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Teletrabajo: ¿Qué es? ¿En qué consiste?

Teletrabajo

Tabla de contenidos

Trabajar desde cualquier lugar, sin estar atado todos los días a un escritorio en la oficina, ya no es un lujo ocasional. Hoy forma parte del modo en que muchas empresas están repensando su forma de trabajar. En Chile, esta forma de operar se aceleró fuerte después de la pandemia, cuando no quedaba otra que adaptarse para seguir funcionando.

Pero el impulso no quedó ahí. Superado el contexto de emergencia, varias compañías decidieron mantener el teletrabajo como parte estable de su estrategia. Y no solo por conveniencia: cuando se gestiona bien, puede ser flexible, eficiente y hasta más rentable. En las próximas líneas, vale la pena mirar con detalle qué supone esta forma de trabajo, qué necesita para andar bien y cómo está reconfigurando la manera en que se gestiona a las personas en nuestro país.

¿Qué entendemos hoy por teletrabajo en Chile?

El teletrabajo, en esencia, es cumplir las funciones sin estar en la oficina. La persona realiza sus tareas desde donde le resulte adecuado (su hogar, una cafetería o incluso otro país) y se apoya en herramientas digitales para comunicarse, coordinarse y mantener su nivel de productividad.

Eso sí, no hay que confundirlo con el clásico “home office” que muchos conocieron de forma más improvisada. Ese formato suele ser más esporádico, a veces por necesidad puntual, y se da principalmente desde el hogar. El teletrabajo, en cambio, tiene un diseño más permanente, con flexibilidad real sobre dónde y cómo se trabaja.

Tampoco hay que mezclar este concepto con el trabajo freelance. Aunque se parece en lo remoto, en ese caso no existe un vínculo laboral formal. Son personas que prestan servicios por encargo, sin formar parte de la estructura interna de la empresa ni responder a las mismas reglas que un trabajador dependiente.

¿Cómo ha ido evolucionando el teletrabajo?

Aunque muchos lo asocian directamente con la pandemia, el teletrabajo no nació en 2020. De hecho, viene dando vueltas hace rato. Ya en los años 70 se empezaba a explorar la idea de que, gracias a la tecnología, algunas tareas podían hacerse lejos de la oficina central. Claro, en ese entonces era algo muy de nicho.

En Chile, la historia no es tan distinta. A fines de los 2000 empezó a notarse en ciertos rubros, sobre todo en tecnología y servicios, pero de forma bastante tímida. No fue hasta que llegó la crisis sanitaria que esta modalidad explotó. En cosa de semanas, muchas empresas tuvieron que adaptarse sí o sí, y ahí el teletrabajo dejó de ser una alternativa lejana para convertirse en la única forma de seguir adelante.

Desde entonces, no volvió a ser lo que era. Muchas empresas descubrieron que, con los ajustes adecuados, este esquema podía mantenerse y hasta mejorar ciertas dinámicas de trabajo. Y como el mercado laboral también cambió, hoy es una opción que sigue evolucionando y adaptándose.

¿En qué consiste el teletrabajo en Chile?

Más allá de cualquier definición de manual, lo que realmente marca al teletrabajo es esa posibilidad de trabajar con más libertad, sin que eso signifique perder el control o bajar la calidad del resultado. Ahora, decir que basta con pasarle un notebook a alguien y dejarlo en su casa sería quedarse corto. Para que esta modalidad funcione de verdad (y no se vuelva un dolor de cabeza) hay que tener ciertas condiciones mínimas bien resueltas. Espacios, herramientas, dinámicas claras… todo eso entra en juego.

Características principales

El corazón de esta modalidad está en el uso de tecnologías que permiten trabajar a distancia sin perder conexión. Herramientas como videollamadas, software colaborativo o plataformas de gestión de tareas permiten mantener el ritmo sin necesidad de estar físicamente presente.

Otro punto fuerte es la posibilidad de adaptar los horarios y el lugar de trabajo. Mientras haya internet y condiciones básicas, la persona puede operar desde donde le quede mejor. Además, al no estar bajo supervisión directa todo el tiempo, se espera un nivel de autonomía mayor, lo que lleva a una relación distinta con la forma de organizarse.

