Carta de recomendación: ¿Qué es? ¿Cómo se hace?

Tabla de contenidos

  1. ¿Qué es una carta de recomendación en Chile?
  2. ¿Para qué sirve una carta de recomendación?
  3. ¿Cuáles son las características de una carta de recomendación?
  4. ¿Qué debe llevar una carta de recomendación?
  5. ¿Cómo hacer una carta de recomendación?
  6. ¿Cuál es el formato de carta de recomendación en Chile?
  7. ¿Qué tipos de carta de recomendación existen?
  8. ¿Cuándo presentar una carta de recomendación?
  9. ¿Cuáles son los beneficios de una carta de recomendación?
  10. ¿Cómo los recursos humanos gestionan una carta de recomendación?
  11. ¿Cuál es el papel de la carta de recomendación en la evaluación de candidatos?

En un país donde las referencias valen su peso en oro, una carta de recomendación no es simplemente un trámite; puede inclinar la balanza entre quedar fuera o entrar a una nueva oportunidad. Este tipo de documento, aunque breve, tiene un impacto potente: da respaldo concreto a la trayectoria y habilidades de un postulante, mostrando que alguien con peso validó su trabajo, su forma de ser y su profesionalismo.

En ambientes laborales tan competitivos como los que se ven hoy en Chile (particularmente en sectores de alta rotación o posiciones técnicas) una buena carta puede ser justo lo que incline la balanza en una terna reñida. No se trata solo de decir “fue buen trabajador”, sino de transmitir que esa persona dejó huella.

Desde recursos humanos, tener claridad sobre este tipo de documentos permite no solo apoyar a ex colaboradores, sino también evaluar con mejor criterio a quienes postulan. Esta guía recorre todo lo que hay que saber sobre el tema, desde sus tipos hasta su estructura práctica, siempre con la mirada puesta en la realidad chilena.

¿Qué es una carta de recomendación en Chile?

En palabras simples, es un testimonio por escrito. Una persona con cierta autoridad (como un exjefe, profesor o colega de peso) pone por escrito que alguien es competente, confiable y ha demostrado capacidades concretas en determinado contexto. No es un elogio vacío; es una apuesta por el valor del otro.

Existen principalmente dos tipos que se ven con frecuencia:

Laborales

Son las más comunes en el ámbito empresarial. Un supervisor o jefe directo deja constancia de las tareas, logros, habilidades técnicas y blandas del trabajador. Se enfocan en rendimiento, ética profesional y adaptabilidad.

Personales

Tienen un tono más general, pero también valioso. Las suelen escribir mentores, académicos o figuras de confianza fuera del trabajo. Apuntan a destacar valores como la responsabilidad, la proactividad o el compromiso.

Más allá de su tipo, una buena carta cumple una función clara: dar fe de que el postulante no solo tiene lo que dice tener, sino que ya lo ha demostrado en la práctica. En ciertos procesos (especialmente en mandos medios y altos) este respaldo puede ser clave para pasar de la terna a la oferta.

¿Para qué sirve una carta de recomendación?

En un proceso de selección, donde los CVs muchas veces suenan parecidos, este documento permite abrir una ventana más personal sobre el postulante. Muestra una visión en terreno, una experiencia vivida por alguien que puede dar fe de sus capacidades.

Desde el punto de vista de gestión, no es solo un plus: puede ser un diferencial. Estas cartas ayudan a:

  • Respaldar postulaciones con evidencia concreta: No se trata solo de decir que es buen trabajador, sino de que alguien lo haya visto en acción.
  • Destacar logros y habilidades reales: El documento permite ir más allá del cargo o la función, mostrando aportes específicos y formas de enfrentar desafíos.
  • Elevar la probabilidad de contratación: Cuando dos personas tienen currículums similares, una carta bien hecha puede inclinar la decisión.
  • Abrir puertas académicas o formativas: No es raro que programas de posgrado, diplomados o becas exijan este tipo de referencia para evaluar el compromiso y potencial del postulante.

