Tabla de contenidos
- ¿Qué es esto del trabajo remoto en Argentina?
- ¿Qué busca el trabajo remoto?
- ¿Cuáles son los beneficios del trabajo remoto?
- ¿Qué se necesita para trabajar remoto?
- - Plataformas de trabajo remoto
- ¿Qué roles pueden ser remotos?
- Buscando oportunidades remotas
- ¿Cómo los recursos humanos gestionan el trabajo remoto?
El mundo del trabajo está en plena revolución, no hay dudas. La tecnología invade todo y cambia las reglas de juego constantemente. Y una de las movidas más fuertes que vemos en Argentina, sobre todo después de la pandemia, es el trabajo remoto.
Eso de poder hacer las tareas del puesto fuera de la oficina central – ya sea desde casa, un coworking o hasta un café – se instaló fuerte. Muchas empresas, tanto locales como de afuera, ya ofrecen puestos 100% remotos o un esquema híbrido, mezclando días en casa con días en la oficina. Esto, claro, no es solo un cambio de lugar: mueve la aguja en el mercado laboral, en la economía y hasta en cómo vivimos.
Vamos a meternos un poco más en este tema: cómo es el trabajo remoto en Argentina, qué tiene de bueno, qué desafíos trae, qué dice la ley y cuáles son las claves para que funcione bien, tanto para la gente como para las empresas.
¿Qué es esto del trabajo remoto en Argentina?
Cuando hablamos de trabajo remoto, nos referimos simple y directamente a la chance de hacer las tareas laborales desde cualquier lugar que no sean las instalaciones de la empresa. Es una modalidad que ganó muchísimo terreno en Argentina, empujada por los avances tecnológicos y también por esa búsqueda, cada vez más fuerte, de un mejor equilibrio entre la vida personal y el trabajo.
En criollo: trabajar remoto significa que el espacio físico de la oficina tradicional deja de ser el centro. El lugar de trabajo se vuelve más flexible, no está atado a una dirección específica.
Dentro de esto, hay matices.
- El teletrabajo es quizás la forma más conocida, y ahí sí o sí necesitás usar tecnología (internet, compu, etc.) para poder laburar.
- El trabajo a distancia es un término un poco más amplio, que se enfoca más en no estar presente físicamente, sin depender tanto de lo tecnológico.
- Y después está el esquema flexible o híbrido, que mezcla días remotos con días presenciales y a veces también permite manejar los horarios con más libertad.
Es importante saber que en Argentina existe la Ley de Teletrabajo (27.555) que regula esta práctica y marca derechos y obligaciones para las dos partes, empleados y empleadores.
Entonces, para que quede claro: aunque a veces se usan como sinónimos, “trabajo remoto” es el paraguas general. El teletrabajo es un tipo de trabajo remoto donde la tecnología es indispensable. Un escritor que trabaja en su casa está haciendo trabajo remoto, pero si escribe a mano y no depende de una PC o internet, no sería teletrabajo estrictamente hablando.
¿Qué busca el trabajo remoto?
A ver, ¿cuál es la idea de fondo con esto del trabajo remoto? Bastante simple, en realidad: se trata de ofrecer una alternativa, una salida más flexible, a la clásica rutina de tener que ir todos los días a la oficina. La apuesta es que sea un esquema donde ganen todos: la gente que trabaja y las empresas que la contratan. Y la verdad es que en Argentina, sobre todo pensando en las ciudades grandes donde moverse es un tema serio –por el tráfico, las distancias, el tiempo que se pierde–, esta modalidad aparece como una opción que suma, y mucho. Busca, por un lado, mejorarle la vida al trabajador, que esté más cómodo, menos estresado, con más aire para sus cosas personales; y por el otro, darle una mano a las empresas para que potencien su eficiencia y la productividad general. Ese es el doble juego que se busca.
¿Qué se logra con esto?
- Primero, flexibilidad laboral. Le da a los empleados más libertad para organizar su día de una forma que les sirva mejor, según sus ritmos y necesidades personales.
- Segundo, una mejora en la calidad de vida. No tener que viajar todos los días ahorra tiempo y reduce bastante el estrés. Ese tiempo se puede usar para la familia, para hacer deporte, para lo que sea.
- Tercero, aunque algunos todavía duden, se ve un aumento de la productividad. Mucha gente, en un ambiente más cómodo y con menos interrupciones que la oficina tradicional, logra concentrarse mejor y rendir más.
- Por último, podría disminuir costos en la operación del negocio: menos gasto en alquileres, luz, agua, limpieza y todo lo que implica una oficina espaciosa.
¿Cuáles son los beneficios del trabajo remoto?