Requisitos técnicos

Para que el sistema no colapse, hay ciertos mínimos que deben estar asegurados. Por ejemplo, un computador que funcione bien, una conexión a internet decente y, dependiendo del cargo, acceso a herramientas o software específicos.

También ayuda mucho contar con un espacio propio y adecuado. No se trata de replicar una oficina perfecta en casa, pero sí de tener un rincón que permita concentrarse, trabajar cómodo y sin distracciones constantes.

¿Cuáles son los beneficios del teletrabajo?

Cuando se implementa con cabeza, el teletrabajo puede generar impactos positivos tanto en el día a día de los equipos como en los indicadores más duros de la gestión. Por eso no extraña que muchas empresas lo mantengan, incluso en contextos postpandemia.

Beneficios para los trabajadores

La flexibilidad horaria es, sin duda, una de las ventajas más valoradas. Poder ajustar la jornada según necesidades personales o familiares hace una gran diferencia. Y como ya no hay que moverse todos los días para ir a la oficina, muchas personas terminan ahorrando tiempo valioso. También se notan menos gastos: menos bencina o pasajes, menos almuerzos comprados afuera, incluso menos presión por vestirse “de oficina” todos los días.

A eso se suma algo no menor: la calidad de vida mejora. Se baja el nivel de estrés laboral, se hace más fácil equilibrar lo laboral con lo personal, y aparece esa sensación (que muchos valoran) de tener más control sobre el propio tiempo.

Beneficios para las empresas

Desde el lado de la organización, hay varias ganancias claras. Por ejemplo, se reduce la presión sobre los espacios físicos: menos escritorios ocupados, menos consumo de servicios básicos y menor necesidad de infraestructura.

En términos de productividad, varios estudios han mostrado que, bien diseñado, el teletrabajo puede incluso mejorar el rendimiento. Y como estrategia de atracción y retención de talento, ofrece una ventaja competitiva: muchos perfiles valoran esta posibilidad y la consideran un factor decisivo al elegir dónde trabajar.

¿Qué tipos de trabajos se pueden realizar por teletrabajo?

Una de las grandes virtudes de esta modalidad es su adaptabilidad. No es algo exclusivo del mundo tech, ni de cargos muy específicos. Con los recursos adecuados, muchas funciones pueden trasladarse al formato remoto sin perder calidad.

Trabajos administrativos

Tareas como contabilidad, soporte al cliente o gestión de personal pueden realizarse perfectamente desde casa. Hoy existen plataformas robustas que permiten llevar adelante estas funciones de manera remota y sin mayores complicaciones.

Trabajos creativos

Diseño, redacción, programación… todos estos roles encontraron en el teletrabajo un ecosistema fértil. Al tener más autonomía, las personas pueden concentrarse mejor y fluir con sus procesos creativos, sin interrupciones tan frecuentes como en una oficina.

Trabajos de servicios

Muchas actividades de asesoría o acompañamiento profesional, como coaching o consultoría, también se han digitalizado. Plataformas de videollamada y calendarios compartidos han permitido que estas actividades se desarrollen sin necesidad de desplazamientos, ampliando además el alcance geográfico de los servicios.

¿Cómo postular a teletrabajo en Chile?

Conseguir un puesto en esta modalidad requiere algo más que voluntad: hay que saber buscar, presentarse adecuadamente y destacar las habilidades que realmente importan en este formato.

Plataformas de empleo online

Hoy existen portales específicos donde se puede filtrar directamente por modalidad remota. Sitios como Laborum o Trabajando.cl, además de plataformas globales como Upwork, permiten acceder a ofertas desde Chile o el extranjero. LinkedIn también juega un rol clave, no solo para buscar trabajo, sino para conectar con empresas que ofrecen este tipo de puestos.

Empresas que ofrecen teletrabajo

Otra opción es ir directo a la fuente. Muchas empresas publican vacantes en sus propios sitios, y si ya tienen políticas claras en torno al trabajo remoto, eso suele aparecer detallado en la descripción del cargo.

