Telemedicina: ¿Qué es? ¿Para qué sirve?

Tabla de contenidos

  1. ¿Qué es la telemedicina en Chile?
    • - Evolución histórica de la telemedicina en Chile
  2. ¿Para qué sirve la telemedicina?
    • - ¿Qué permite concretamente?
    • - Aplicaciones concretas
  3. ¿Cuáles son los tipos de telemedicina?
    • - Según el tipo de contacto
    • - Según la especialidad
    • - Según el tipo de servicio
  4. ¿Qué tan buena es realmente la telemedicina?
    • - Ventajas
    • - Desventajas
  5. ¿Cuáles son los servicios que ofrece la telemedicina?
    • - Consultas médicas
    • - Seguimiento de condiciones crónicas
    • - Telediagnóstico
    • - Educación remota en salud
  6. ¿Cómo se puede acceder a la telemedicina en Chile?
    • - A través de las ISAPRES
    • - A través de FONASA
    • - Aplicaciones móviles y plataformas online
  7. ¿Cuánto cuesta la telemedicina en Chile?
    • - Factores que influyen en el costo
    • - Comparación de costos con la atención presencial
  8. ¿Cómo pueden las empresas ofrecer la telemedicina como beneficio?
    • - Beneficios para los empleados
    • - Beneficios para las empresas
  9. ¿Qué beneficios brinda la telemedicina a los trabajadores?
    • - Mayor flexibilidad
    • - Reducción del estrés
    • - Mejora de la adherencia a los tratamientos
  10. ¿Cómo los recursos humanos gestionan la telemedicina?
    • - Selección de proveedores de telemedicina
    • - Implementación de programas de telemedicina
    • - Comunicación a los empleados sobre los beneficios
    • - Evaluación de la efectividad de los programas

Lo que en un comienzo parecía una medida de emergencia para surfear la pandemia, terminó quedándose. Hoy es parte del día a día: videollamadas con el médico, diagnósticos sin contacto físico y controles a distancia ya no sorprenden a nadie. Se volvió algo cotidiano, casi invisible de tan integrado que está. Y no solo cambió la forma en que los pacientes acceden a la salud: también está remeciendo las lógicas internas de muchas organizaciones, obligando a repensar cómo se aborda el bienestar dentro de contextos laborales más híbridos y distribuidos.

¿Qué es la telemedicina en Chile?

En términos simples, se trata de atender a una persona sin que tenga que estar frente a frente con el profesional de salud. Pero no es algo improvisado. En Chile, el marco que regula cómo se entrega la atención médica (ya sea presencial o a distancia) no es improvisado. Existe una base legal concreta: la Ley N.º 20.584, que deja bien establecido qué derechos y deberes tienen las personas en temas de salud. A eso se suma el rol activo que ha tomado la Superintendencia de Salud, que ha definido ciertos criterios y requisitos pensados no solo para garantizar una atención de calidad, sino también para cuidar cómo se manejan los datos personales en estas plataformas digitales. Porque cuando se trata de salud, proteger la información es tan clave como el diagnóstico mismo.

Evolución histórica de la telemedicina en Chile

Antes del 2020, hablar de atención médica remota era casi anecdótico. Existían pilotos en algunos hospitales grandes o clínicas privadas, pero sin mayor alcance. Fue la llegada del COVID-19 la que obligó a apretar el acelerador. Con el distanciamiento social como norma, hubo que transformar lo opcional en política sanitaria. En cuestión de semanas, centros públicos y privados migraron a lo digital. El desafío ahora es sostener esa transformación, mejorar su cobertura, y lograr que funcione parejo para todos, sin perder calidad en el camino.

¿Para qué sirve la telemedicina?

Aunque muchos piensan que se limita a videollamadas con el doctor, la verdad es que es mucho más amplia. En la práctica, se convirtió en una herramienta concreta para derribar barreras que antes eran casi insalvables. En zonas donde conseguir una hora con un especialista es una odisea, esta opción abre puertas. Ayuda a descongestionar los centros de salud, y permite un seguimiento más cercano, sobre todo en pacientes con enfermedades crónicas. No reemplaza todo, está claro, pero marca una diferencia que se siente.

