De acuerdo con nuestro último estudio, “El Futuro del trabajo 2020” la pandemia cambió las necesidades en términos de reclutamiento y de habilidades que exigen las organizaciones, por ejemplo, el 64% de los encuestados mencionaron haber evidenciado un giro en los perfiles de los trabajadores que necesitaba su empresa.
El futuro parece regido por las habilidades que antes no tenían tanta importancia y que con el paso del tiempo han ido adquiriendo relevancia. El 54,5% de los entrevistados aseguró que espera capacitar a sus trabajadores en Habilidades Blandas, por ejemplo, liderazgo, toma de decisiones, comunicación. Sin embargo, el 27,7% también señaló la necesidad de enseñar habilidades digitales y tecnologías, como el manejo de softwares.
En este punto entran dos conceptos claves para las organizaciones, el primero, es el upskilling que consiste en desarrollar nuevas habilidades y competencias para el cargo actual. En segundo lugar, está el reskilling en el que se desarrollan habilidades y competencias para una nueva posición o trabajo.
Estas dos expresiones no son nuevas, pero han tomado fuerza a raíz de la pandemia que ha impulsado una “revolución digital” en todas las industrias. El mundo está cambiando y es importante que las empresas comiencen a prepararse para estos cambios. Las organizaciones pueden comenzar analizando cuáles son las nuevas necesidades en términos de conocimiento y revisarlas junto a las habilidades que tienen sus colaboradores. De esta manera podrán diseñar mejores planes de formación y capacitación para quienes trabajan allí.
Esto se puede lograr por medio de rutas personalizadas para los colaboradores donde se tenga en cuenta su nivel profesional, sus características y habilidades personales y el rol en el que se desempeña en la compañía.
Las rutas profesionales de aprendizaje tienen varias ventajas dentro de las que se encuentran: satisfacer la demanda futura, identificar habilidades ocultas y crear una cultura de valor hacia el empleado.
Según un estudio de LinkedIn, en 2020 el 51 % de las compañías a nivel global tienen previsto implementar un programa de upskilling al interior de sus organizaciones; el 47 %, hará lo mismo con uno de reskilling.
Suplir las necesidades de capacitación y adquisición que han surgido a raíz de la pandemia, es clave para mejorar la productividad de las empresas y su adaptación a los diferentes cambios, incluso, a la larga, para la supervivencia de sus negocios.