Cuando una empresa quiere crecer y necesita sumar talento que se ajuste a lo que busca, el punto clave siempre será hablar con toda claridad sobre el sueldo y las prestaciones que puede ofrecer. A fin de cuentas, no es secreto que la gente hoy no solo se fija en el salario que le van a pagar, también analiza con lupa las prestaciones antes de decidir si se sube o no al barco.
Muchos candidatos, incluso los más brillantes, comparan ofertas tomando muy en cuenta qué tan completo está el paquete de beneficios que ofrece cada compañía. Y tiene todo el sentido. Para ellos es un plus que hace la diferencia entre “me quedo aquí varios años” o “al primer chance me voy”.
¿Qué es una prestación?
Ahora bien, ¿qué es eso de una prestación? En términos llanos, son derechos que el trabajador no puede renunciar, que el patrón o empresa debe garantizar sí o sí como parte de la relación laboral. Son las famosas prestaciones básicas, o prestaciones de ley, que están bien claras en la Ley Federal del Trabajo (LFT). Así que más vale tenerlas presentes y asegurarse de cumplirlas desde RRHH, porque son la base del juego. ¿Listo para irlas repasando una por una?
¿Cuáles son las prestaciones básicas según la Ley en México?
Los colaboradores en México tienen varios derechos que buscan proteger su bienestar y reconocer el esfuerzo que ponen cada día. Por eso la ley establece un conjunto de prestaciones mínimas que, como empresa, hay que garantizar.
Vacaciones (art. 76-81)
Por ley, en México los trabajadores tienen derecho a tomar vacaciones pagadas después de cumplir su primer año en la empresa. Para el primer año trabajado, les tocan 12 días de vacaciones.
Luego, el asunto se va poniendo mejor, porque cada año extra suma más días. A partir del segundo año, se agregan 2 días más por cada año cumplido hasta llegar a los 20 días. Después, va avanzando en bloques. Para que sea más claro, aquí te dejo cómo se ve:
Años trabajados | Vacaciones (días) |
1 | 12 |
2 | 14 |
3 | 16 |
4 | 18 |
5 | 20 |
6º al 10º | 22 |
11º al 15º | 24 |
16º al 20º | 26 |
Todo esto para que el empleado pueda desconectarse del estrés, recargar pilas y volver con más energía. No es solo un gusto. También termina beneficiando a la operación porque previene el cansancio crónico y hasta los errores costosos.
Prima vacacional (art. 76-81)
Aquí viene el complemento obligado de las vacaciones: la prima vacacional. No basta con darle los días libres, también hay que poner dinero extra en el bolsillo del colaborador.
Por ley, el trabajador debe recibir al menos un 25% adicional sobre su salario durante su periodo vacacional. Aunque trabajara menos de un año, se calcula en proporción al tiempo laborado. Así que ojo con eso, porque aplica igual.
¿La razón? Que pueda disfrutar su descanso sin andar apretando tanto el gasto, con un colchoncito que le permita viajar, arreglar su casa o simplemente relajarse sin preocuparse de la cartera. Visita nuestra calculadora prima vacacional.
Aguinaldo (art. 87)
El famoso aguinaldo, ese que cada diciembre hace sudar frío a más de un contador y que los empleados esperan como si fuera la lotería. Y no es para menos. Por ley, todas las empresas deben soltar mínimo el equivalente a 15 días de salario, antes del 20 de diciembre.
¿Que el empleado no cumplió el año completo? Igual le toca. Solo que se hace el cálculo del aguinaldo proporcional, según el tiempo que haya trabajado en la empresa.
Por eso desde RRHH y Finanzas siempre hay que tener bien apartados esos pesos para el cierre del año. Porque no cumplir con el aguinaldo no solo trae reclamos, también multas que pueden doler más que la cuesta de enero. Visita nuestra calculadora de aguinaldo.
Seguro social
Este punto suele provocar sentimientos encontrados. Porque todos sabemos que el servicio médico del IMSS deja que desear. Pero aun así, la afiliación tiene sus ventajas que no son menores. Por ejemplo:
- Si el empleado sufre un accidente laboral (o hasta automovilístico) y queda incapacitado, el IMSS cubre el pago de su salario durante ese tiempo.
- En caso de maternidad, las colaboradoras tienen 6 semanas antes y 6 después del parto para descansar con sueldo pagado.
Así que, aunque muchos empleados puedan renegar del Seguro Social, desde Recursos Humanos conviene recordarle a todos que sí tiene beneficios importantes cuando se presenta algún imprevisto serio.
PTU (art. 117)
Ahora pasemos a la Participación de los Trabajadores en las Utilidades, mejor conocida como PTU. Este es un tema que genera todo tipo de opiniones en las empresas. Porque sí, la ley dice clarito que si una empresa tuvo ingresos anuales mayores a 300,000 pesos, debe repartir utilidades entre sus empleados. Y hacerlo máximo el 30 de mayo, que es dos meses después del cierre fiscal.