Consejos para postular bien

Armar un Currículum Vitae (CV) pensado para el teletrabajo puede hacer toda la diferencia. Vale la pena resaltar si ya se ha trabajado en esta modalidad, mostrar manejo real de herramientas digitales y, por sobre todo, dejar claro que se tiene la capacidad de organizarse sin necesidad de supervisión constante. Ese tipo de señales pesan más de lo que parece. Ejemplos concretos de logros en entornos remotos ayudan a mostrar que no es solo teoría.

¿Quién puede acogerse al teletrabajo?

No todas las personas ni todos los cargos encajan de forma natural en esta lógica. Y tampoco todo depende de la voluntad individual: hay ciertos requisitos, tanto personales como legales, que hay que tener en cuenta.

Perfiles profesionales adecuados

En general, quienes tienen buena capacidad de organización, se adaptan fácil a nuevas tecnologías y manejan bien su tiempo, suelen desempeñarse mejor en esta modalidad. La disciplina y la autonomía son claves, especialmente cuando no hay supervisión directa constante.

Legislación laboral chilena

En Chile, todo esto está regulado por la Ley N.º 21.220, que fija los marcos básicos para aplicar el teletrabajo de manera formal. Según esta normativa, cualquier implementación debe ser acordada entre la empresa y la persona, estableciendo claramente condiciones, responsabilidades y los medios que se pondrán a disposición para que el trabajo pueda hacerse en condiciones dignas y seguras.

¿Qué desafíos pueden presentarse en el teletrabajo?

Aunque el teletrabajo ha demostrado ser una buena alternativa en muchos casos, no está libre de complicaciones. Hay temas bien concretos (y otros más sutiles) que pueden enredar la dinámica, tanto para quienes trabajan a distancia como para quienes lideran equipos. Que funcione bien no depende solo de tener la tecnología lista: también exige poner atención a los detalles, anticiparse a ciertos roces y tener claro cómo abordarlos cuando aparecen. No se trata de evitar los problemas, sino de estar preparados para enfrentarlos con criterio.

Aislamiento social

Uno de los puntos que más se repite tiene que ver con la desconexión que puede sentirse al trabajar lejos del equipo de trabajo. La falta de interacción diaria no es solo una cuestión de conversación casual; puede terminar afectando el ánimo y el sentido de pertenencia. Desde las áreas de personas, algo tan simple como programar instancias virtuales de encuentro o fomentar espacios de conversación informal puede marcar una gran diferencia.

Dificultades para separar lo laboral de lo personal

En un contexto donde la casa se transforma en oficina, los límites tienden a borrarse. Sin horarios bien definidos ni espacios delimitados, es fácil que la jornada laboral se alargue más de la cuenta o que el descanso se vuelva intermitente. Contar con reglas claras y promover hábitos saludables ayuda a cuidar tanto el rendimiento como la salud mental.

Problemas técnicos

No todo el mundo tiene en casa las condiciones ideales para trabajar. Una mala conexión o un equipo que falla justo antes de una reunión importante pueden generar frustraciones evitables. Por eso, es clave que las empresas entreguen las herramientas necesarias y un canal de soporte técnico que responda rápido ante cualquier problema.

Falta de supervisión directa

Cuando no hay jefaturas cerca físicamente, puede costar más mantener el ritmo o el foco. No se trata de control por control, sino de acompañamiento. Tener metas bien definidas, mantener conversaciones frecuentes y contar con herramientas que permitan ver cómo va avanzando el trabajo son cosas que, aunque parezcan básicas, marcan la diferencia. Sirven para que el equipo mantenga la dirección clara, siga alineado con los objetivos y no se vaya perdiendo ese sentido de compromiso con el paso del tiempo.

¿Por qué las empresas deberían optar por el teletrabajo?

Incorporar el teletrabajo no es solo un gesto hacia el bienestar de los equipos. También es una decisión estratégica que, bien pensada, entrega retornos concretos.

Beneficios económicos

Uno de los primeros efectos que notan las organizaciones tiene que ver con el ahorro. Menos gente en las oficinas implica menos gastos en arriendo, luz, agua o servicios generales. Y ese presupuesto puede redirigirse a áreas más críticas para el negocio.

