Impuestos: ¿Qué son? ¿Cuáles hay en Argentina?

Tabla de contenidos

  1. ¿Qué son los impuestos en Argentina? 
  2. ¿Cuál es el objetivo de cobrar impuestos?
  3. ¿Cómo funcionan los impuestos en la práctica?
  4. ¿Qué cosas concretas generan impuestos?
  5. ¿Cuántos impuestos hay en Argentina? 
  6. ¿Cuáles son los tipos principales de impuestos?
  7. ¿Quiénes tienen que pagar impuestos?
  8. ¿Qué pasa si no se pagan los impuestos?
  9. ¿Cuáles son los impuestos clave que pagan las empresas?
  10. ¿Cómo gestiona recursos humanos los impuestos relacionados con empleados?

Para cualquier empresa que opera en Argentina, el frente impositivo es central y, seamos honestos, a menudo una fuente de complejidades importantes. La presión fiscal es alta –el impuesto a las ganancias es solo uno de los grandes jugadores– y la estructura es un laberinto, con tributos nacionales, provinciales y los infaltables impuestos municipales. 

Si a eso le sumamos cambios normativos frecuentes y trámites específicos que surgen y luego desaparecen (como pasó con todo el tema de la devolución impuesto país), la gestión se vuelve un arte. Entender este entramado es vital, no solo para pagar lo que corresponde, sino para manejar eficientemente el rol de agente de recaudación que muchas veces tenemos. La idea acá es aclarar esos aspectos esenciales que nos impactan en el día a día.

¿Qué son los impuestos en Argentina? 

De forma simple, los impuestos son pagos obligatorios que hacemos al Estado (nacional, provincial o municipal) porque una ley así lo establece. La plata se usa para financiar el gasto público general. Es importante no confundirlos con otras dos cosas que a veces suenan parecido:

  • Tasas: Estas se pagan a cambio de un servicio específico que nos da el Estado (por ejemplo, la tasa municipal por alumbrado, barrido y limpieza – ABL). Si no recibís el servicio, en teoría, no deberías pagar la tasa.
  • Contribuciones: Estas tienen un destino específico definido por ley, como los aportes y contribuciones que van a la seguridad social (para financiar jubilaciones, PAMI, etc.) o las que a veces se crean para financiar una obra pública puntual.

Los impuestos, en cambio, van a la “bolsa general” del Estado, sin una contraprestación directa e individualizada.

¿Cuál es el objetivo de cobrar impuestos?

La respuesta más simple y directa es: para que el Estado tenga plata para funcionar. Sin esa recaudación, no hay hospitales públicos, ni escuelas, ni policía, ni rutas… casi nada de lo que consideramos servicios básicos podría existir. Esa es la razón número uno, la fundamental. Después, sí, a veces se usan para intentar otras cosas, como desalentar que la gente fume poniéndole un impuesto caro, o para financiar alguna ayuda social, pero no nos engañemos, el principal motivo es soportar los gastos del aparato estatal y los servicios que debe brindar.

Podríamos resumir sus objetivos en:

  1. Financiar al Estado: Como mencionamos, sin ellos no habría fondos para pagar servicios esenciales como salud, educación, seguridad, justicia, infraestructura, etc.
  2. Regular la economía: Se pueden usar como herramienta. Por ejemplo, poniendo impuestos altos a cosas que se buscan desalentar (como el tabaco).
  3. Redistribuir (en teoría): A través de impuestos progresivos (que quienes más ganan o tienen, paguen una tasa mayor, como en Ganancias o Bienes Personales), se busca obtener recursos para financiar programas sociales destinados a los sectores con menos recursos.

¿Cómo funcionan los impuestos en la práctica?

Entender el circuito básico ayuda. Todo empieza con un hecho imponible: una situación definida por ley que “dispara” la obligación de pagar (vender algo, cobrar un sueldo, ser dueño de un inmueble). Sobre ese hecho, se determina una base imponible (el monto sobre el cual se calculará el impuesto, como el precio de venta o la ganancia neta). A esa base se le aplica una alícuota (el porcentaje o tasa del impuesto, como el 21% del IVA). De ahí surge la liquidación (el cálculo del monto a pagar) y finalmente viene el pago al fisco.

Quien administra y controla todo este sistema a nivel nacional es ARCA (la ex AFIP). Se encarga de recaudar, fiscalizar que todos cumplan y aplicar sanciones si no lo hacen. Una herramienta clave en este proceso es la declaración jurada (DDJJ): el documento donde los contribuyentes informan a ARCA sus números (ingresos, gastos, patrimonio) para que se determine el impuesto a pagar. La obligación y frecuencia de presentar estas DDJJ varía mucho según cada impuesto y tipo de contribuyente.

¿Qué cosas concretas generan impuestos?

La ley define qué situaciones activan cada impuesto (el hecho imponible). Algunos ejemplos comunes son: realizar una venta de bienes, prestar un servicio, obtener ganancias de un negocio o del trabajo, ser dueño de propiedades o autos (Bienes Personales), importar productos, etc.

El monto sobre el cual se calcula el impuesto (la base imponible) también varía. En el IVA, suele ser el precio neto de la venta. En Ganancias, es la ganancia neta (ingresos menos gastos deducibles). Y la alícuota (el porcentaje) puede ser fija o variable; por ejemplo, el IVA general es 21%, pero hay tasas reducidas (10,5%) o nulas para ciertos bienes y servicios esenciales.

¿Cuántos impuestos hay en Argentina? 

Acá es donde la cosa se pone complicada. El sistema argentino es famoso por su complejidad y la cantidad de impuestos. Tenemos impuestos nacionales, provinciales y municipales, y muchas veces se superponen o interactúan de formas complejas.

