Tabla de contenidos
- ¿Qué es una entrevista?
- ¿Para qué sirve una entrevista?
- ¿Cuáles son las características de una entrevista?
- ¿Cuáles son los tipos de entrevista?
- ¿Cuáles son las partes de una entrevista?
- ¿Por qué es importante una entrevista para los recursos humanos?
- Preguntas frecuentes
Pocas cosas tan comunes y tan mal entendidas como una entrevista. Está en todas partes, desde una charla de recursos humanos hasta una consulta con el psicólogo o una entrevista para la prensa. Pero no importa si ocurre en un sillón elegante o en un escritorio improvisado. La función de fondo es la misma: obtener información que no podrías conseguir con un simple formulario.
Lo curioso es que aunque el formato se repita, lo que cambia completamente es el entorno y la intención. A veces se busca contratar, otras veces entender por qué alguien dejó de comprar cierto producto. Y otras más, solo se necesita ponerle nombre a lo que siente una persona. La base es simple: alguien pregunta y alguien contesta, pero ojo, lo que se revela va mucho más allá de datos fríos. Sale a la luz cómo piensa alguien, qué emociones trae en la mochila, qué lo mueve o lo detiene.
¿Qué es una entrevista?
A veces se piensa que entrevistar es lo mismo que lanzar preguntas al aire y anotar lo que se pueda, pero en serio, una entrevista de verdad es mucho más que eso. Es una técnica que parece sencilla, pero tiene capas profundas, y aunque todo empieza con una conversación, esta tiene una intención clara, bien pensada, con estructura, ritmo y foco.
No es una plática casual como las que se tienen en el pasillo, aquí hay un objetivo que dirige todo, desde lo que se pregunta, hasta cómo se interpreta lo que se responde, el valor está justo ahí: en captar lo que no se dice con palabras, esas actitudes, emociones o patrones que se escapan en encuestas o cuestionarios.
Quien lleva la entrevista es como un guía; abre la puerta, dirige, pero también sabe cuándo dejar hablar, quién responde lo hace desde su experiencia y eso, aunque parezca obvio, marca una gran diferencia. Claro, dependiendo del lugar; una empresa, un consultorio, una sala de redacción, cambia el tono, pero la meta suele ser la misma: obtener información que haga sentido, que sirva para tomar decisiones reales, y no se trata de improvisar, sino de crear un espacio donde esa información valiosa pueda surgir.
¿Para qué sirve una entrevista?
Aquí no hay una única respuesta; de hecho, eso es lo bueno, sirve para casi todo, pero lo importante es no caer en la trampa de usarla como si fuera una receta de cocina que funciona igual en todas partes.
Por ejemplo, en el ámbito empresarial, su uso más visible es para contratar personal, pero reducirla solo a eso es dejar mucho en la mesa. Entrevistar ayuda a ver si la persona tiene el conocimiento técnico, claro, pero también si encaja con la cultura, con la forma de trabajar del equipo, y ahí es donde muchas veces se cometen errores; preguntas mal formuladas, sesgos que no se corrigen, o juicios rápidos que se hacen sin datos suficientes.
También sirve para evaluar desempeño, ver cómo va alguien en su rol actual, y abrir la conversación para proyectar metas realistas hacia adelante. Es clave en:
- tesis
- trabajos de campo
- o estudios cualitativos que buscan entender motivaciones reales.
Y si hablamos de otras disciplinas, como psicología, sociología o periodismo, ahí sí que es pieza base, porque se usa para construir historias complejas, desmenuzar emociones o analizar relaciones con lupa. La versatilidad es total, y eso, para quienes trabajamos en talento o en gestión, la vuelve una herramienta que no se puede ignorar.
¿Cuáles son las características de una entrevista?
Una entrevista no es una receta estándar, no se trata solo de armar un cuestionario y ya, tiene muchas variables que cambian el resultado.
Lo primero: la interacción, no se reduce al “pregunta-respuesta”; hay lenguaje corporal, silencios que dicen más que mil palabras, gestos, posturas. Todo eso hay que leerlo con atención. Una entrevista buena requiere presencia completa, nada de estar revisando el celular o pensando en la siguiente reunión.
Luego viene el propósito: y esto, aunque suene obvio, muchas veces se improvisa, cada entrevista debe tener un para qué muy claro; no es lo mismo indagar para seleccionar talento que para diseñar un plan de mejora.
La estructura también cambia, algunas entrevistas son muy rígidas: misma pregunta, mismo orden, otras más libres, donde la conversación fluye sin guión fijo, y hay puntos medios: las semiestructuradas, que permiten adaptarse sin perder el objetivo.