Mayor productividad

Lejos de lo que algunos creen, trabajar desde casa puede potenciar el rendimiento. Al evitar interrupciones constantes o tiempos muertos, muchas personas logran organizarse mejor. Y cuando la confianza reemplaza al control, el resultado suele ser un equipo más enfocado.

Beneficios sociales

Esta modalidad también amplía oportunidades. No solo mejora la calidad de vida de quienes trabajan, sino que abre las puertas a perfiles que antes quedaban fuera: personas con movilidad reducida, o que viven lejos de las grandes ciudades, hoy pueden integrarse a equipos sin necesidad de trasladarse.

Beneficios ambientales

Menos traslados diarios significan menos autos en las calles. Y eso se traduce en menos emisiones, menos congestión y un pequeño, pero valioso, aporte a una forma de vida más sostenible. Para muchas empresas, esto no es menor: contribuye a reforzar su compromiso ambiental ante la sociedad y sus propios equipos.

¿Cómo puede el teletrabajo mejorar el ambiente laboral?

Cuando se implementa bien, el teletrabajo reduce traslados, baja el estrés y da más autonomía. Con metas claras y buena coordinación, mejora la concentración, el equilibrio vida-trabajo y la confianza entre equipos.

Mayor satisfacción laboral

Hoy la flexibilidad y la autonomía pesan de verdad en la satisfacción. Trabajar en un entorno cómodo ayuda. Poder ajustar horarios y organizar la jornada según necesidades personales, también. Cuando eso pasa, la persona se siente considerada y suele comprometerse más con el equipo y los resultados.

Reducción del estrés

Comenzar el día sin tráfico, sin aglomeraciones ni apuros mejora de inmediato el estado de ánimo. Si además es posible adaptar el espacio de trabajo (iluminación, silencio y ergonomía), el bienestar aumenta y, con ello, la disposición para enfrentar las tareas del día.

Fomento de la innovación

Cuando las personas se sienten confiadas y tienen margen para decidir cómo encarar sus tareas, es más fácil que surjan ideas nuevas. El teletrabajo, al ofrecer esa autonomía, potencia la creatividad.

¿Cuáles son los beneficios y desventajas del teletrabajo en las empresas?

El teletrabajo puede traer varios beneficios, pero no es magia. Como toda forma de organizar el trabajo, tiene sus ventajas claras, sí, pero también desafíos que no se pueden mirar en menos. Si se implementa con criterio, puede ser una gran herramienta. Pero si se deja al piloto automático, hay detalles que pueden pasarse por alto y terminar generando fricciones, desorden o pérdida de ritmo en los equipos.

Ventajas del teletrabajo

  • Menores costos fijos: Al reducir la necesidad de oficinas amplias y permanentes, las empresas pueden achicar sus gastos operativos sin afectar su productividad.
  • Más foco y mejores resultados: Muchas personas se concentran mejor trabajando desde casa, lo que se traduce en mayor eficiencia.
  • Atracción de talento: Ofrecer esta posibilidad amplía el espectro de candidatos. Especialmente para quienes valoran la flexibilidad como un factor clave al elegir dónde trabajar.
  • Capacidad de adaptación: Cuando se enfrentan situaciones fuera de lo común (como una crisis, una catástrofe o algún imprevisto mayor) poder seguir trabajando desde distintos lugares, ya sea dentro de Chile o incluso desde el extranjero, se transforma en una ventaja concreta que permite mantener el negocio en pie.

Desventajas del teletrabajo

  • Gestión a distancia: Coordinar a equipos distribuidos requiere nuevas habilidades de liderazgo y herramientas que no siempre están disponibles o bien implementadas.
  • Comunicación más lenta o confusa: Cuando no se comparte el mismo espacio, se puede perder contexto, tono o claridad en los mensajes, lo que genera malentendidos.
  • Mayor exposición a riesgos informáticos: La información confidencial circula por redes domésticas, lo que exige reforzar las medidas de ciberseguridad y capacitar a los equipos en buenas prácticas digitales.

¿Cómo los recursos humanos gestionan el teletrabajo?