Entre los más importantes a nivel nacional están:

  • El Impuesto a las Ganancias (que pagan personas y empresas), 
  • el IVA (Impuesto al Valor Agregado, que afecta al consumo), y 
  • el Impuesto sobre los Bienes Personales (sobre el patrimonio de las personas). 

A nivel provincial, el omnipresente Impuesto sobre los Ingresos Brutos grava casi toda actividad económica.

¿Cuáles son los tipos principales de impuestos?

Para entenderlos mejor, se suelen agrupar así:

  • Impuestos directos: Son los que gravan directamente la capacidad económica de la persona o empresa, como la renta o el patrimonio. Los ejemplos claros son Ganancias y Bienes Personales.
  • Impuestos indirectos: Son los que gravan el consumo y se “trasladan” en los precios, pagándolos de forma indirecta al comprar algo. El IVA es el rey de esta categoría, pero también están los Impuestos Internos (a cigarrillos, alcohol, etc.) y los Derechos de Importación/Exportación.
  • Otros tributos: Además, están las Contribuciones a la Seguridad Social (que aunque tienen destino específico, son una carga importante) y las Tasas Municipales (por servicios como ABL).

Si comparamos, Argentina suele estar entre los países con mayor presión tributaria de la región y con una estructura impositiva más compleja y con muchos “parches”.

¿Quiénes tienen que pagar impuestos?

La obligación de pagar impuestos (ser “sujeto pasivo”) recae sobre casi todos los actores económicos:

  • Personas físicas: Sean residentes argentinos o no residentes que obtengan ingresos o posean bienes acá.
  • Personas jurídicas: Empresas, sociedades de cualquier tipo, fundaciones, etc.
  • Sucesiones indivisas: Las herencias mientras no se reparten entre los herederos.

Las obligaciones concretas varían, pero usualmente incluyen inscribirse en ARCA (sacar CUIT), presentar declaraciones juradas, pagar los impuestos en fecha, y guardar toda la documentación de respaldo.

¿Qué pasa si no se pagan los impuestos?

Incumplir con las obligaciones fiscales trae consecuencias, y no son agradables:

  • Pueden aplicarse multas (a veces muy altas) e intereses resarcitorios y punitorios.
  • ARCA puede trabar embargos sobre cuentas bancarias o bienes.
  • Se pueden sufrir inhabilitaciones para operar comercialmente.
  • En casos graves de evasión, pueden iniciarse acciones penales.

Para quienes tienen deudas, ARCA suele habilitar planes de facilidades de pago (“moratorias”) que permiten regularizar la situación en cuotas, a veces con quitas de intereses o multas. Es importante estar atento a estas posibilidades. (Como nota aparte, a veces surgen situaciones específicas como la devolución de percepciones de impuestos que luego se derogan, como pasó con el Impuesto PAIS -derogado en dic/2024-, donde hubo que hacer trámites para recuperar lo pagado de más en ciertos casos).

¿Cuáles son los impuestos clave que pagan las empresas?

Las empresas son grandes contribuyentes y agentes del sistema. Los impuestos más relevantes que suelen enfrentar son:

  • Impuesto a las ganancias: Sobre las ganancias netas de la sociedad.
  • IVA: Donde actúan como responsables inscriptos, cobrándolo en sus ventas y pagando la diferencia entre débito y crédito fiscal, además de poder ser agentes de percepción o retención.
  • Impuesto sobre los bienes personales – Acciones y participaciones: Que la sociedad paga por sus socios/accionistas.
  • Impuesto sobre los ingresos brutos: Provincial, un porcentaje sobre la facturación.
  • Contribuciones patronales: Las cargas sociales por los empleados.

Además, muchas empresas actúan como agentes de retención y/o percepción de IVA y Ganancias sobre pagos que realizan a proveedores, profesionales, alquileres, etc., lo que implica una carga administrativa importante. A veces, existen beneficios fiscales para promover ciertas actividades (inversiones, empleo, I+D), pero hay que cumplir requisitos específicos para acceder a ellos.

¿Cómo gestiona recursos humanos los impuestos relacionados con empleados?

El área de RRHH tiene un rol directo y crucial en la gestión de varios impuestos y cargas vinculados a los empleados:

  • Retenciones en el salario: Son responsables de calcular y retener correctamente el Impuesto a las Ganancias (la “cuarta categoría”) a los empleados a quienes les corresponda pagar, y también los aportes personales a la seguridad social (jubilación, obra social, PAMI).
  • Liquidación de sueldos: Deben confeccionar recibos de sueldo claros y correctos, detallando todas estas retenciones y calculando las cargas sociales (contribuciones patronales) que paga la empresa.
  • Declaraciones juradas: A menudo gestionan o informan datos para las declaraciones juradas informativas relacionadas con los empleados (como las presentaciones del F.572 web para Ganancias).

Es fundamental entender que estas retenciones impactan directamente en el salario neto (“de bolsillo”) del empleado, por lo que una correcta liquidación es clave para evitar reclamos y mantener un buen clima laboral.

El sistema tributario argentino es complejo, cambiante y de alta presión, no vamos a negarlo. Pero entender sus bases es fundamental para cualquier empresa o ciudadano que quiera operar correctamente en el país. Los impuestos son la fuente principal de financiamiento del Estado y sus servicios; cumplir con las obligaciones es una responsabilidad legal y cívica.

Dada la complejidad y los cambios constantes, mantenerse informado y contar con buen asesoramiento profesional contable no es un lujo, sino una necesidad para evitar problemas y optimizar la carga fiscal dentro del marco legal.

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