Así que desde la gerencia financiera y RRHH hay que coordinarse bien para cumplir con estos tiempos. Aunque hay negocios que, por ser nuevos o por no llegar a ese tope de ingresos, quedan exentos. Eso sí, algunas empresas usan estrategias fiscales para no mostrar utilidades y que sea imposible el reparto de las utilidades. Y ahí es donde los trabajadores suelen quedarse con las ganas.
De todos modos, cuando toca pagar PTU, hay que verlo como una forma de reconocer el trabajo colectivo que hizo posible esas ganancias. No se trata solo de soltar dinero por cumplir, sino de fortalecer el compromiso del equipo. Al final, si a la empresa le va bien, tiene lógica que los empleados también reciban un pedacito de ese éxito.
Capacitación (art. 153-A)
Hablemos de capacitación. A muchos les da flojera el tema, pero la realidad es que por ley, el patrón tiene la obligación de capacitar a su gente. Sí, esto puede costar dinero. A veces pareciera que solo beneficia al colaborador porque él recibe el curso gratis y la empresa paga la factura. Pero si se hace bien, termina siendo un ganar ganar.
¿Por qué? Porque eleva las competencias laborales, la productividad y hasta la calidad del servicio o del producto. Y no solo eso, para muchas pymes es una de las mejores formas de retener talento. A la gente le gusta ver que tiene chance de crecer, escalar posiciones, sentirse más valiosa. Por eso no hay que verlo como un gasto muerto. Invertir en que tu equipo aprenda más es apostar a que el negocio siga avanzando.
Prima de antigüedad (art. 162)
La prima de antigüedad es de esas prestaciones que suenan a “premio por lealtad”. Y vaya que lo son. Cuando un colaborador lleva años echándole ganas en la misma empresa, la ley establece que tiene derecho a recibir una prima equivalente a 12 días de salario por cada año trabajado.
Esto aplica para los trabajadores de planta, claro está. Así que desde RRHH conviene tener estos cálculos siempre frescos, sobre todo cuando se acercan retiros o despidos.
Porque no dar lo que toca puede acabar en demandas y dolores de cabeza. Y más allá del papel, es un reconocimiento a la constancia. A esos empleados que han estado en las buenas y en las malas, y que ayudaron a que la empresa esté donde está.
¿Qué pasa si no das prestaciones?
Ahora bien, ¿qué pasa si la empresa decide “ahorrarse” estas prestaciones que son obligatorias por ley? Pues la respuesta corta es: se mete en problemas.
Mira nada más lo que puede venir:
- Multas y sanciones: La Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) puede clavarle a la empresa multas bastante incómodas si descubre que no está cumpliendo con sus obligaciones fiscales.
- Reclamos laborales: Los empleados tienen todo el derecho de ir a la Junta de Conciliación y Arbitraje a exigir lo que no se les dio. Y ahí los procesos pueden ser largos y costosos.
- Indemnizaciones: Si la autoridad determina que hubo incumplimiento, la empresa podría terminar pagando indemnizaciones o salarios caídos. Más dinero fuera de caja.
- Reputación empresarial: Porque en este país, las malas prácticas corren rápido. Si se hace fama de que la empresa no paga lo que debe, eso puede espantar a futuros talentos. Y también a clientes.
- Acciones legales: En casos graves, hasta pueden venir auditorías laborales mucho más pesadas, que saquen a flote otras posibles irregularidades.
Así que desde RRHH y la dirección, lo más sano es tener todo bien documentado, al día y sin trucos. Al final, cumplir con la ley no solo evita problemas, también habla bien del negocio y hace que sea un lugar donde la gente quiere trabajar.
¿Qué son las prestaciones por habitación?
Hay empresas que además de lo básico ofrecen prestaciones por habitación. Esto significa darle al empleado un lugar donde vivir, ya sea dentro o cerca del centro de trabajo y suele estar vinculado a las condiciones de trabajo del empleado. Puede ser desde un cuarto sencillo hasta un departamento completo. ¿Y por qué se hace? Bueno, hay varias razones:
- Atraer y retener talento: Sobre todo en sectores como la minería, agricultura o construcción, donde los proyectos suelen estar en zonas alejadas y sin muchas viviendas cercanas. Ofrecer casa es un gancho poderoso.
- Mejorar productividad: Porque se ahorra el tiempo y dinero del traslado. Eso significa empleados menos cansados, más enfocados.
- Calidad de vida: Hay regiones donde rentar es carísimo o hay poca oferta. Darles un techo digno mejora el día a día del trabajador.
- Fomentar comunidad: Cuando los empleados viven cerca, se fortalecen los lazos y hasta se crea un ambiente de camaradería que termina beneficiando a la empresa.
Eso sí, estas prestaciones casi siempre están atadas a que el colaborador siga activo. Si renuncia o termina su contrato, por lo general debe dejar la vivienda.
¿Cuál es la función de las prestaciones para recursos humanos?
Ya para cerrar, vale la pena hacer zoom en por qué son tan importantes las prestaciones desde el punto de vista de RRHH. No es solo cumplir con el mínimo legal. Las prestaciones tienen un papel estratégico en la gestión del talento. Ahí te van algunas razones clave:
- Atraer y retener talento: Un buen paquete de prestaciones hace que la empresa sea más atractiva para nuevos candidatos y también ayuda a que los actuales quieran quedarse. Nadie se quiere ir de un lugar donde lo valoran.
