Cesantías: ¿Qué son? ¿Cómo se pagan?

Tabla de contenidos

  1. ¿Qué son las cesantías, en realidad? 
  2. ¿Para qué sirven las cesantías? 
  3. ¿Qué ventajas tienen las cesantías? 
  4. ¿Cuándo se pueden sacar? 
  5. ¿Por qué razones uno puede echar mano a las cesantías?
  6. ¿Y cómo sé en qué fondo tengo esa platica?
  7. ¿Qué hace la gente de recursos humanos con nuestras cesantías?

En el panorama laboral colombiano, las cesantías siguen siendo una de esas piezas que, aunque muchas veces se asuman como un simple trámite anual, en realidad sostienen buena parte de la tranquilidad financiera del talento. No son un lujo, ni un bono extra: son un ahorro obligatorio que la empresa debe consignar una vez al año, calculado como el salario de un mes por cada año trabajado. Un respaldo que está ahí, acumulándose en silencio.

Ahora bien, si uno se queda solo con la idea de que sirven para cuando alguien pierde el empleo, se está viendo apenas la mitad de la película. Porque en la práctica, las cesantías también se están usando para financiar estudios, adquirir vivienda o incluso dar ese primer paso en un emprendimiento. Es decir, pasaron de ser un salvavidas a convertirse en un motor para avanzar.

En este artículo, lo abordamos con detalle. Una lectura que puede abrir más de una conversación interna sobre cómo fortalecer la relación empresa-persona desde lo concreto.

¿Qué son las cesantías, en realidad? 

Las cesantías son un beneficio legal que actúa como una especie de “colchón económico” para los trabajadores. Técnicamente, representan un mes de salario por cada año trabajado, que el empleador debe consignar anualmente al fondo correspondiente antes del 14 de febrero. Pero más allá de la formalidad, son un mecanismo pensado para mitigar el impacto financiero que puede tener el desempleo, y también para facilitar inversiones en educación o vivienda.

Desde la perspectiva organizacional, no se trata simplemente de cumplir con una norma. Las cesantías cumplen un rol silencioso pero clave en la propuesta de valor al empleado. Reflejan responsabilidad por parte del empleador y generan una percepción de respaldo que, aunque a veces se da por sentada, influye en la estabilidad emocional y financiera del talento. Y esto, como bien sabemos, termina impactando en la cultura, la permanencia y hasta en la productividad.

¿Para qué sirven las cesantías? 

La función principal es actuar como un respaldo económico si la persona se queda sin empleo. Ese ahorro acumulado permite que, durante el periodo de transición, el trabajador pueda sostenerse mientras busca nuevas oportunidades. Pero ese no es el único uso: también pueden destinarse al pago de matrículas en programas de formación técnica, tecnológica o profesional, tanto para el colaborador como para sus hijos, así como a la compra, mejora o liberación de hipoteca de vivienda.

Para las áreas de recursos humanos, esto representa una oportunidad de educar y acompañar en el uso estratégico del beneficio. Cuando las personas entienden que no solo están ahorrando “por si acaso”, sino que pueden usar esas cesantías para avanzar en su educación o acceder a una vivienda propia, se activa una narrativa distinta: la de un empleador que realmente impulsa el desarrollo integral de su gente.

¿Qué ventajas tienen las cesantías? 

Las cesantías no solo aportan tranquilidad cuando alguien pierde su empleo, sino que también ofrecen alternativas concretas para cumplir metas personales y familiares. En términos de gestión del talento, eso se traduce en una mayor percepción de respaldo institucional, y en muchos casos, en mayor lealtad. Además, el hecho de que estén protegidas por ley y no puedan ser descontadas ni embargadas —salvo contadas excepciones— refuerza su función de ahorro protegido.

Tranquilidad económica 

  • Protección ante un despido: Las cesantías son como un salvavidas que ayuda al empleado a lidiar con el tiempo sin trabajo, evitando problemas serios de dinero. Este fondo puede ayudar a pagar cosas básicas como la casa, la comida y los servicios mientras se busca un nuevo empleo. 
  • Tranquilidad en lo económico: Tener cesantías hace que los empleados se sientan más seguros y tranquilos con su economía, porque saben que tienen un guardadito para lo que se ofrezca. 

Dinero para planes 

  • Comprar casa: Una de las cosas más comunes que se hace con las cesantías es comprar una casa. Los empleados pueden usar este dinero para dar un pago inicial, pagar las cuotas o arreglar su hogar. 
  • Estudios: Las cesantías también pueden servir para pagar los estudios de uno mismo o de los hijos, ya sea para la inscripción, los libros o los gastos mientras se estudia. 
  • Negocio propio: Para los empleados que quieren empezar su propio negocio, las cesantías pueden ser un empujón inicial importante para arrancar su idea empresarial. 

¿Cuándo se pueden sacar? 

Las cesantías son un ahorro que crece mientras uno trabaja y que sirve para cuidar al empleado si se queda sin trabajo o para ayudar a financiar proyectos especiales. Hay razones marcadas por la ley que permiten sacar todo o parte del dinero de las cesantías. Aquí te explico las más importantes: 

Fin del contrato de trabajo 

  • Razón usual: Esta es la razón más común para sacar las cesantías. Cuando un curro laboral se acaba, ya sea por acuerdo mutuo, por causa justa o porque se acabó el tiempo, el que curra puede sacar todas las cesantías que juntó. 
  • Cuidado si no hay trabajo: Sacar las cesantías si no hay trabajo cumple el sueño principal de este ahorro, que es darle una mano económica al que trabaja mientras busca otro chance. 