Desde recursos humanos, vale tener esto presente también al gestionar promociones internas o derivaciones hacia otras áreas o filiales. No se trata solo de tener el documento, sino de entender su valor estratégico.

¿Cuáles son las características de una carta de recomendación?

Lo que distingue una carta efectiva de una genérica es, ante todo, su autenticidad y precisión. No hace falta adornar ni exagerar; lo que realmente suma es que el mensaje sea claro, directo y creíble.

Algunos elementos clave que no deberían faltar:

  • Claridad: Nada de frases rebuscadas. Tiene que leerse y entenderse de inmediato.
  • Concisión: Idealmente, no más de una página. Que diga mucho, pero sin dar vueltas.
  • Objetividad: Lo que se diga, que se pueda sustentar. Mencionar hechos concretos es mejor que opiniones vagas.
  • Credibilidad: Firmada por alguien que realmente haya trabajado con la persona. Si es un jefe directo, mucho mejor.
  • Adaptación al contexto: No sirve una carta genérica. Si el postulante va a una empresa de tecnología, conviene enfatizar su capacidad para resolver problemas, por ejemplo.

Para los equipos de selección, detectar estas características ayuda a filtrar cartas válidas de las meramente protocolares. Y desde el lado de quien redacta, mantener estos criterios es clave para que la carta realmente ayude al recomendado.

¿Qué debe llevar una carta de recomendación?

El contenido tiene que responder a tres preguntas: ¿quién recomienda?, ¿a quién?, ¿y por qué vale la pena prestarle atención?

Para que cumpla su función como corresponde, la carta debería incluir:

  • Datos de quien recomienda: Nombre completo, cargo, empresa o institución, y contacto (correo o teléfono). Sin esto, la carta pierde fuerza.
  • Identificación del recomendado: Nombre y, si aplica, cargo o rol que tuvo en la organización.
  • Descripción de logros y habilidades: Qué hizo, cómo lo hizo y qué impacto tuvo. Vale incluir habilidades técnicas y blandas.
  • Tipo de relación y duración: ¿Fueron colegas? ¿Jefe y subordinado? ¿Mentor? ¿Por cuánto tiempo? Todo eso le da contexto al testimonio.
  • Cierre profesional y cordial: Un párrafo que reafirme el respaldo, con disposición a entregar más información si se requiere.

Un detalle no menor: cuidar la redacción. No solo por corrección formal, sino porque errores pueden transmitir descuido o poco compromiso, restando credibilidad a todo lo anterior.

¿Cómo hacer una carta de recomendación?

No basta con tener buena voluntad. Escribir una carta de este tipo requiere tiempo, información y una estructura clara. No se trata de improvisar algo bonito, sino de construir un mensaje que respalde con fundamento.

Algunos pasos prácticos:

  • Recolectar antecedentes clave: Saber a qué postula la persona, cuál fue su rol, qué logró, cómo se relacionó con otros.
  • Ordenar las ideas: Lo ideal es seguir una secuencia: presentación – descripción del vínculo – logros – cierre y respaldo.
  • Usar un lenguaje profesional pero cercano: Nada de frases vacías tipo “excelente persona”. Mejor ir directo y concreto.
  • Revisar antes de enviar: Ortografía, coherencia y datos bien puestos. Una segunda lectura no está de más.

Según el contexto, conviene hacer foco en distintos aspectos. En lo académico, resaltar compromiso y rendimiento. En lo laboral, resultados y habilidades específicas. Si no se puede recomendar sinceramente, es más honesto excusarse. Forzar una carta que no se cree puede hacer más daño que bien, tanto para el recomendado como para quien la firma.

¿Cuál es el formato de carta de recomendación en Chile?

No hay un único molde, pero sí ciertas convenciones que conviene seguir para que el documento tenga peso real. Una buena carta no solo dice cosas valiosas, también se ve profesional.