¿Qué permite concretamente?

Acercar la salud a quienes están lejos: En comunas rurales o zonas extremas, donde tener una consulta con un especialista puede tardar meses o significar un viaje complicado, la atención remota cambia las reglas del juego. Evita desplazamientos y reduce los costos, tanto para el paciente como para el sistema.

Mejorar el día a día de las personas: Hacerse un chequeo sin salir de casa, sin pedir medio día libre ni hacer fila en la sala de espera, mejora la calidad de vida. Facilita la adherencia a los controles médicos, porque elimina buena parte de las trabas logísticas.

Hacer más eficiente el sistema: Si un control se puede resolver en línea, no tiene sentido ocupar un box presencial. Eso permite destinar tiempo y recursos a los casos que realmente lo requieren. Se reducen hospitalizaciones innecesarias, se baja el gasto y se enfoca mejor la atención.

Aplicaciones concretas

  • Consultas generales o con especialistas, sin moverse de casa. 
  • Controles regulares para personas con condiciones crónicas como la hipertensión o la diabetes, donde pueden enviarse datos desde casa y hacer ajustes sin tener que ir cada vez al centro médico. 
  • Diagnósticos que se aceleran gracias al envío digital de imágenes o exámenes clínicos, lo que permite revisar todo más rápido y sin que eso afecte la calidad de la atención. 
  • Instancias de capacitación y actualización profesional para equipos de salud, que se pueden hacer en línea, sin tener que mover turnos ni trasladarse a otra ciudad.

¿Cuáles son los tipos de telemedicina?

No hay una única forma de prestarla. El modelo varía según el tipo de interacción, la especialidad involucrada y la lógica del servicio.

Según el tipo de contacto

Síncrona: La atención ocurre en tiempo real. Es decir, médico y paciente se comunican al mismo tiempo, usualmente por videollamada.

Asíncrona: Se recopila información —exámenes, antecedentes, imágenes— y luego el profesional la revisa con calma. Ideal para ciertos seguimientos o diagnósticos.

Según la especialidad

General: Pensado para controles rutinarios, primeros chequeos o derivaciones.

Especializada: Hay ramas que han empujado fuerte este formato, como dermatología, cardiología o salud mental, con resultados prometedores.

Según el tipo de servicio

Teleconsulta: Es el contacto directo entre paciente y médico vía digital. Sirve para aclarar dudas, ajustar tratamientos o hacer seguimientos, sin moverse de casa.

Telediagnóstico: Permite que profesionales revisen a distancia exámenes o imágenes clínicas. En lugares donde escasean ciertos especialistas, esto hace una gran diferencia.

Telemonitorización: Esta modalidad permite tener un ojo puesto —de forma continua— en parámetros clave como la presión o la glucosa, sin que el paciente tenga que moverse de su casa. Los dispositivos registran los datos y los mandan directo al equipo médico, lo que permite ir haciendo ajustes sobre la marcha sin esperar a la próxima consulta.

¿Qué tan buena es realmente la telemedicina?

Como pasa con casi todo lo que uno se plantea incorporar de verdad, tiene sus pros… y también sus contras. Hay ventajas evidentes, sí, pero también ciertos puntos débiles que conviene tener claros antes de sumarla de forma estructurada a un plan de salud laboral.

Ventajas

  • Mayor acceso: Personas que antes quedaban fuera del sistema por distancia, ahora pueden atenderse. 
  • Reducción en los tiempos de espera: En algunas especialidades, conseguir una hora puede demorar semanas. Este canal agiliza eso. 
  • Más comodidad: Ser atendido desde un espacio familiar reduce el estrés y mejora la experiencia del paciente. 
  • Optimización de recursos: Menos uso de infraestructura física, mejor gestión del personal médico y un sistema que opera con mayor eficiencia. 

Desventajas

  • No todo se resuelve online: Hay diagnósticos y tratamientos que requieren examen físico sí o sí. 
  • Brechas digitales: En zonas con mala conexión o baja alfabetización digital, el servicio pierde fuerza. 
  • Privacidad y seguridad: Los datos médicos son sensibles. Usar plataformas seguras es una exigencia, no un lujo. 