Las ventajas apuntan a mejorar la situación tanto de la gente como de las organizaciones. Es una alternativa que mejora la vida de los empleados, pero también aumenta la competitividad y la eficiencia del negocio.
Para los empleados, ¿qué ventajas trae?
- Más flexibilidad y autonomía: Poder manejar los tiempos de trabajo según las necesidades personales es un plus enorme. Permite gestionar mejor las responsabilidades familiares o personales.
- Mejor equilibrio vida-trabajo: Sin viajes diarios y con horarios potencialmente más flexibles, queda más tiempo para la familia, hobbies, o simplemente para descansar. La famosa conciliación se vuelve un poco más real.
- Menos estrés y tiempo de viaje: No tener que lidiar con el transporte público o el tráfico todos los días es, para muchos, un cambio de vida. Mejora el bienestar general.
- Chance de mayor productividad: Trabajar en un entorno elegido, cómodo y sin las interrupciones típicas de una oficina abierta, puede ayudar a concentrarse y ser más eficiente en las tareas.
- Ahorro de plata: Se gasta menos en transporte, en comer afuera, quizás hasta en ropa de oficina. Todo suma al bolsillo a fin de mes.
Y para las empresas, ¿dónde está el negocio?
- Bajan los costos operativos: El ahorro en alquiler, servicios, mantenimiento de oficinas puede ser significativo. Menos metros cuadrados, menos gastos fijos.
- Puede aumentar la productividad: Gente más cómoda, motivada y con más control sobre su entorno tiende a rendir más.
- Ayuda a retener talento: Ofrecer flexibilidad es un imán para atraer y, sobre todo, para mantener a los buenos profesionales. Hoy es un beneficio muy valorado.
- Acceso a talento sin fronteras: Se rompen las barreras geográficas. Se puede contratar a la persona ideal para el puesto, esté en Córdoba, en Jujuy o incluso en otro país. El pool de candidatos se agranda muchísimo.
- Mejora la imagen de la empresa: Ofrecer trabajo remoto posiciona a la compañía como moderna, flexible y que se preocupa por el bienestar de su gente. Suma puntos a la marca empleadora.
¿Qué se necesita para trabajar remoto?
Para que esto del trabajo remoto funcione bien y no termine siendo complicado, hay que planificar un poco previamente. Es una responsabilidad compartida: tanto el empleado como la empresa tienen que asegurarse de que estén dadas las condiciones, porque si no, la cosa no funciona.
- Empezando el equipamiento, lo mínimo indispensable, el ABC, es contar con una computadora que ande bien, una conexión a internet que sea estable y decentemente rápida –que no te deje colgado a mitad de una reunión–, y un teléfono a mano.
- El espacio de trabajo también es clave. Lo ideal es tener un lugar dedicado solo para trabajar, si es posible una habitación separada o al menos un rincón bien definido.
- También hacen falta ciertas habilidades personales: La autodisciplina, la organización, saber comunicarse bien a distancia y ser proactivo.
- Finalmente, están el software y las herramientas.
Plataformas de trabajo remoto
El trabajo remoto depende mucho de plataformas tecnológicas que facilitan la comunicación, el trabajo en equipo y la gestión de tareas. La elección depende de cada empresa y puesto, pero algunas de las que más se usan en Argentina son:
- Para comunicación (chats, llamadas, videollamadas): Slack, Microsoft Teams, Google Chat, Zoom, Google Meet son las estrellas.
- Para gestionar proyectos y que no se desbanden las tareas: Trello, Asana, Monday.com, Jira son muy populares.
- Para guardar y compartir archivos en la nube de forma segura: Google Drive, Dropbox, OneDrive de Microsoft son indispensables.
- Para reuniones virtuales o capacitaciones: Zoom, Google Meet, Skype siguen siendo fijas.
- Y hasta para controlar el tiempo dedicado a tareas (útil si se factura por hora o para medir productividad): existen herramientas como Time Doctor o Toggl Track.
¿Qué roles pueden ser remotos?
La buena noticia es que la variedad de puestos que se pueden hacer a distancia es cada vez más grande. Ya no es solo cosa de programadores o diseñadores. En Argentina, el trabajo remoto se expandió a un montón de áreas: administración, marketing, educación, atención al cliente y mucho más.
Pensemos en algunos ejemplos concretos:
- Muchas funciones administrativas ya se hacen perfectamente a distancia: pensemos en asistentes virtuales, secretariado remoto, o tareas como la carga de datos y la facturación que no requieren presencia física.
- Después, todo el mundo del marketing y la comunicación, donde el trabajo remoto pisa fuerte: desde el manejo de redes sociales –lo que hacen los conocidos community managers– hasta especialistas en marketing digital, redactores de contenido, gente que labura con SEO, diseño gráfico o edición de video.
