Discriminación: ¿Qué es? ¿Cómo se produce?

La discriminación duele cuando la vives, en ese trato frío por tu apellido, en las oportunidades que nunca llegan por tu color de pielo en los prejuicios que pesan más que tu talento. Las leyes peruanas condenan esto, pero la realidad sigue golpeando a quienes son distintos, pero podemos cambiarlo. Hoy quiero hablar de cómo enfrentar esta realidad – dejando de normalizar comentarios ofensivos, cuestionando nuestros propios prejuicios, construyendo espacios donde la dignidad no sea un privilegio. Porque un país justo no es el que tiene buenas leyes, sino donde nadie tenga que pedir permiso para ser quien es.

¿Qué es la discriminación?

La discriminación no es solo un trato distinto, es ese golpe silencioso que te hace sentir que no perteneces, es cuando tu apellido, tu cuerpo, tu forma de amar o tus creencias se convierten en motivos para excluirte, para negarte oportunidades que otros dan por sentado, no es «solo así son las cosas», es una injusticia que duele y margina. Para reconocerla, hay tres señales claras que nunca deberíamos ignorar:

• Distinción: No es solo marcar diferencias, es ese gesto que separa a las personas por su forma de vestir, su acento o de dónde vienen, se nota cuando a unos los tratan con respeto y a otros los miran con desconfianza sin razón.

• Intención o efecto de perjudicar: A veces es un comentario que «no era para tanto», un chiste que hiere o una política que, sin querer, deja fuera a quienes no encajan, no hace falta mala fe para que el daño sea real.

• Impacto negativo: Es ese currículum que descartan por tu apellido, el ascenso que te niegan por ser mujer, o las risas incómodas cuando hablas con tu acento, son oportunidades que se esfuman y ambientes laborales que te hacen sentir que sobras, pequeños actos que, día a día, van apagando tu confianza.

¿Cómo se puede manifestar la discriminación?

La discriminación puede manifestarse de diferentes maneras. Entre las más comunes se encuentran:

• Discriminación directa: Es cuando te dicen claramente «no» solo por ser quien eres, como cuando rechazan a una mujer para un puesto porque «es trabajo de hombres», o le niegan la entrada a alguien en silla de ruedas con un «aquí no pueden pasar personas como tú». Son esas situaciones donde la exclusión no se disfraza, te la echan en cara sin vergüenza.

• Discriminación indirecta: Es cuando las reglas parecen justas para todos, pero en realidad te dejan fuera, como pedir título universitario para un trabajo sencillo (que muchos migrantes no pueden validar), o poner horarios rígidos que madres solteras no pueden cumplir, nadie te dice «no por ser tú», pero al final, el resultado es el mismo, quedas excluido sin que nadie se dé cuenta del problema.

Tanto la discriminación directa como la indirecta siguen alimentando desigualdades profundas que ya vienen de hace mucho tiempo, al final, hay talentos que se pierden, sueños truncados y puertas que se cierran solo por prejuicios ajenos. Cambiar esto exige más que buenas intenciones, requiere mirarnos al espejo, desafiar nuestros propios sesgos, educar desde la empatía y exigir políticas que traduzcan la igualdad del papel a la realidad. El camino no es fácil, pero cada paso cuenta, porque un Perú justo no es el que tolera las diferencias, sino el que las celebra y las convierte en su fuerza.

¿Qué se considera un acto de discriminación?

Un acto de discriminación ocurre cuando una persona es tratada injustamente debido a características como su raza, género, orientación sexual, discapacidad o religión. Algunos ejemplos incluyen:

• Negar empleo, ascensos o beneficios a alguien basado en su identidad.

• Rechazar a una persona en un establecimiento por su apariencia o nacionalidad.

• Comentarios ofensivos: Son esos dichos hirientes que pasan como broma en el trabajo o reuniones, como decirle exagerada a una colega cuando reclama igualdad, o cuestionar la capacidad de alguien por su procedencia.

• Micro agresiones: Pequeños comentarios disfrazados de halago: «Hablas muy bien para ser de tu pueblo», o asumir que el becario de provincia «debe estar agradecido», son frases que, aunque no parecen graves, van cargadas de prejuicios.

