Entrevista: ¿Qué es? ¿Cuál es su estructura?

¿Te ha pasado que, sin esperarlo, una entrevista termina dándole la vuelta a todo? Capaz fue esa charla que, de la nada, hizo que tu camino profesional cambiara de rumbo, o tal vez fue el momento en que te diste cuenta de habilidades tuyas que ni por asomo habías considerado.

Al final, pensar que una entrevista solo se trata de preguntar y responder es quedarse corto. Va mucho más allá: suele ser ese punto de inflexión que modifica historias personales, define decisiones dentro de equipos y, con sus bemoles, hasta puede redirigir la forma en que una empresa ve su futuro.

Así que vale la pena sentarse, darse un espacio y preguntarse en serio para qué sirve una entrevista, cómo se vuelve tan relevante (sobre todo desde recursos humanos y gerencia en nuestro medio) y qué tipos existen realmente. Porque, honestamente, sacarle el jugo a una buena entrevista puede marcar la diferencia, especialmente ahora, en el panorama ecuatoriano donde cada decisión pesa.

¿Qué es una entrevista?

Vamos por lo básico, pero aterrizando en lo práctico: cuando hablamos de “qué es una entrevista”, no estamos hablando, ni de lejos, de una simple conversación entre dos personas al azar. Se trata de una charla con intención, donde alguien —el entrevistador— va llevando las riendas con preguntas a medida, buscando sacar información que aporte, mientras la otra parte —el entrevistado— se abre, ya sea contando sus experiencias, mostrando lo que sabe o incluso, si hay confianza, dejando ver cómo piensa y siente.

Este mecanismo, aunque parece sencillo, tiene más aplicaciones de las que uno creería. No solo sirve para buscar empleados; también para sacar conclusiones en investigaciones universitarias, para evaluar en áreas de salud o para que un periodista saque esas declaraciones que mueven la opinión pública.

Específicamente mirando a empresas en Ecuador, la entrevista de trabajo cobra aún más fuerza: ahí es donde RRHH afina ojo y decide si ese perfil realmente va a encajar. En la prensa, en cambio, lo que importa es tener información precisa que ayude a entender lo que pasa y, por qué no, a formar criterio en la gente.

¿Cuáles son los tipos de entrevistas?

En la cancha, los tipos de entrevista no siguen una sola receta. Al contrario, se adaptan según lo que se necesite en ese momento, el giro del negocio, hasta el estilo de quien entrevista. No es lo mismo un proceso para posiciones técnicas masivas, que cuando se busca reclutar liderazgo o innovar en una nueva área del negocio.

Cada situación pide su propio enfoque, y saber elegir cuál aplicar ya es parte del arte que tiene RRHH y quienes lideran equipos en el país. Una de las clasificaciones más prácticas es según la estructura: está la entrevista estructurada, que gracias a un guión cerrado garantiza la imparcialidad y la posibilidad de comparar respuestas entre varios postulantes; no suele faltar en los procesos de selección con mucho volumen.

Un enfoque semiestructurado aporta flexibilidad, permitiendo profundizar en áreas de interés cuando la ocasión lo amerita. Finalmente, existe la entrevista no estructurada, que fluye mucho más natural y se presta para contextos donde es vital conseguir detalles personales, como sucede con entrevistas clínicas o periodísticas hechas en Ecuador.

Dentro de lo que se busca lograr, los tipos de entrevista se ramifican aún más. Cuando se evalúan competencias y trayectoria, estamos frente a entrevistas laborales. Otro ejemplo: en el periodismo, se quiere captar la visión o el conocimiento de una figura relevante. En el sector salud, el enfoque es diagnóstico, y para la academia, la entrevista de investigación permite captar información clave sobre fenómenos sociales o culturales.

¿Cuál es la estructura de una entrevista?

Así se trate de una entrevista de trabajo o de una investigación periodística, existe una estructura de la entrevista que sirve para que todo fluya y la experiencia sea positiva tanto para quien pregunta como para quien responde.

La apertura cumple una función fundamental: es el instante para presentarse, explicar para qué es la conversación y generar un clima de confianza. Es el famoso “rompehielos” que, en la práctica, marca el tono de lo que sigue.

El desarrollo es el corazón mismo del proceso: aquí se realizan las preguntas centrales, se explora la información relevante, y se da espacio para que surjan detalles y matices, algo tan necesario cuando se buscan perfiles para equipos ecuatorianos diversos. Finalmente, el cierre no solo es para agradecer el tiempo; aquí también es habitual repasar los temas clave y, en entrevistas laborales, comentar los siguientes pasos.

¿Cuáles son los tipos de entrevista que existen?

En realidad, para entender realmente cómo hacer una entrevista efectiva, conviene volver sobre las dos dimensiones centrales: la estructura y el objetivo. Por estructura, están la entrevista estructurada (guion fijo para asegurar ecuanimidad y buen análisis), la semiestructurada (base sólida pero con apertura para indagar) y la no estructurada (más conversacional, ideal en contextos relajados o exploratorios).

Por objetivo, destacan las entrevistas de trabajo, que se enfocan a fondo en las capacidades de un candidato; las periodísticas, donde la meta es informar; las clínicas, orientadas a diagnóstico o tratamiento; y las de investigación, que aportan sustancia a estudios académicos o sociales.

¿En qué consiste una entrevista de trabajo?

