¿Por qué a los millennials no los ascienden?

Una de las características que define a los millennials es que son la generación del todo rápido y de la poca paciencia. Debido a que crecieron a la par de mejoras tecnológicas están acostumbrados a que todo su alrededor se encuentre en mejora continua y que sea más rápido. Por esta razón, se ha acusado a los millennials de falta de compromiso en el trabajo y de cambiar de trabajo fácilmente. 

Uno de los errores más comunes al evaluar el desempeño de los millennials en el trabajo es esperar que actúen y se comporten de manera similar a los Baby Boomers, quienes son famosos por su habilidad para quedarse en un solo trabajo. Bajo estas expectativas, es evidente que los millennials no cumplirán lo que se “espera de ellos”. 

En cambio, los millennials suelen cambiar de trabajo cuando sienten que sus oportunidades de crecimiento o de aprendizaje se han estancado y no se aproximan cambios en el horizonte. Tal vez el tamaño de la compañía no facilite la escalada de jerarquías dentro de ella, pero tal vez si puede ofrecer la posibilidad de cambio de carrera.

Otro punto que juega en contra de la vida a largo plazo de los millennials dentro de una empresa es la perspectiva que estos tienen de sí mismos. De acuerdo a un estudio realizado por The Hartford, el 80% de los miembros de esta generación se autodenominan líderes. En los próximos 5 años, el 69% de los millennials esperan ser un líder. 

Pero con estas expectativas sobre su futuro y siendo la generación con más estudios, uno se preguntaría sobre cómo es posible que los millennials no estén escalando masivamente la escalera organizacional. Aquí te presentamos las razones por las que esta generación podría estarse poniendo el pie. 

Trabajar de más

Sí, tal vez los millennials lo hagan esperando reconocimiento por su valor y por ende un ascenso. Pero no, las cosas no funcionan así. Cuando un empleado hace más cosas y se mantiene en el mismo rango salarial, está “disminuyendo” su valor. Irónicamente, los trabajadores más comprometidos con la organización son recompensados con más responsabilidades y no un ascenso. 

El otro lado de la moneda muestra que muchos millennials no son ascendidos porque no están dispuestos a realizar más tareas. Solo aquellos que se ofrecían para hacer tareas fuera de su área de conocimiento, eran los considerados para promoverlos. 

Falta de curiosidad 

A nadie le gustan las personas que creen saberlo todo. Y mucho menos en el ambiente laboral. Aquellos empleados que sienten que no necesitan seguir aprendiendo de su negocio, se cierran a nuevas ideas y posibilidades. El no estar dispuesto a escuchar otras opiniones o a abrir los ojos ante lo que pasa allá afuera no es cualidad de líder y le resta atractivo a cualquier candidato a una promoción. 

Estar de acuerdo con todo

Para algunos jefes encontrar “sí’s” en todo su equipo no es el paraíso. Aquellos colaboradores que dicen lo que piensan con argumentos y hechos y defienden su postura (o el rumbo que creen debe tomar un proyecto), pueden ser vistos por sus superiores como “miembros con potencial de liderazgo”. 

La Universidad Notre Dame hizo un estudio sobre la relación entre qué tan agradables eran los empleados con su salario anual. Aquellos que eran calificados como poco complacientes recibían en promedio 18% más de compensación económica anual, que sus compañeros más complacientes. 

Ahora, imagina si sueles decir que sí a todo y además de eso, trabajas demasiado. Es probable que tu jefe te vea más como un empleado que como material para líder. Recuerda que decir que sí siempre a todo, no te hará un buen empleado. 

Falta de entrenamiento

El mismo estudio de Hartford encontró que los millennials estaban menos interesados (28%) en una capacitación de habilidades orales y escritas, que en otras áreas. Curiosamente, sus jefes opinan que esta es la que más les hace falta para acercarse a un ascenso. 

Además de contar con las habilidades técnicas, es importante que tengas en mente las habilidades de liderazgo que te hace falta cultivar para aspirar a un puesto más alto. La proactividad es una cualidad que siempre es bien vista ante los ojos de los jefes. Así que aunque se te presente un reto que no está relacionado con tu área de trabajo, busca formar parte de él y ayudar a solucionarlo. Al hacerlo puedes mejorar las habilidades que no sabías que tenías. 

Codependiente laboral

Hacer preguntas a tu jefe sobre cómo hacer tus tareas o los objetivos de un proyecto es válido. Pero estarlo consultando de manera constante (aún cuando ya no seas nuevo) demuestra falta de confianza en tus habilidades y la necesidad de un guía. Se espera que los líderes tengan autonomía profesional y que sean capaces de tomar las mejores decisiones de acuerdo a su perspectiva y defenderlas. Preguntar constantemente sobre cuál es el siguiente paso a seguir, solo demuestra que estás muy lejos de ser material de liderazgo. 

Para no caer en este estereotipo tampoco te vayas al extremo en el que cortas la comunicación y haces lo que entiendes que debes hacer. Para no caer en confusiones, ni hacer trabajo doble define con tu jefe de forma clara los puntos importantes y necesarios de un proyecto. En esta parte puedes hacer preguntas detalladas y específicas, para comprender a profundidad el objetivo al que se debe llegar. Una vez hecha esta reunión, realiza todo por tu cuenta (o bueno sin supervisión de tu jefe) y vuelve a hablar con él una vez que hayas concluído todo. 

Te aislas

No podemos negar nuestra naturaleza humana en la que somos seres altamente sociables. No relacionarte en el ámbito profesional con otras personas, ni pedir consejos puede cerrarte la perspectiva. Esto no significa que te hagas amigo de todo tu equipo, área o hasta de tu jefe. No, simplemente puedes buscar personas a las que admires profesionalmente. Puede ser desde el jefe de tu primer trabajo, un profesor de la universidad o un amigo que a tus ojos tenga un excelente camino profesional. 

Escuchar la opinión de otros, aprender a través de sus experiencias y comprender su perspectiva puede ayudarte a desarrollar tus habilidades de liderazgo (aunque no lo creas). 

Reunirte cada viernes con tus amigos para quejarse sobre porque no son jefes o sobre el mal trabajo que alguien hace en su empresa, no te aportará mucho crecimiento. En cambio, busca conversaciones o personas que te inspiren a aprender, mejorar y a crecer; no a quedarte en tu mismo círculo. Encuentra más consejos para tu carrera profesional.

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