• Discriminación interseccional: Es cuando la exclusión se multiplica, como ser mujer, indígena y pobre, y que en el trabajo te traten mal por los tres motivos a la vez, no es solo un tipo de discriminación, sino varias que se juntan y empeoran la situación.

¿Cuáles son las consecuencias de la discriminación?

La discriminación no solo deja heridas en quienes la sufren directamente, nos va desgastando como sociedad, como cuando la desconfianza se vuelve costumbre y empezamos a vernos como rivales en lugar de compañeros, ¿el resultado? Personas brillantes que pierden las ganas de luchar, talentos que se apagan, barrios enteros que parecen condenados a quedarse atrás, se nota en la mirada cansada del compañero que siempre es pasado por alto, en el vecino que ya ni reclama sus derechos, en esos prejuicios que repetimos sin darnos cuenta. Al final, cada vez que dejamos que la exclusión gane, perdemos algo valioso como comunidad, la posibilidad de ser mejores juntos.

• Impacto psicológico: Es el nudo en el estómago cada vez que entras a una entrevista de trabajo y sabes que te juzgarán por tu apellido, es cargar con una mochila invisible de inseguridad que te pesa más cada día.

• Consecuencias sociales: Es quedarte fuera de los círculos importantes, ver cómo tus vecinos consiguen trabajos decentes mientras a ti ni siquiera te llaman. Es ese sentimiento de que por más que te esfuerces, siempre habrá puertas cerradas para gente como tú.

• Impacto económico: Es tener tres trabajos y aún así no alcanzar para una vivienda digna porque te pagan menos por ser mujer o migrante, es ver cómo tus hijos no pueden estudiar lo que sueñan porque el sistema ya los etiquetó desde el principio.

• Violencia y delitos de odio: Es cuando los insultos en la calle escalan a empujones, cuando el «no queremos gente como tú aquí» se convierte en golpes, es el miedo constante de que hoy podrían lastimarte solo por existir.

¿Cómo se produce la discriminación?

La discriminación no aparece por generación espontánea, nace de prejuicios que arrastramos por años, de estructuras que normalizan la desigualdad, y de esas frases que repetimos sin pensar («aquí siempre se ha hecho así»). Son herencias tóxicas que seguimos alimentando, a veces sin darnos cuenta, con chistes, silencios o miradas que dividen. Entre sus principales causas se encuentran:

• Estereotipos: Esas frases hechas que encasillan a la gente. Ideas falsas que reducen a las personas a clichés.

• Prejuicios: Es cuando cargas con esos estereotipos y, sin conocer a alguien, ya decides que no es capaz o no pertenece aquí. Un juicio anticipado que nubla la mirada.

• Discriminación individual: Es el jefe que no te contrata por tu apellido, el vecino que te cierra la puerta en la cara por tu color de piel, actos concretos donde una persona le niega derechos a otra.

• Discriminación estructural: Son esas reglas neutrales que en realidad excluyen, como edificios sin rampas, o requisitos laborales absurdos que solo cumplen ciertos grupos. Injusticias grabadas en el sistema.

¿Qué tipos de discriminación hay?

La discriminación puede manifestarse de diversas formas y afectar a distintos grupos en la sociedad. En Perú, algunas de las modalidades más comunes incluyen:

• Discriminación racial: Basada en la raza o el origen étnico.

• Discriminación de género: Es tratar de manera desigual a alguien por ser mujer, hombre o no binario, se nota cuando minimizan tus ideas por tu género o te exigen comportarte de cierta forma para ser aceptado.

• Discriminación por discapacidad: Ocurre cuando ignoran tus capacidades reales y solo ven lo que no puedes hacer, como cuando asumen que necesitas ayuda sin preguntar, o diseñan espacios sin considerar necesidades diferentes.

• Discriminación LGBTQ+: Son esas miradas incómodas, los comentarios inapropiados o la negación de derechos básicos solo por amar diferente o expresar tu identidad de otra manera.

• Otras formas de exclusión: Desde juzgar por creencias religiosas hasta menospreciar por la edad. Situaciones donde te hacen sentir menos por ser quien eres, sin motivo válido.

¿En qué consiste la discriminación en el trabajo?