Desde el área de personas, el teletrabajo exige una mirada con mayor proactividad. No basta con habilitarlo; hay que diseñarlo, acompañarlo y sostenerlo en el tiempo.

Implementación de políticas claras

Primero, hay que dejar por escrito cómo funciona esta modalidad en la empresa. Eso implica revisar los puestos que efectivamente pueden adaptarse, definir herramientas, asignar recursos y establecer reglas del juego: horarios, tiempos de respuesta, canales de comunicación, medidas de seguridad, etc.

Evaluación de perfiles y puestos

No todo cargo es compatible con el trabajo remoto. Recursos humanos debe revisar caso a caso y asegurarse de que las personas que trabajarán a distancia tengan las habilidades y condiciones necesarias para hacerlo bien.

Tecnología al servicio del trabajo

Asegurar que todos los equipos tengan acceso a lo necesario (computadores, software, conectividad segura) es parte del plan. De lo contrario, el sistema se resiente y la experiencia del trabajador también.

Normas y lineamientos claros

Desde los aspectos legales hasta las dinámicas cotidianas, todo debe estar contemplado. Esto no solo protege a la empresa, sino que también entrega certezas a los equipos y ordena las expectativas.

Gestión y acompañamiento de los equipos remotos

Capacitar a líderes para que sepan liderar a distancia es clave. Y junto con eso, mantener la comunicación activa, sostener instancias de evaluación y levantar feedback ayuda a que las cosas no se enfríen ni se dispersen.

¿Cuál es el futuro del teletrabajo en Chile?

Mirando hacia adelante, está claro que el teletrabajo llegó para quedarse. No en todos los rubros ni para todos los cargos, pero sí como una opción seria dentro del mapa laboral chileno. A medida que avanza la tecnología y cambian las expectativas, va a seguir creciendo.

El desafío será saber adaptarse. Desde el diseño organizacional hasta la cultura interna, cada empresa tendrá que ajustar su forma de operar para que esta modalidad no sólo funcione, sino que genere valor.

Para que el teletrabajo realmente sume, las empresas necesitan políticas claras, herramientas adecuadas y liderazgo alineado con esta nueva lógica. Y por parte de quienes trabajan, se espera responsabilidad, buena organización y la capacidad de manejar los límites entre la vida personal y laboral. Cuando ambos lados se comprometen, esta forma de trabajar puede convertirse en una ventaja competitiva real.

Preguntas frecuentes 

¿Qué normativa general se debe considerar al implementar teletrabajo?

Es útil revisar los criterios del Código del Trabajo y las guías de la Dirección del Trabajo para definir condiciones, responsabilidades y respaldos mínimos.

¿Cómo se compatibiliza el teletrabajo con las horas de trabajo y la desconexión?

Conviene acordar ventanas horarias, tiempos de respuesta y descansos con base en la jornada pactada, resguardando la desconexión fuera de las horas de trabajo en Chile establecidas.

¿Qué organismo puede orientar sobre prevención de riesgos en trabajo a distancia?

Para criterios de seguridad y salud laboral aplicables al teletrabajo, se puede recurrir al Instituto de Seguridad Laboral (ISL), que entrega lineamientos de prevención y apoyo.

¿Qué documentos conviene revisar o ajustar al pasar a teletrabajo?

Es recomendable verificar el contenido del contrato de trabajo y sus anexos para reflejar herramientas, responsabilidades, canales de comunicación y medidas de seguridad.

¿Qué datos tributarios se solicitan para reembolsos de servicios remotos?

Frecuentemente se requiere información del Servicio de Impuestos Internos (SII) y el Rol Único Tributario (RUT) del trabajador para respaldar boletas o facturas según la política interna.

¿Cómo reflejar copagos o aportes por telemedicina en el pago mensual?

Se debe registrar de forma correcta en la nómina y considerar efectos sobre el salario conforme a la política de beneficios y los criterios contables vigentes.

¿Qué recursos estatales pueden orientar a los colaboradores sobre prestaciones?

Es útil remitir a las personas al Instituto de Previsión Social (IPS) y a su plataforma IPS en línea para consultar prestaciones y trámites disponibles.

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