¿Cuáles son los servicios que ofrece la telemedicina?

El menú de prestaciones que hoy están disponibles bajo este formato es amplio y sigue sumando opciones.

Consultas médicas

  • Medicina general: Ideal para orientación básica, renovar recetas, o derivar cuando es necesario. 
  • Especialidades: Varias clínicas ya ofrecen atenciones remotas en dermatología, neurología, endocrinología, entre otras. 
  • Salud mental: Psicólogos y psiquiatras han potenciado mucho este canal. La demanda post pandemia hizo evidente su utilidad. 

Seguimiento de condiciones crónicas

Personas que viven con condiciones como hipertensión, diabetes o EPOC tienen hoy la posibilidad de mandar sus datos de salud cada cierto tiempo, sin necesidad de agendar una consulta cada vez. Eso facilita que el tratamiento se vaya ajustando sobre la marcha y, en la práctica, ayuda a que se mantenga el control más firme y constante.

Telediagnóstico

Lectura remota de radiografías, exámenes de sangre, ecografías, etc. Ahorra tiempos, evita traslados y permite actuar más rápido ante cualquier anomalía.

Educación remota en salud

  • Para equipos clínicos: Cursos, talleres y capacitaciones que se pueden seguir desde cualquier lugar. 
  • Para pacientes: Instancias formativas que fomentan hábitos saludables y empoderan en el autocuidado.

¿Cómo se puede acceder a la telemedicina en Chile?

El acceso a la telemedicina en Chile ha ido agarrando vuelo de manera bastante sostenida. No fue algo que se instaló de golpe, pero entre el avance tecnológico y el impulso que han puesto tanto el Estado como las clínicas y aseguradoras, hoy pedir una consulta médica sin salir de la casa es algo totalmente al alcance. Existen distintas alternativas, y la más adecuada para cada persona va a depender del sistema de salud en el que esté afiliada o de qué plataformas tenga a mano para conectarse.

A través de las ISAPRES

Las ISAPRES, por ejemplo, han ido incorporando la telemedicina dentro de sus planes, sumando consultas médicas virtuales como parte de su oferta regular. Quienes están afiliados pueden pedir hora por las plataformas habilitadas por su aseguradora y hablar directamente con un profesional, sin necesidad de moverse de la casa u oficina. Esto ya se incluye en muchos planes estándar, aunque en algunos casos (si se trata de una especialidad puntual) puede haber un copago. Para conocer bien qué cubre cada plan, lo más directo es revisar las páginas oficiales de aseguradoras como Colmena o Banmédica.

A través de FONASA

Desde el lado público, FONASA también ha dado pasos para integrar la telemedicina. El despliegue es algo más acotado en comparación con el sector privado, pero ya se están llevando a cabo programas piloto junto a hospitales y centros de salud familiar. Esto ha permitido que usuarios puedan acceder a consultas virtuales en áreas como medicina general o salud mental. La proyección es que estos programas vayan tomando fuerza y cobertura durante los próximos años, ampliando la llegada especialmente en regiones o sectores donde el acceso tradicional es más complejo.

A través de clínicas y hospitales

Hoy, tanto clínicas como hospitales (ya sean del sistema público o privado) están sumándose a la atención a distancia. Muchos incluso han desarrollado sus propias plataformas, donde uno puede pedir hora, hablar con un médico y seguir sus indicaciones, sin tener que poner un pie fuera de la casa. Incluso han sumado líneas telefónicas o apps móviles para hacer el proceso más accesible. Algunos ejemplos concretos: la Clínica Alemana o la Red de Salud UC Christus tienen portales específicos pensados justamente para facilitar este tipo de atención.

Aplicaciones móviles y plataformas online

También están las apps móviles y plataformas digitales que vinculan directamente a pacientes con médicos de diferentes especialidades. Estas herramientas permiten agendar consultas en pocos minutos, recibir recetas en línea o incluso tener orientación inmediata si el caso lo requiere. En Chile, nombres como TuMédico o Doctor Online han ganado terreno y funcionan tanto para afiliados a ISAPRES como para personas que quieren pagar por cuenta propia.

¿Cuánto cuesta la telemedicina en Chile?