La discriminación laboral duele donde más se necesita. Es ese rechazo en la entrevista por tu edad o apellido, aunque tengas la experiencia, es cobrar menos que un compañero haciendo lo mismo solo por tu género, es soportar comentarios ofensivos que nadie corrige, es ver cómo promueven a otros, mientras tus méritos parecen invisibles, pequeños actos que, juntos, hacen del trabajo un lugar de injusticia.

¿Qué consecuencias tiene la discriminación en el trabajo?

La discriminación laboral no solo hiere a quien la sufre, sino que envenena toda la empresa, para el trabajador afectado, se traduce en noches de insomnio, estrés que enferma y talentos desperdiciados, es ver cómo tu carrera se estanca sin razón mientras las cuentas no alcanzan. Para la organización, significa equipos rotos, creatividad perdida y un ambiente donde nadie rinde al 100%.

Para la empresa, la discriminación es un veneno silencioso, mata la motivación, envenena el ambiente y ahuyenta al mejor talento. Los equipos se rompen, la productividad cae y lo que antes era un buen lugar para trabajar se llena de resentimiento, peor aún, mancha la reputación, aleja a clientes y puede terminar en demandas que nadie quiere pero todos pagan. Al final, lo que empezó como «pequeños prejuicios» se convierte en pérdidas reales para todos.

¿Cómo se puede prevenir la discriminación en el entorno laboral?

Un trabajo libre de discriminación no es un lujo, es un derecho, las empresas que de verdad lo entienden no solo evitan la exclusión, sino que construyen equipos más fuertes con la diversidad, el secreto está en pasar de las políticas en el papel a acciones reales, formar líderes conscientes, escuchar a quienes suelen ser ignorados y medir lo que realmente importa, porque cuando todos pueden crecer sin barreras absurdas, ganan las personas y gana el negocio. Algunas de las acciones clave incluyen:

• Políticas de igualdad y diversidad: No solo documentos archivados, sino compromisos vivos que se respiran día a día en cada decisión y trato.

• Capacitación y sensibilización: No son solo talleres obligatorios, sino espacios donde se derriban prejuicios y se construye verdadera empatía entre colegas.

• Canales de denuncia: Implementar mecanismos confidenciales para reportar casos de discriminación.

• Investigación y sanción: No dejar pasar ni un solo caso, sino actuar con firmeza y justicia cuando alguien vulnera derechos. Que quede claro, la discriminación nunca será tolerada.

¿Qué se debe hacer ante un acto de discriminación en el trabajo?

Cuando ocurre discriminación en el trabajo, es crucial actuar de inmediato para proteger los derechos de la persona afectada y mantener un ambiente laboral respetuoso. Los pasos a seguir son los siguientes:

1. Documentar el incidente: Registrar fecha, hora, testigos y detalles del acto discriminatorio.
2. Presentar una queja interna: Utilizar los canales de denuncia dentro de la empresa.
3. Denunciar ante las autoridades: Ministerio de Trabajo, INDECOPI o la Defensoría del Pueblo están para escucharte y actuar. No dudes en acudir a ellos.
4. Buscar apoyo legal: Abogados especializados en derechos laborales pueden guiarte paso a paso para defender lo que es justo.

¿Cuál es el papel de los recursos humanos frente a la discriminación?

El alma de una empresa sin discriminación está en su equipo de RRHH. No son solo gestores de nóminas, sino los guardianes que previenen, detectan y actúan cuando surge la injusticia en el trabajo, su labor marca la diferencia entre un lugar tóxico y uno donde todos pueden crecer con dignidad. A continuación, se detallan sus principales responsabilidades:

• Liderar la política de igualdad: Implementar estrategias para garantizar un ambiente de trabajo inclusivo.
• Capacitar al personal: Formar a gerentes y empleados sobre prevención y sanción de la discriminación.
• Atender denuncias: Investigar y resolver quejas de discriminación en el trabajo.
• Monitorear el clima laboral: Identificar problemas y prevenir conflictos.
• Promover la diversidad e inclusión: Crear un entorno de trabajo respetuoso y equitativo.

En el Perú, la discriminación sigue doliendo en lo cotidiano, en las calles, en las oficinas, en las miradas que dividen. Pero no es invencible. Cuando empresas, Estado y ciudadanos dejan de ser espectadores y actúan con educación que cambia mentalidades, leyes que se cumplen de verdad y gestos pequeños que suman, podemos construir un país donde nadie sea menos por ser diferente.