Liquidación: ¿Qué es? ¿Cómo se calcula?

Tabla de contenidos

  1. ¿Qué es la liquidación en Ecuador?
  2. ¿Para qué sirve la liquidación?
  3. ¿Qué dice el Ministerio de Trabajo sobre la liquidación?
  4. ¿Cuándo se da la liquidación?
  5. ¿Por qué se da la liquidación?
  6. ¿Cómo se calcula la liquidación en Ecuador?
  7. ¿Qué pasa con los beneficios adicionales, como el seguro médico, al momento de la liquidación?
  8. ¿Cuáles son los beneficios de la liquidación para el trabajador?
  9. ¿Cómo gestionan los recursos humanos la liquidación?
  10. ¿Qué implicaciones tiene la liquidación para el empleador?
  11. ¿Cómo se maneja la liquidación en contratos a plazo fijo o por obra determinada?

Cerrar un ciclo laboral nunca es tan simple como entregar el computador y decir adiós. En Ecuador ‒y en cualquier parte‒ cada fin de contrato trae consigo la liquidación, un cálculo que asegura que el trabajador se lleve lo que ya ganó y que la empresa cumpla su parte sin dejar cabos sueltos. Si ambas partes entienden bien de qué se trata, se evitan retrasos, malentendidos y demandas que solo desgastan.

Aquí desmenuzamos paso a paso qué es la liquidación, por qué existe, cómo se calcula y qué sucede en distintas situaciones (renuncia, despido, contratos a plazo fijo, etc.). La meta es que, cuando llegue el momento de firmar el acta de finiquito, tengas claro qué esperar y cuál es la responsabilidad de cada parte.

¿Qué es la liquidación en Ecuador?

La liquidación es la suma total de valores que la empresa debe pagar cuando el vínculo laboral termina. Incluye, para empezar, el salario pendiente: los días trabajados desde el último pago hasta la fecha de salida. A eso se añaden los décimos sueldos (décimo tercero y décimo cuarto) proporcionales si el trabajador no completó el año.

Otro componente son las vacaciones no gozadas. Si el colaborador tenía días de descanso pendientes, la empresa los compensa en dólares. También entran los fondos de reserva acumulados cuando el contrato supera el primer año y el trabajador los ha diferido o pedido mensualizados.

Conviene distinguir liquidación de indemnización. La primera siempre aplica; la segunda solo en escenarios específicos como el despido intempestivo. Por norma, todos estos valores deben pagarse en máximo 30 días y registrarse en el Sistema Único de Trabajo (SUT) del Ministerio de Trabajo. Así, el proceso queda documentado y ambas partes cuentan con respaldo legal.

¿Para qué sirve la liquidación?

El primer propósito es proteger al trabajador. Ese dinero respalda los gastos de la transición ‒servicios básicos, alimentación, deudas‒ mientras se busca un nuevo empleo o se emprende otra actividad. Sentirse respaldado financieramente reduce el estrés de la etapa de cambio.

Para la empresa, cumplir con la liquidación evita problemas legales. Un pago incompleto o fuera de tiempo abre la puerta a multas, demandas y citaciones ante el Ministerio de Trabajo. El acta de finiquito, debidamente firmada y registrada, actúa como comprobante de que todo quedó en regla.

Además, una liquidación correcta cierra la relación laboral con orden. Sin cuentas pendientes, la reputación empresarial se refuerza, el extrabajador se va con buen sabor de boca y es menos probable que existan comentarios negativos o procesos judiciales posteriores.

¿Qué dice el Ministerio de Trabajo sobre la liquidación?

El Ministerio establece los lineamientos en el Código del Trabajo y ofrece herramientas prácticas para cumplirlos. Una de ellas es la calculadora en línea que permite estimar, rubro por rubro, cuánto debe recibir el colaborador.

El proceso formal arranca con la elaboración del acta de finiquito, documento que detalla todos los montos pagados. Tras la firma de ambas partes, el empleador debe registrar el acta en el SUT dentro de los 30 días siguientes. Este paso valida legalmente la operación y deja trazabilidad.

La autoridad, además, realiza inspecciones y auditorías. Si detecta pagos incompletos o retrasos, puede imponer sanciones económicas y exigir el pago inmediato de lo adeudado. Dejar pasar los plazos o “olvidar” conceptos no es una opción: la ley es clara y la supervisión, cada vez más estricta.

¿Cuándo se da la liquidación?

La liquidación se genera en varios escenarios. El más común es la renuncia voluntaria: el trabajador avisa, cumple el preaviso (si corresponde) y recibe sus valores pendientes. También sucede cuando el contrato termina naturalmente, por ejemplo, en acuerdos a plazo fijo o por obra determinada.

En caso de despido, hay dos caminos. Si el empleador justifica la terminación con las causales que la ley prevé, solo paga la liquidación estándar. Si se trata de un despido intempestivo, además de la liquidación entra la indemnización.

Otros supuestos incluyen la jubilación o el fallecimiento del trabajador, donde la empresa liquida y paga a los herederos. En todos los casos, la norma exige que el desembolso sea en un solo pago y dentro del plazo de 30 días.

¿Por qué se da la liquidación?

En esencia, la liquidación existe para resguardar derechos y cerrar ciclos. Garantiza que el esfuerzo del trabajador se remunere hasta el último día y que la empresa no acumule pasivos laborales que puedan convertirse en pleitos futuros.

El acta de finiquito, al quedar registrada, blinda a ambas partes: el trabajador demuestra que recibió lo suyo y la empresa que pagó lo debido. Además, un pago puntual comunica compromiso y ética, valores cada vez más apreciados por inversionistas, clientes y futuros candidatos.