- Ni hablar del área de tecnología, que fue una de las grandes impulsoras de esta modalidad: acá entran desarrolladores de software –ya sea para web, mobile o lo que se necesite–, programadores, diseñadores de experiencia de usuario (UX/UI), analistas de sistemas, testers, o quienes brindan soporte técnico a distancia.
- También se ve muchísimo en puestos de atención al cliente, para responder consultas y dar soporte por teléfono, chat o correo electrónico.
- En educación, con el boom de la formación online, hay muchísima demanda de profesores, tutores virtuales, creadores de contenido educativo.
- Los traductores e intérpretes también suelen trabajar remoto.
- Y muchos roles de consultoría en distintas áreas (negocios, finanzas, RRHH, legal) se adaptan perfectamente.
Buscando oportunidades remotas
Encontrar un buen trabajo remoto requiere moverse y buscar en los lugares correctos. Por suerte, en Argentina hay varias plataformas y recursos para conectar profesionales con empresas que ofrecen esta modalidad. Si alguien se pregunta cómo conseguir trabajo remoto, lo primero es tener un CV bien armado y actualizado, eso es básico.
¿Dónde buscar?
- Los portales de empleo grandes como Bumeran, Computrabajo o ZonaJobs ya tienen filtros para buscar específicamente “remoto” o “teletrabajo”.
- Las redes profesionales, sobre todo LinkedIn, son fundamentales. Muchas empresas publican sus ofertas remotas ahí mismo, y además hay grupos específicos sobre trabajo remoto en Argentina donde se comparten oportunidades.
- Existen también plataformas dedicadas 100% a trabajo remoto, algunas internacionales pero con muchas ofertas dirigidas a argentinos, como FlexJobs, Remote.co, We Work Remotely o Arc.
- No hay que olvidarse de revisar los sitios web de las propias empresas, especialmente las de tecnología, en sus secciones de “Carreras” o “Trabajá con nosotros”. Y, finalmente, algunas agencias de reclutamiento ya se están especializando en buscar talento para puestos remotos; vale la pena investigar cuáles operan en Argentina y contactarlas.
¿Cómo los recursos humanos gestionan el trabajo remoto?
Para recursos humanos, el trabajo remoto implica un rol súper activo y fundamental. No es solo dejar que pase, hay que gestionarlo. En Argentina, las áreas de RRHH están adaptando sus prácticas para manejar los desafíos y aprovechar las chances que da esta modalidad. Desde definir políticas claras hasta capacitar a la gente, son la clave para que la transición sea buena y el sistema funcione.
Entre sus tareas, se destacan
- Primero, desarrollar y comunicar políticas de trabajo remoto bien claras. Tienen que cubrir horarios, disponibilidad esperada, comunicaciones, qué pasa con los equipos, seguridad de la información… y todo alineado con la Ley de Teletrabajo.
- Segundo, hay que adaptar los procesos de selección. Evaluar si los candidatos tienen esas habilidades clave para el trabajo remoto: autodisciplina, buena comunicación a distancia, manejo de herramientas digitales.
- Tercero, repensar la gestión del desempeño. Hay que implementar sistemas que funcionen a distancia, poniendo el foco en los resultados y objetivos cumplidos, más que en si la persona está conectada X horas.
- Cuarto, asegurar una comunicación fluida y efectiva. Hay que mantener a la gente remota informada, conectada con la cultura de la empresa, que no se sientan aislados.
- Quinto, la capacitación es vital. Sobre herramientas digitales, sobre seguridad informática, sobre buenas prácticas para trabajar remoto, sobre cómo gestionar el tiempo.
- Y sexto, hacer un seguimiento del bienestar y la productividad. Usar encuestas, reuniones periódicas, lo que sirva para entender cómo está la gente y cómo va el trabajo.
El trabajo remoto como modalidad llegó para quedarse y crecer. Las ventajas incluyen a todos, destacando una mayor flexibilidad y calidad de vida para los empleados; menos costos y, potencialmente, más productividad para las empresas. A su vez, trae sus propios desafíos: mantener una buena comunicación a distancia, gestionar el desempeño sin ver a la gente todos los días, cuidar la cultura de la empresa, etc. La clave para que funcione está en adaptarse rápido y bien. Las empresas argentinas necesitan políticas claras, invertir en tecnología y capacitar a nuestra gente. Y los empleados, por su lado, tienen que desarrollar esa capacidad de autogestión y de comunicarse eficazmente a distancia. El futuro del trabajo es, sin dudas, más flexible, y cómo nos adaptemos a eso va a marcar la diferencia en los próximos años.