claras y exigentes, no hay margen para improvisar. Por eso, adoptar tecnologías de gestión, documentar cada paso y actuar siempre dentro del marco legal no solo evita problemas: construye confianza, dentro y fuera de la organización.

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