Elementos clave del formato:

  • Encabezado: Fecha, nombre del recomendador, cargo, empresa o institución y medios de contacto. Va al principio.
  • Saludo inicial: Puede ir dirigido a una persona específica o, si no se sabe, usar un “A quien corresponda”.
  • Cuerpo del texto: Ahí se desarrolla todo. Relación entre recomendador y recomendado, contexto, habilidades, logros, etc.
  • Cierre: Se reafirma la recomendación y se deja abierta la posibilidad de contacto.
  • Firma: Con nombre completo, cargo y, si se puede, con membrete o logo institucional.

Sobre la presentación, conviene un diseño limpio, letra legible (tipo Arial o similar) y márgenes amplios. Si va en digital, mejor en PDF para evitar ediciones. Cada detalle suma cuando se trata de generar una buena impresión.

¿Qué tipos de carta de recomendación existen?

No todas se escriben para lo mismo ni de la misma forma. Según el contexto en el que se solicite, existen diferentes tipos de carta de recomendación, y cada una responde a una lógica distinta, con objetivos y tonos específicos que hay que saber distinguir.

Cartas laborales

Este tipo es probablemente el más conocido y usado. Sirve para apoyar una postulación a un nuevo empleo. Lo habitual es que la redacte un exjefe, supervisor o incluso un colega de peso que haya visto de cerca el desempeño del trabajador. Se enfoca en las habilidades técnicas, la actitud y, sobre todo, en cómo esa persona se enfrentó a los desafíos concretos del puesto.

Cartas académicas

Aquí el foco cambia. Se usan para respaldar postulaciones a programas de posgrado, becas o cursos especializados. Las suelen firmar docentes, tutores u otras figuras académicas con autoridad. Lo relevante es evidenciar el compromiso, la disciplina y el potencial de quien postula en un ambiente de estudio.

Cartas personales

Este formato tiene un tinte más humano y se usa en contextos donde lo que se quiere destacar es la conducta o valores de una persona. Arriendos, procesos de adopción o solicitudes de crédito son algunos casos donde estas cartas tienen peso. Normalmente las escribe alguien cercano (no necesariamente del ámbito profesional) que pueda hablar con propiedad del carácter del recomendado.

Para cada caso, lo importante es adaptar el contenido y tono de la carta al tipo de relación previa y al objetivo del documento. Lo que marca la diferencia es que refleje algo real, vivido y verificable.

¿Cuándo presentar una carta de recomendación?

No es algo que se entrega porque sí. Saber cuándo es oportuno presentar una carta de recomendación puede marcar la diferencia entre pasar inadvertido o quedar en la terna final. Este documento cobra sentido en momentos clave, cuando hay que reforzar una candidatura con argumentos sólidos.

Algunos contextos comunes:

  • Postulaciones laborales: Es bastante frecuente que, especialmente en Chile, empresas pidan este tipo de carta para roles de confianza, jefaturas o cargos estratégicos. No es un requisito en todos los casos, pero cuando lo piden, tiene peso.
  • Admisión académica: Las universidades y centros de formación suelen solicitar una carta que avale la seriedad y compromiso del postulante al momento de postular a posgrados o becas.
  • Aplicaciones internacionales: Cuando alguien postula a una oportunidad fuera del país, este documento puede servir como respaldo adicional para demostrar su trayectoria profesional o académica ante instituciones extranjeras.

El mejor momento para pedirla es antes de que el reloj corra. Es decir, con tiempo suficiente como para que quien la escribe pueda hacerlo con dedicación. Y en cuanto a la entrega, conviene incluirla directamente en el dossier o enviarla cuando la institución lo solicite, sin esperar a que lo pidan por segunda vez.

¿Cuáles son los beneficios de una carta de recomendación?

Aunque parece un detalle menor, la carta de recomendación es una de esas herramientas que pueden cambiar el juego. Tiene valor para todas las partes: quien la presenta, quien la lee, y también para la organización que la evalúa.