Otras razones 

  • No poder trabajar bien: Si un trabajador ya no puede trabajar nada o casi nada, puede sacar sus cesantías para aguantar los golpes económicos de esta mala pasada. 
  • Dejar de trabajar por viejo: Cuando uno se jubila, también puede sacar todas las cesantías que guardó. 
  • Casa: Se pueden sacar las cesantías, pero no todas, para pagar una casa, construir una casa o arreglar la casa donde uno vive. 
  • Estudio: Se pueden sacar las cesantías, pero no todas, para pagar los estudios de uno o de los hijos, ya sea para pagar la entrada, los libros o la comida mientras se estudia.

¿Por qué razones uno puede echar mano a las cesantías?

Las cesantías son como esa platica extra que uno tiene guardada para esos momentos importantes de la vida. La ley de aquí nos dice cuándo podemos usarlas, y créanme, ¡hay varias razones válidas! Aquí les cuento algunas de las más comunes:

Para tener techo

  • Comprar casita: Uno puede usar sus cesantías para comprar una casa o apartamento, ¡nuevo o de segunda!
  • Construir el nidito: Si uno tiene el lote y quiere construir su propia casa, ¡las cesantías son una gran ayuda para empezar!
  • Arreglar lo que ya se tiene: Para darle una manito de gato a la casa, hacerle arreglos o ampliarla, ¡también se puede usar este fondo!

Para aprender y crecer

  • Estudiar uno mismo: Uno puede pagar su universidad, un técnico o un posgrado con sus cesantías. ¡Nunca es tarde para aprender!
  • Educar a la familia: También se puede usar esta platica para pagar los estudios del esposo/esposa, el compañero/compañera o los hijos. ¡La educación es el mejor legado!

Cuando las cosas se ponen difíciles

  • Si la naturaleza nos golpea: Si uno pierde sus cositas por un temblor, una inundación o algo así, ¡se pueden sacar las cesantías para volver a empezar!
  • Cuando la salud nos preocupa: Si uno o un familiar cercano se enferma gravemente y necesita tratamientos costosos, ¡las cesantías pueden ayudar a cubrir esos gastos!

Para volverse su propio jefe

  • Montar su propio negocio: Si uno tiene la vena emprendedora y quiere empezar su propia microempresa, ¡las cesantías pueden ser ese empujoncito inicial!

¿Y cómo sé en qué fondo tengo esa platica?

Saber dónde están guardadas nuestras cesantías es clave para poder hacer cualquier vuelta con ellas, como mirar cuánto tenemos, pedir un retiro o cambiarnos de fondo. ¡Por suerte, hay varias formas fáciles de averiguarlo!

  • Por internet: Casi todos los fondos de cesantías tienen su página web, donde uno mete su cédula y la clave y puede ver toda su información, incluyendo en qué fondo está, cuánto tiene y los movimientos que ha hecho.
  • Llamando por teléfono: Si uno no tiene internet o prefiere hablar con alguien, puede llamar a la línea de atención al cliente de su fondo de cesantías. ¡Siempre hay alguien dispuesto a ayudar!
  • Mirando en la plataforma del gobierno: El gobierno tiene una página web donde uno puede consultar dónde está afiliado a varias cosas, ¡y ahí también sale el fondo de cesantías!

¿Qué hace la gente de recursos humanos con nuestras cesantías?

La gente de recursos humanos aquí en Colombia tiene la responsabilidad de manejar y calcular bien las cesantías, asegurándose de que la plata llegue al fondo antes del 15 de febrero de cada año. Además, ¡nos deben explicar cómo podemos usar, invertir o retirar nuestras cesantías, siguiendo las leyes del trabajo!

Afiliarnos a un fondo

  • Es ley: Cuando uno entra a trabajar, la gente de Recursos Humanos tiene que afiliarlo a un fondo de cesantías. ¡Es una obligación!
  • A veces uno escoge: En algunos casos, uno puede decir en qué fondo quiere estar, pero la empresa es la que hace el papeleo.

Calcular y pagar las cesantías

  • Cada mes hacen cuentas: La gente de Recursos Humanos calcula cada mes cuánto nos corresponde de cesantías, que es como un mes de sueldo por cada año trabajado.
  • Y pagan al fondo: Una vez que tienen la cuenta, ¡tienen que enviar esa plata al fondo de cesantías!

Darnos los papeles

  • Carta de retiro: Cuando uno se va de la empresa, la gente de Recursos Humanos debe darle una carta que dice que uno puede retirar sus cesantías.
  • Certificado de trabajo: A veces también dan un papel que dice cuánto tiempo trabajó uno y cuánto se ganó.

Informarnos

  • Nuestros derechos: La gente de Recursos Humanos debe contarnos cuáles son nuestros derechos con las cesantías, por qué podemos sacarlas, qué necesitamos y cuándo hay que hacerlo.
  • Si cambiamos de fondo: Si uno quiere cambiar de fondo, la empresa debe hacer el trámite.

Para cerrar esta charla sobre las cesantías, quiero recordarles que esta platica es una verdadera bendición para todos los que sudamos la camiseta. Conocer cómo funcionan y usarlas con cabeza nos permite tener un colchón para el futuro, ¡tanto para nosotros como para nuestros seres queridos! ¡Así que pilas con esas cesantías, que bien administradas, son una gran herramienta para construir un mañana más tranquilo!

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