El precio de la telemedicina en el país no es único ni fijo. Depende de varios elementos, aunque en la mayoría de los casos resulta más barata que una atención presencial. Aun así, no está de más entender qué factores influyen en lo que finalmente se paga.

Factores que influyen en el costo

  • Tipo de atención: No es lo mismo una consulta general que una evaluación con un especialista en neurología o cardiología. Las tarifas pueden variar bastante según el área médica. 
  • Tiempo de consulta: La duración también pesa. Si el médico necesita hacer un seguimiento más detallado o resolver dudas complejas, eso puede reflejarse en el valor final. 
  • Especialidad involucrada: Algunas áreas requieren herramientas o conocimientos más específicos (como radiología o psiquiatría) lo que puede encarecer la atención. 

Comparación de costos con la atención presencial

A nivel general, este tipo de servicio tiende a ser más económico. Acá no hay que cubrir gastos de infraestructura ni perder tiempo moviéndose de un lado a otro o esperando en la sala. Eso ya hace una diferencia. Para hacerse una idea, una consulta virtual con un médico general puede costar entre $15.000 y $25.000 pesos, mientras que la misma atención presencial fácilmente pasa los $30.000, dependiendo del lugar. Y a eso se suma que varias ISAPRES ya están cubriendo estas atenciones (algunas por completo, otras de forma parcial) lo que ayuda bastante a alivianar el bolsillo del paciente.

 

¿Cómo pueden las empresas ofrecer la telemedicina como beneficio?

Cada vez son más las empresas que integran la telemedicina dentro de sus beneficios, y no se trata de seguir una tendencia pasajera. Esta decisión impacta de forma concreta en la salud de las personas, pero también mejora la productividad, el clima laboral y la manera en que los equipos ven a su empresa.

Si quieres darle un giro más cercano, técnico o inspiracional, puedo afinarlo según el tono que prefieras.

Beneficios para los empleados

  • Acceso rápido y flexible: Poder agendar una consulta sin salir del trabajo, o incluso desde casa, ahorra tiempo y permite resolver temas de salud sin alterar toda la jornada. 
  • Menos gastos y menos traslados: No hay que gastar en movilización ni perder horas en salas de espera. Eso se traduce en menos estrés y mayor foco en el bienestar. 
  • Mejor manejo de la salud: Tener acceso a atención médica facilita el seguimiento de enfermedades crónicas, permite prevenir complicaciones y da más tranquilidad, tanto para la persona como para su familia. 

Beneficios para las empresas

  • Más productividad: Si una dolencia menor se resuelve a tiempo, el trabajador no se ausenta innecesariamente. Y eso repercute directamente en la continuidad operativa. 
  • Menos licencias prolongadas: Atacar los problemas de salud cuando recién aparecen reduce el riesgo de ausencias largas por complicaciones que se podrían haber evitado. 
  • Buena imagen y retención de talento: Ofrecer este tipo de beneficios habla bien de la empresa, muestra preocupación real por el equipo y ayuda a fidelizar a los buenos profesionales. 

Desde RRHH, una forma práctica de implementar esto es firmar convenios con ISAPRES, clínicas o plataformas que ya tienen experiencia en este tipo de atención. Así se garantiza que los trabajadores accedan a servicios confiables, y al mismo tiempo se construye una cultura organizacional más cuidada y sostenible.

¿Qué beneficios brinda la telemedicina a los trabajadores?

Desde la mirada de los colaboradores, la telemedicina representa una solución concreta para varios dolores de cabeza del día a día. Mejora la calidad de vida, sí, pero también contribuye al equilibrio entre la salud, el trabajo y la vida personal.

Mayor flexibilidad

Uno de los grandes puntos a favor es la libertad para atenderse sin tanto trámite. Una persona puede tener una cita médica desde su casa, la oficina o incluso estando de viaje. Muchas de estas plataformas, además, funcionan fuera del horario tradicional, lo que facilita encontrar un espacio que no choque con otras responsabilidades. Para quienes tienen agendas apretadas o cuidan de otros, esto hace toda la diferencia.