- Mejorar satisfacción y motivación: Cuando el colaborador siente que la empresa se preocupa por su salud, su bienestar financiero o su familia, se nota en su ánimo y en su trabajo.
- Impulsar productividad: Menos estrés personal significa más enfoque en las tareas. Si el empleado sabe que tiene seguro médico o apoyos para su familia, puede dedicarse de lleno al trabajo.
- Cumplir la ley: Así de simple. Evita sanciones, demandas y todo el rollo legal que puede desviar tiempo y dinero.
- Reputación e imagen: Las empresas con buenas prestaciones suelen tener mejor nombre en el mercado. Eso ayuda a atraer más talento y también a clientes que valoran a empresas responsables.
- Fomentar compromiso y lealtad: Programas como los fondos de pensión o acciones para empleados hacen que la gente quiera apostar por el largo plazo con la empresa.
- Promover equidad y diversidad: Cuando se ofrecen prestaciones variadas que cubren diferentes necesidades, se crea un ambiente más justo y se valora la diversidad.
En resumen, las prestaciones no son un gasto tirado a la basura. Son una inversión que impacta directo en el clima laboral, en la retención, en la productividad y en la imagen de la empresa.
Preguntas frecuentes
¿Cómo las prestaciones se relacionan con las semanas cotizadas?
Las prestaciones y las semanas cotizadas tienen una conexión que, aunque no siempre salta a la vista, es clave para cualquier estrategia de recursos humanos. Al pagar las prestaciones conforme marca la ley, la empresa también está contribuyendo al IMSS, lo que a la larga se traduce en más semanas cotizadas para el trabajador.
Esto influye directo en su historial para temas como pensión, incapacidad o hasta créditos de vivienda. Así que garantizar las prestaciones no solo es cumplir con el colaborador en el presente, también es ir construyendo su seguridad a futuro, lo que refuerza la imagen de la empresa como un lugar donde se cuida al personal.
¿Las prestaciones deben establecerse en el contrato de trabajo?
Aunque a veces no sea un requisito legal tan rígido, lo cierto es que para el área de recursos humanos dejar bien asentadas las prestaciones en el contrato de trabajo es casi un blindaje. Esto da certeza tanto al empleado como a la empresa, porque desde el inicio quedan claras las reglas del juego sobre qué beneficios tiene el trabajador.
Así se evitan malentendidos que después pueden escalar a conflictos laborales. Además, tener bien estipuladas las prestaciones refuerza la seriedad y profesionalismo del negocio, algo que siempre suma al momento de atraer talento.
¿Puede modificarse el desempeño por las prestaciones?
Claro que sí. Las prestaciones pueden tener un peso enorme en cómo se siente y rinde un colaborador. Un paquete atractivo no solo mejora la percepción que el trabajador tiene de la empresa, también le da razones para estar más comprometido y hasta para echarle más ganas.
Eso sí, el desempeño depende de muchas otras piezas como el liderazgo, el ambiente y las oportunidades de crecimiento. Así que las prestaciones son solo un pedazo del rompecabezas, pero uno que puede marcar la diferencia cuando se trata de motivación y productividad.
¿Un sistema Kardex puede apoyar a llevar un registro de las prestaciones?
Sin duda, un sistema Kardex o cualquier software de recursos humanos facilita muchísimo la vida cuando se trata de controlar las prestaciones. Tener toda la info centralizada evita errores y permite revisar al instante qué prestaciones tiene cada colaborador.
Además, automatiza cálculos como vacaciones, primas o aguinaldo, generando reportes claros para cumplir con la ley sin perder tiempo. Para empresas que buscan crecer ordenadas, invertir en una herramienta así no es lujo, es casi un seguro contra dolores de cabeza futuros.
¿Deben establecerse las prestaciones durante el proceso de reclutamiento y selección de personal?
Totalmente. Hablar claro sobre las prestaciones desde el proceso de reclutamiento puede ser el gancho que incline la balanza a tu favor cuando un buen candidato está evaluando varias ofertas. Mostrar de entrada qué beneficios ofrece la empresa ayuda a que el talento decida si la vacante realmente le conviene y se sienta valorado desde el inicio.
Además, esto evita sorpresas o malos entendidos que después pueden generar rotación de personal innecesaria. En pocas palabras, abrir el juego desde el arranque habla bien de la cultura de la empresa.
¿Las prestaciones modifican el cálculo del salario bruto a neto?
Sí, las prestaciones pueden mover el cálculo del salario bruto al neto dependiendo del tipo de beneficio del que se trate. Algunas prestaciones están exentas de impuestos, como ciertas ayudas para transporte o despensa, mientras que otras pueden influir en las retenciones y cuotas del IMSS o Infonavit.
Además, si la empresa otorga prestaciones en especie, como vivienda o alimentos, esos valores a veces se suman para calcular impuestos. Por eso desde recursos humanos hay que tener bien claros estos detalles, para evitar sorpresas con el SAT o con el propio colaborador al recibir su nómina.