Ninguna fórmula es mejor que otra, todo depende de lo que se quiere lograr, y por supuesto, está el contexto; no es igual entrevistar en una oficina tranquila que en un espacio ruidoso, tampoco da lo mismo si se trata de una videollamada con alguien en otra ciudad o una charla en persona con alguien del mismo equipo.
La relación entre quien entrevista y quien responde también afecta, hay confianza, distancia, jerarquía, todo influye. Al final, una entrevista bien hecha no se mide solo por lo que se pregunta, sino por lo que logra revelar.
¿Cuáles son los tipos de entrevista?
Pensar que todas las entrevistas son iguales es como decir que todos los partidos de fútbol se juegan igual. Sabemos que no es así, y aquí también hay estilos, formas y estructuras que responden a necesidades muy distintas.
Por un lado, tenemos las estructuradas.
- Estas son como un checklist: preguntas iguales para todas las personas.
- Útiles cuando se busca comparar respuestas con criterios claros.
- Funcionan muy bien en procesos grandes, como en reclutamientos masivos.
- Pero no permiten profundizar tanto, y ahí es donde pueden quedarse cortas.
Luego están las no estructuradas, que son mucho más libres.
- No hay guión fijo.
- Solo un tema central y mucha habilidad por parte de quien entrevista.
- Sirven para explorar emociones, temas sensibles o complejos.
- Requieren experiencia, porque perder el rumbo es fácil si no hay foco.
Las semiestructuradas combinan lo mejor de ambos mundos.
- Tienen una guía, sí, pero permiten improvisar y adaptar.
- Son las más comunes en contextos laborales porque ayudan a mantener el rumbo, sin perder riqueza.
Según su objetivo
Ahora, si lo que cambia es el propósito, entonces hablamos de otra clasificación. Por ejemplo:
Las periodísticas:
- Su objetivo es transmitir una postura, contar algo que interese al público.
- Se ajustan según el medio (radio, prensa, redes).
- Aquí el cómo se cuenta es clave.
Las laborales:
- Interesan mucho en Recursos Humanos.
- Evalúan si alguien puede ocupar un puesto, tanto por habilidades como por cultura.
Las clínicas:
- Se centran en síntomas, antecedentes, claridad en la narrativa del paciente.
- Sirven para el diagnóstico médico.
Las psicológicas:
- Van más a fondo.
- Se enfocan en emociones, comportamientos, procesos mentales.
- Se usan tanto en terapia como en evaluaciones organizacionales.
Las de investigación:
- Generan conocimiento.
- Aparecen en estudios sociales, tesis, encuestas cualitativas.
- Necesitan preparación para evitar sesgos o errores de interpretación.
Lo importante es no forzar el tipo de entrevista en un contexto que no le corresponde, cada formato tiene su razón de ser, y usar el correcto ahorra tiempo y mejora resultados.
¿Cuáles son las partes de una entrevista?
Aunque a veces se olvida, toda entrevista tiene un ritmo, y respetarlo hace la diferencia.
- Primero viene la introducción. Aquí no basta con un saludo rápido, es el momento para crear conexión, explicar de qué va la charla y dejar claro que no se trata de un interrogatorio, presentarse bien, dar contexto, poner a la otra persona en confianza.
- Después llega el desarrollo. El corazón de la conversación, se hacen preguntas, sí, pero también se escucha con atención. La calidad de una entrevista se juega aquí, más por cómo se escucha que por cómo se pregunta.
- Y por último, el cierre. Esa parte que muchos saltan o hacen al vapor, pero que, bien hecha, deja buen sabor de boca. Sirve para repasar lo dicho, aclarar dudas y agradecer, también para saber si la persona quiere añadir algo o tiene inquietudes, no es un protocolo vacío, es una forma de cuidar el proceso y sobre todo, de obtener lo que realmente importa: información útil y confiable.
¿Por qué es importante una entrevista para los recursos humanos?
Si hay una herramienta que sigue dando resultados, a pesar de toda la automatización que se ha metido en los procesos de gestión del talento, esa es la entrevista. En Recursos Humanos, es el equivalente a una navaja suiza, sirve para todo, y cuando se usa bien, marca una diferencia brutal. La entrevista no es solo para elegir al próximo talento, es también una forma de prevenir errores.
Escuchar de viva voz cómo se expresa una persona, cómo responde a ciertas preguntas, cómo se mueve, da una lectura que ningún CV puede ofrecer, ahí es donde aparecen fortalezas que el papel no muestra y también señales de alerta que ayudan a no tomar decisiones al vapor. Es una herramienta para ir más allá de lo técnico, porque saber hacer algo es importante, claro, pero lo que suele inclinar la balanza son las habilidades blandas.