Reducción del estrés

No tener que correr por media ciudad para llegar a un centro médico, ni pasar horas esperando en una sala llena, cambia la experiencia por completo. La atención se da en un ambiente más cómodo, menos apurado, y eso incide directamente en el ánimo del paciente. Es un detalle que, sumado, tiene peso en el bienestar general.

Mejora de la adherencia a los tratamientos

Cuando se eliminan las barreras logísticas, las personas tienden a seguir mejor sus tratamientos. Esto es clave en enfermedades crónicas, donde los chequeos regulares marcan la diferencia. Al facilitar el contacto con el médico, se evitan olvidos, se ajustan indicaciones y se mantiene el control. Todo esto reduce riesgos y, a la larga, también beneficia a la empresa que depende de la salud de su equipo.

¿Cómo los recursos humanos gestionan la telemedicina?

Hoy por hoy, muchas áreas de personas se están enfrentando a un desafío que ya dejó de ser novedad para convertirse en necesidad: cómo integrar servicios de telemedicina de manera que realmente aporten al bienestar del equipo y, al mismo tiempo, se alineen con la cultura y los objetivos de la organización. Porque no se trata solo de sumar un beneficio más, sino de hacerlo bien, con mirada estratégica.

Selección de proveedores de telemedicina

Partir con el pie derecho significa elegir con pinzas al proveedor. No basta con que tenga una app linda o buenos precios. Desde recursos humanos se espera un análisis serio de las alternativas disponibles, considerando no solo la variedad de servicios que ofrecen (consultas generales, especialidades, etc.), sino también qué tan confiables son los profesionales, lo intuitiva que resulta la plataforma para el usuario común y los costos asociados.

Un tema que no se puede pasar por alto es el cumplimiento normativo: cualquier proveedor que se elija debe estar al día con las exigencias legales locales, sobre todo en lo que respecta a la protección de datos personales. Hoy en Chile, eso ya no es opcional.

Implementación de programas de telemedicina

Una vez definido con quién se va a trabajar, viene la etapa de bajarlo a la cancha. Acá el rol de recursos humanos es clave: hay que ordenar qué servicios se van a ofrecer, a qué públicos dentro de la empresa van dirigidos (¿todos los colaboradores? ¿solo algunos segmentos?), y cómo se va a lanzar el programa.

Además, no hay que dejar al azar la capacitación interna. No todo el mundo se mueve con soltura en plataformas digitales, y si se quiere que este tipo de beneficios se usen de verdad, hay que asegurarse de que todos sepan cómo acceder, cuándo pueden hacerlo y qué tipo de atenciones están disponibles.

Comunicación a los empleados sobre los beneficios

Esto no se activa con solo enviar un correo o poner un afiche en el comedor. Para que un programa de telemedicina funcione, las personas tienen que entender de qué se trata y, sobre todo, qué ganan con usarlo. Eso implica comunicar con claridad, sí, pero también con consistencia.

Reuniones breves, recordatorios en canales internos, materiales visuales bien hechos, incluso testimonios de colegas que ya hayan usado el servicio, pueden marcar la diferencia. Desde gestión de personas, el desafío está en lograr que esto no se vea como un “extra”, sino como algo realmente útil y cercano.

Evaluación de la efectividad de los programas

Con el programa en marcha, lo importante no es dejarlo correr sin más. Cada cierto tiempo conviene mirar los datos con atención. ¿Lo están usando? ¿Quiénes? ¿Con qué frecuencia? ¿Se notan cambios en indicadores como el ausentismo o el uso de licencias?

También es recomendable levantar opiniones directas de los equipos: breves encuestas, espacios de retroalimentación, o incluso focus groups pueden dar señales claras de qué está funcionando y qué necesita ajustes. Porque que algo esté implementado no significa que esté cumpliendo su propósito.

 

En resumen, la telemedicina viene ganando terreno como una herramienta que permite resolver varios temas a la vez: mejora el acceso a la salud, cuida el tiempo de las personas y puede ser mucho más eficiente que otros formatos más tradicionales. Desde la mirada de recursos humanos, incluir este tipo de beneficios no solo suma puntos en términos de bienestar, sino que también refuerza una cultura organizacional que valora el cuidado, la prevención y la calidad de vida de sus equipos.

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