Beneficios para los candidatos

  • Mejora la competitividad: En procesos con postulantes de perfiles similares, una buena carta puede ser el elemento que inclina la balanza.
  • Apoya la reputación profesional: Cuando un antiguo empleador respalda a alguien por escrito, le da peso a su trayectoria.
  • Facilita el cambio de trabajo: Especialmente cuando se viene de un buen ciclo, una carta ayuda a cerrar ese capítulo de forma positiva.
  • Aporta valor en el mundo académico: En postulaciones a diplomados o becas, puede ser la pieza que convence al comité evaluador.

Beneficios para las empresas

  • Acceso a referencias más profundas: Una carta bien redactada dice más que una llamada rápida o una revisión superficial de LinkedIn.
  • Menor margen de error al contratar: Ayuda a evitar contrataciones apresuradas o con información incompleta.
  • Agiliza los procesos de selección: Es una herramienta más para complementar las entrevistas, pruebas y análisis de CV.

Para quienes gestionan talento, entender el potencial de este documento permite tomar decisiones más acertadas, sin depender exclusivamente de lo que el candidato diga sobre sí mismo.

¿Cómo los recursos humanos gestionan una carta de recomendación?

En cualquier proceso serio de selección, los recursos humanos no pueden dar por buena una carta solo porque viene bien escrita. Detrás de cada recomendación hay que hacer un trabajo de lectura crítica y verificación. La clave está en cómo se analiza el documento, más allá del papel o el PDF que se reciba.

Uso estratégico dentro de la selección

Durante el proceso de reclutamiento, las cartas permiten conocer aspectos del candidato que no siempre se captan en una entrevista o una prueba técnica. Sirven para validar ciertos datos, pero también para detectar patrones de comportamiento, capacidad de adaptación y reputación interna.

Cómo verificar su autenticidad

Desde RRHH, hay varias formas de revisar que la carta sea legítima:

  • Confirmar al firmante: Ver si realmente trabajó en el lugar que menciona, en el cargo que dice.
  • Hacer contacto directo: Un correo corto o una llamada bastan para validar que esa persona efectivamente redactó el documento.
  • Buscar coherencia: Verificar que lo dicho en la carta se alinee con lo declarado en el currículum o lo que surgió en la entrevista.

Qué hacer si se detecta una falsificación

Aunque no es lo más común, también pasa. Si aparece una carta que huele raro o simplemente no cuadra:

  • Se puede pedir una explicación al postulante. A veces hay confusiones honestas.
  • También es válido contactar a la empresa de origen para confirmar si el documento existe.
  • Y si se confirma que la carta es falsa, hay que considerar seriamente el impacto que eso tiene sobre la postulación. Muchas veces eso basta para descartarla de inmediato.

¿Cuál es el papel de la carta de recomendación en la evaluación de candidatos?

Una carta no viene a suplantar una entrevista ni una evaluación técnica, eso está claro. Pero puede sumar una perspectiva distinta, que a veces resulta decisiva. Sobre todo cuando el proceso ya está avanzado y los perfiles parecen parecidos, este tipo de testimonio puede aportar matices que ayudan a tomar una mejor decisión.

Como práctica de recursos  humanos, conviene tratarla como una fuente más dentro del análisis global. Es decir, no sobrevalorarla, pero tampoco dejarla pasar. En ciertos cargos donde la confianza es un factor clave, esta carta puede valer tanto como un examen técnico.

La carta de recomendación sigue siendo una herramienta útil y estratégica. En el contexto chileno actual, donde los procesos de selección son cada vez más exigentes y las empresas necesitan minimizar riesgos, contar con referencias escritas confiables puede marcar una gran diferencia.

Para los candidatos, pedirla con intención y asegurarse de que refleje sus fortalezas reales. Para los equipos de RRHH, analizarla con criterio, verificarla si es necesario y sumarla al resto de las piezas del rompecabezas.

A fin de cuentas, más allá del formato, se trata de confianza. Y en ese terreno, una buena recomendación (genuina, concreta y creíble) sigue siendo una de las monedas más valiosas del mundo laboral.

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