- ¿Sabe escuchar?
- ¿Responde bien bajo presión?
- ¿Tiene iniciativa o solo espera instrucciones?
Todo eso se pone a prueba en una buena entrevista; no como un examen, sino como una conversación con sentido y está el tema que más dolores de cabeza da: la compatibilidad con la cultura de la empresa, porque seamos sinceros, por más crack que sea alguien en lo que hace, si no encaja en la forma de trabajar, el choque es inevitable.
Al final, entrevistar no es un trámite, es una de las pocas oportunidades reales que tiene una organización para conectar cara a cara, escuchar, interpretar y decidir con base en algo más que métricas y por eso, no se puede dejar al azar ni hacer en automático.
Preguntas frecuentes
¿La carta de recomendación influye durante una entrevista?
Sí. Y más de lo que muchos creen. Una buena carta de recomendación, que venga de alguien con peso, puede darle sustento a lo que la persona está diciendo. No reemplaza lo que se observa en la entrevista, pero definitivamente suma, sobre todo si refuerza cosas que no siempre se pueden comprobar fácilmente, como ética de trabajo, compromiso o liderazgo.
¿Qué es la prima vacacional y cómo se aborda en una entrevista?
La prima vacacional es ese pago extra que se da al empleado cuando toma sus vacaciones, como un reconocimiento económico por el tiempo de descanso. Durante una entrevista, vale mucho la pena preguntar cómo manejan este tema para entender bien el paquete de compensación y todos los beneficios que ofrece la empresa.
Así el candidato se asegura de que la prima vacacional esté incluida de forma justa y que no solo sean palabras bonitas. Al final, hablar claro de esto ayuda a que ambas partes tengan las expectativas alineadas sobre cómo se va a cubrir ese derecho. Consulta nuestra calculadora prima vacacional.
¿Cómo se determina el salario mínimo en una entrevista?
El salario mínimo es el piso legal que cualquier empresa debe respetar al contratar, pero en una entrevista se vuelve clave platicar cómo el sueldo que ofrecen se compara con ese estándar. Esto no solo sirve para asegurar que se cumplen las normas, sino también para que el candidato tenga claro si la propuesta es competitiva o apenas llega al mínimo permitido.
Al hablarlo de frente, se evitan malentendidos después y se refuerza la confianza entre el empleador y quien busca el puesto, así, ambos pueden saber si vale la pena seguir con el proceso o si hay que ajustar expectativas.
¿Qué es un contrato individual de trabajo y cómo se aborda en una entrevista?
El contrato individual de trabajo es el documento que formaliza la relación laboral entre el empleador y el empleado, dejando bien claros los derechos y obligaciones de cada quien. Durante una entrevista, es importante tocar el tema para entender qué tan alineado está el contrato de trabajo con lo que espera el candidato, desde el sueldo hasta horarios o prestaciones. Esto evita sorpresas después y muestra desde el inicio cómo se piensa manejar la relación laboral.
¿Qué impacto tiene la remuneración en la decisión de aceptar una oferta de trabajo?
La verdad es que la remuneración pesa un montón cuando alguien decide si agarra o no un trabajo, no solo por el salario, sino por todo lo que hay detrás, como bonos o prestaciones que terminan marcando la diferencia.
Durante la entrevista vale la pena hablar sin vueltas de esto, porque si el candidato ve que el paquete cubre lo que espera, se anima más a decir que sí y arranca motivado desde el día uno. Al final, nadie quiere entrar a un lugar donde siente que su trabajo vale menos de lo que debería, por eso el tema del dinero es clave para tomar la decisión.
¿Qué papel juegan los viáticos en el proceso de entrevista?
Los viáticos son algo que conviene dejar clarito desde la entrevista, sobre todo si el puesto implica viajes o gastos extras que van ligados al trabajo. Hablar de los viáticos en ese momento ayuda a que el candidato sepa si la empresa cubre o no esas salidas, y hasta qué punto. Además, discutirlo ahí mismo muestra que la empresa es organizada y tiene claras sus políticas, lo que genera más confianza para aceptar el puesto.
¿Qué papel juega el organigrama en una entrevista?
El organigrama sirve mucho en una entrevista porque le da al candidato una idea clara de cómo está armada la jerarquía dentro de la empresa y dónde quedaría parado si acepta el puesto. Al explicarlo, el entrevistador muestra quién reporta a quién, cómo se conectan los equipos y qué tan largos o cortos son los niveles de mando.
Esto ayuda a que la persona se ubique mejor, entienda con quién trabajaría de cerca y si esa forma de organización le hace sentido. Al final, conocer el organigrama evita malos entendidos y ayuda a tomar una decisión con los ojos bien abiertos.