¿Cómo se calcula la liquidación en Ecuador?

El cálculo se vuelve sencillo si se sigue un orden. 

  1. Primero, salario pendiente: Divide el salario mensual para 30 días y multiplícalo por los días trabajados tras el último pago.
  2. Luego, los décimos sueldos. El décimo tercero es la doceava parte de todo lo ganado entre el 1 de diciembre y el 30 de noviembre. Si el trabajador no completó ese período, se paga la fracción. El décimo cuarto parte del salario básico (460 USD en 2025) y se calcula proporcionalmente a los meses laborados.
  3. Sigue el turno de las vacaciones no gozadas. Por cada año, tocan 15 días. Si no se usan, se pagan dividiendo el salario mensual entre 30 y multiplicando por los días pendientes. 
  4. A esto se suma, cuando corresponde, el fondo de reserva (8,33 % del sueldo), acumulado o mensualizado.

En despido intempestivo llega la indemnización: tres sueldos si el tiempo de servicio es hasta tres años; a partir del cuarto, un mes adicional por cada año extra, con tope de 25. Para no perderse, la calculadora oficial del Ministerio resulta práctica y actualizada.

Ejemplo:

Trabajador con sueldo de $600, 14 meses de antigüedad, 10 días de vacaciones pendientes y despido intempestivo:

  • Salario pendiente (15 días): 600/30 × 15 = $300
  • Décimo tercero proporcional (enero-junio): 600 × 6 / 12 = $300
  • Décimo cuarto proporcional (enero-junio): 460 (SBU) / 12 × 6 ≈ $230
  • Vacaciones: 600/30 × 10 = $200
  • Fondos de reserva (14 meses): 600 × 0,0833 × 14 ≈ $700
  • Indemnización: 3 meses de sueldo = $1 800

Total liquidación: $300 + $300 + $230 + $200 + $700 + $1 800 = $3 530

¿Qué pasa con los beneficios adicionales, como el seguro médico, al momento de la liquidación?

La cobertura del IESS se mantiene dos meses después de la salida si el trabajador aportó al menos seis meses continuos. Tras ese lapso, solo se conserva afiliándose voluntariamente.

En seguros privados colectivos, la regla la fija el contrato entre aseguradora y empresa. Lo usual es que el beneficio cese al terminar la relación laboral, aunque algunas compañías permiten continuar la póliza cubriendo el costo completo.

En ocasiones, sobre todo en salidas amistosas, el empleado negocia que la empresa cubra el seguro unos meses más. No es obligación legal, pero puede pactarse como parte del acuerdo de finiquito.

¿Cuáles son los beneficios de la liquidación para el trabajador?

Cuando se termina una relación laboral —ya sea por decisión del empleador, por renuncia del trabajador o por causas legales justificadas— entra en juego un proceso clave: la liquidación. Y en Ecuador, este no es solo un trámite administrativo, sino un derecho que, bien gestionado, protege al trabajador y también evita conflictos futuros para la empresa.

  1. Primero, ofrece estabilidad financiera inmediata en el periodo de búsqueda de empleo o reubicación. Contar con el dinero acumulado evita deudas improvisadas y brinda margen para planificar.
  2. Segundo, confirma que se han respetado derechos: décimos, vacaciones y fondos de reserva son montos ya ganados. Cobrar la liquidación asegura que nada quede en el aire.
  3. Tercero, en despido sin causa se suma la indemnización, colchón que permite enfrentar la incertidumbre sin precipitar decisiones laborales que comprometan el futuro.

¿Cómo gestionan los recursos humanos la liquidación?

Recursos humanos encabeza el proceso: revisa el expediente, identifica días pendientes y bonificaciones y calcula con exactitud cada rubro. Luego prepara el acta de finiquito y la explica al trabajador, aclarando dudas para evitar desconfianza.

Después, registra la información en el SUT dentro de los 30 días y coordina el pago —transferencia o cheque— junto con los documentos finales (certificado laboral, rol de pagos, etc.). Una gestión pulcra evita reclamos y refuerza la reputación interna.

¿Qué implicaciones tiene la liquidación para el empleador?

Legalmente, el incumplimiento acarrea multas y posibles juicios. Operativamente, una mala salida impacta la moral del resto del personal y genera ruido en redes sociales o portales de empleo.

La recomendación es asumir la liquidación como parte natural del ciclo laboral y no como un gasto inesperado. Un calendario de provisiones contables y una política clara de desvinculación evitan sobresaltos financieros y preservan la imagen corporativa.

¿Cómo se maneja la liquidación en contratos a plazo fijo o por obra determinada?

Si el contrato concluye en la fecha prevista, la empresa paga la liquidación estándar (salario pendiente, décimos, vacaciones, fondos de reserva) sin indemnización.

Si, en cambio, la compañía termina el contrato antes del plazo o antes de concluir la obra sin causa justificada, debe pagar la indemnización equivalente a lo que el trabajador habría ganado hasta la fecha pactada, además de la liquidación normal.

En obras determinadas, la ley añade una cláusula de preferencia de recontratación: si un proyecto similar inicia en los seis meses siguientes, la empresa debe ofrecer primero el puesto a quienes participaron antes, siempre que cumplan el perfil requerido.

La liquidación es la llave que cierra la puerta laboral con justicia y transparencia. Para el trabajador representa seguridad y reconocimiento; para la empresa, seriedad y cumplimiento legal.

Conocer a detalle los componentes, plazos y procedimientos ‒y aplicarlos sin excusas‒ evita conflictos costosos, protege derechos y siembra confianza. En un mercado laboral cada vez más competitivo, pagar a tiempo y de forma correcta no es solo un deber: es una señal clara de respeto por la gente que hace posible el negocio.

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