Ahora, bajando a tierra: la entrevista de trabajo en Ecuador representa mucho más que una simple evaluación. Es un momento decisivo, donde ambos lados —empresa y postulante— buscan confirmar si realmente desean embarcarse juntos en un proyecto profesional. Para quienes gestionan talento, vale resaltar la importancia de trabajar desde Recursos Humanos ajustando expectativas, cultura y competencias.

La preparación de la entrevista siempre marca la diferencia. Una revisión a fondo de la empresa y su cultura —conociendo valores, últimas noticias o proyectos destacados— ayuda a orientar la conversación y a hacer preguntas más relevantes. Si estamos del lado del entrevistado, revisar el historial laboral y tener ejemplos claros sale a cuenta. Ya en la charla, el saludo y la presentación allanan el camino, simplifican el proceso y marcan cercanía.

A partir de allí, las preguntas pueden llegar con diferentes matices: directas, hipotéticas o sobre experiencias pasadas. Lo principal: honestidad y capacidad de mostrar cómo lo vivido suma. En el cierre, la oportunidad de hacer preguntas sobre el puesto o el día a día de la empresa es clave, así como agradecer y dejar una impresión profesional pero auténtica.

¿Cómo estructurar las preguntas en una entrevista de trabajo?

El diseño de buenas preguntas para una entrevista de trabajo es uno de los factores más determinantes para garantizar resultados. Aquí, un equilibrio entre preguntas abiertas (“Cuéntenos sobre su experiencia liderando equipos”) —útiles para encontrar matices y detalles ricos— y cerradas (“¿Domina Excel avanzado?”), que van directo al grano, suele dar buen resultado.

Además, las preguntas situacionales —donde se plantea un problema hipotético— ayudan a proyectar el criterio y toma de decisiones a futuro. Las preguntas de comportamiento, por otro lado, permiten entender cómo se ha enfrentado a retos en el pasado (por ejemplo: “¿Recuerda una ocasión en que tuvo que resolver un conflicto interno?”), recurso fundamental para prever el desempeño en contextos empresariales locales cada vez más exigentes.

¿Cuáles son los tipos principales de preguntas en una entrevista?

Cada entrevista de trabajo bien llevada pone el foco en las preguntas clave. Así, hay preguntas sobre experiencia laboral, que dejan ver el recorrido del candidato y cómo ha respondido en escenarios reales: preguntar por un proyecto exitoso, o por una dificultad superada, revela tanto fortaleza como autocrítica.

Analizar las habilidades técnicas y blandas —ya sea manejo de herramientas, idiomas o aptitudes para trabajar en equipo— ayuda a entender si esa persona puede adaptarse rápido.

Otra vertiente apunta a intereses y objetivos personales (“¿Cómo se alinea este puesto con tus metas profesionales?”), lo que permite contrastar aspiraciones personales con las oportunidades que ofrece la empresa.

Finalmente, las preguntas sobre cultura organizacional se vuelven cada vez más relevantes en Ecuador, donde las dinámicas de trabajo híbrido y la preferencia por el trabajo en equipo han venido para quedarse. Saber si el candidato prefiere trabajar en un entorno flexible o uno más tradicional puede ser determinante.

¿Cuál es la importancia de una estructura de trabajo?

Tener una estructura clara para la entrevista es, en esencia, un seguro para que nada se escape ni se desperdicie el tiempo. Desde RRHH se sabe que la organización evita perder el rumbo y permite comparar candidatos bajo los mismos criterios. Esto es fundamental para procesos masivos, pero también para posiciones estratégicas donde hay mucho en juego.

Cuando una entrevista fluye según una estructura de trabajo definida, se cubren las competencias técnicas, las habilidades blandas y se asegura ese toque de equidad que todas las organizaciones buscan proteger en sus procesos actuales. Además, ayuda a optimizar tiempos: algo que, con múltiples entrevistas en un solo día, puede marcar la diferencia entre un proceso fluido y uno desordenado.

¿Cómo los recursos humanos gestionan una estructura de trabajo?

En todo proceso serio de selección, los recursos humanos actúan como pieza central. Son quienes diseñan guías de entrevista alineadas con las competencias que la empresa necesita en este contexto de abril de 2025. Preparan a los entrevistadores, estandarizan las preguntas, y forman para reducir sesgos y asegurar objetividad.

Pero no se quedan en el guión: también suman herramientas como pruebas psicométricas, dinámicas grupales o incluso evaluaciones en línea, buscando siempre una radiografía cada vez más completa del candidato. Así, se garantiza que las decisiones no se tomen solo por impresiones, sino también por comparación real y datos objetivos.

En suma, lejos de ser un trámite, la entrevista bien estructurada permite descubrir talento, construir equipos de alto impacto y fortalecer a la empresa. En la realidad ecuatoriana de hoy, donde la tecnología ya se integró al proceso —pero sin desplazar el factor humano—, seguir apostando por entrevistas bien diseñadas es clave para no perderse en medio del cambio acelerado.

La recomendación para quienes tienen una entrevista en el horizonte, ya sea entrevistando o siendo entrevistados, es la misma: aprovechar cada minuto, preparar buenas preguntas en una entrevista de trabajo y responder con confianza y honestidad. En cada intercambio hay una oportunidad para crecer, y para quienes gestionan talento en Ecuador, cómo hacer una entrevista efectiva será siempre una habilidad muy valorada.